He-Man y She-Ra: El secreto de la espada (5ª parte)

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La princesa Adora regresó con su hermano Adam a Eternia y disfrutó de un feliz reencuentro con sus padres, que la reconocieron al instante pese a que la última vez que la vieron solo era un bebé estúpido con apego hacia los vampiros albinos que prefieren ahorrarse los trámites de la adopción.

Al mismo tiempo, Hordak y su antiguo discípulo Skeletor limaron asperezas carcajeándose a coro y decidieron formar una alianza temporal para raptar a Adora otra vez y llevarla de vuelta a Etheria.

¿Serán esta ridícula pareja de villanos capaz de cumplir sus malvados propósitos o fracasará estrepitosamente como cada semana a causa de su descollante incompetencia? Sea como sea, esta historia llega a su final.

Kobra Khan (maestro de las serpientes, cuyo muñeco lanzaba "veneno" si le quitabas la cabeza y lo rellenabas de agua u otras sustancias líquidas cual botella de spray homicida) y Webstor (maestro diabólico de la fuga, equipado con un gancho de escalada que rompí a los cinco segundos de sacar el muñeco de la caja), ambos secuaces de Skeletor, se presentan en la entrada del palacio real. Debería decir "caen del cielo", pero estoy convencido de que para cuando termine con esta recapitulación, habré tenido oportunidad de quejarme de cosas con menos sentido que la aparición de la nada de estos dos fantoches.

Los guardias intentan cortarles el paso, pero Kobra Khan los deja fuera de combate con su gas del sueño, lo cual por supuesto dice de viva voz, no vaya a ser que algún crío piense que estos guardias anónimos están muertos y quede traumatizado de por vida.

De todos modos, hay que decir que el listón para incorporarse a la guardia real ha bajado mucho desde que el ejercitó de Randor expulsó a la Horda del Terror de Eternia.

¿Sabéis que habría sido mucho más eficaz protegiendo la entrada? Una puerta.

-¿Es aquí el concierto de Songster?

Skeletor se abre paso entre sus esbirros y no pierde la oportunidad de insultarlos.

"¡Háganse a un lado, torpes!", les grita.

Eso, duro con ellos, que no se les suba a la cabeza el éxito y luego piensen que pueden pedir un aumento de sueldo.

Detrás de Skeletor llega su brutal siervo Beast Man, que empuja un carrito con una enorme tarta de tres pisos.

"Y ahora un poco de magia", dice Skeletor con su buen humor habitual.

El malvado señor de la destrucción se transforma a sí mismo en el chef Allen™ (obeso jefe de cocina de la casa real), y a Kobra Khan, Webstor y Beast Man, en sus ayudantes de cocina.

La verdad, ya echaba de menos al viejo cara de hueso y sus planes absurdos.

Skeletor: alegre como unas castañuelas en todas sus formas.

En el salón de banquetes, Randor está contando a sus hijos la batallita de cuando Man-At-Arms y él rescataron a su madre Marlena después de que su nave espacial se estrellase en Eternia. La historia es que encontraron a Marlena inconsciente cerca de la nave y la atendieron en lugar de dejarla ahí tirada. ¡Auténticos héroes! Por eso es importante tener un televisor en el comedor.

El falso chef Allen y sus ayudantes se presentan en el salón y acercan la tarta a la mesa.

"Perdonadme, majestad, pero creí que podríais querer celebrar esta feliz ocasión con un postre adecuado", dice Skeletor.

Dentro de lo absurdo de la premisa con la que estamos trabajando, lo lógico sería pensar que, o bien la tarta está hasta el frosting de barbitúricos, o bien Hordak está escondido dentro de ella y saldrá por sorpresa para disparar sus rayos aturdidores. Pero ninguna de esas opciones es correcta.

Skeletor deshace el hechizo con el que había ocultado su identidad y la de sus secuaces, y al mismo tiempo se revela... ¡que la tarta es el propio Hordak!

Jamás me lo habría imaginado. Si hubiera sido un pastel de terciopelo azul con frosting de nata y frutos rojos quizá, pero no me lo esperaba de una tarta de chocolate de tres pisos decorada con mousse de fresa.

No os perdáis el photobomb de Skeletor al final del gif.

El caso es que los villanos no actúan con tanta rapidez como para que el factor sorpresa sea relevante, sino más bien al contrario: esperan a que los presentes se hagan cargo de la situación y, solo entonces, Hordak dispara su cañón para dejarlos K.O.

Pensaréis que, para eso, podrían haberse ahorrado los disfraces y el paripé de la tarta. El problema es que no estáis pensando como Skeletor, que, al igual que las chicas de aquella canción de Cindy Lauper, "solo quiere divertirse".

Hordak coge a la inconsciente Adora en brazos, y Skeletor dice que ya están listos para marcharse.

Fuera de palacio, a bordo de una nave, Tri-Klops, el guerrero de los tres ojos diabólicos, recibe el mensaje y abre fuego contra una de las paredes que da al salón.

Debo especificar que Tri-Klops ve y escucha a su jefe desde un monitor de la nave a pesar de ser evidente que Skeletor no lleva ningún transceptor encima ni parece que quepa siquiera un walkie-talkie en sus calzones. ¿Debemos suponer que Skeletor había instalado preventivamente una cámara con imagen y audio en el salón de banquetes del palacio? ¿Por qué? ¿Es que no puede conformarse con ver MasterChef como hace todo el mundo?

Además, si tan fácil es acercarse con una nave a Eternos y volar una de las paredes de palacio, ¿por qué nunca han intentado antes asesinar a los reyes como en la escena del helicóptero de El padrino, parte III?

Los villanos huyen por el agujero que ha abierto Tri-Klops sin que Man-At-Arms y Teela, alertados por el huidizo Cringer, puedan detenerlos.

Aunque Teela es solo hija adoptiva de Duncan, está claro que la incompetencia se acaba pegando.

¡Piu, piu!

La reina Marlena llora desconsolada en su trono, porque así es como reaccionaría en su situación una mujer astronauta que ha cruzado el espacio entre dimensiones para reinar en una tierra extraña. En cambio, Randor, bastante más práctico y bélico, ordena atacar la Montaña de la Serpiente con todo su ejército hasta que no quede piedra sobre piedra.

Man-At-Arms, en un breve momento de lucidez, sugiere a su majestad que un grupo pequeño sería más adecuado para rescatar a Adora. Su hija Teela está de acuerdo.

A faltad de chambelán o guardias adiestrados y capaces, He-Man y Battle Cat entran en el salón del trono sin ser anunciados y se apuntan a la misión de rescate. Como es natural, nadie pregunta dónde porras se han metido Adam y Cringer en este momento de crisis, ni cómo se ha enterado He-Man tan pronto de lo ocurrido.

Los hombres parten a la carrera y Teela les sigue corriendo al grito de "¡Oigan, espérenme!". Eso le pasa por ir a trabajar con tacones.

Siempre igual. Es raptar a su hija y se echa a llorar.

En la Montaña de la Serpiente, Skeletor ha abierto un portal interdimensional para que Hordak regrese a Etheria con Adora, pero en el último momento le dice que ha habido un cambio de planes.

"La princesa será más útil en mis manos", añade, por si aún no ha quedado lo bastante claro lo que piensa hacer.

Dos de los guerreros diabólicos empujan a Hordak a través del portal y Skeletor se ríe, celebrando haber traicionado una vez más a su antiguo maestro. Os desafío a encontrar un villano con cabeza de calavera más alegre que Skeletor.

Adora se desmaya en los brazos de sus captores, cabe suponer que por el exceso de emoción.

"¡Je! Tenía que ser mujer", comenta Skeletor, que podría no ser el firme defensor del feminismo y la comunidad LGBTI que todos pensábamos.

El señor de la destrucción ordena a Beast Man que encierre a la princesa en las mazmorras mientras él pone al rey Randor al tanto de sus demandas. Dado que el palacio no es tan inexpugnable como pensábamos, imagino que le pedirá vía libre al Castillo de Grayskull y una suscripción vitalicia al Club Masters del Universo, ¡con una chapa y un llavero de regalo!

Fijaos en la mano izquierda de Adora. Tri-Klops no ha tenido mejor día en toda su vida.

Beast Man carga con Adora (que solo está fingiendo y guiña un ojo a cámara para que el espectador lo sepa) y la mete en uno de los calabozos, donde hace un comentario acerca de lo guapa que es. Esto resulta cuando menos desconcertante viniendo de una serie infantil, pero sobre todo porque es evidente que Beast Man sufre alguna clase de tara mental.

La princesa se escabulle deslizándose entre las piernas del brutal siervo de Skeletor y lo encierra en el calabozo.

¡Chúpate esa, símbolo peludo del heteropatriarcado!

La Bella y la Bestia (1991). Directores: Gary Trousdale y Kirk Wise.

En uno de los pasillos, Adora se cuelga del techo para robar sin ser vista la Espada de la Protección a Tri-Klops, que quería estudiar el arma en su laboratorio.

"Tuve suerte", dice.

Pero no es suerte, es talento, algo casi desconocido en Eternia.

Adora invoca el honor de Grayskull y se transforma en She-Ra.

No prestéis atención al fondo.

Puestos a dejar huella de su paso por la Montaña de la Serpiente, She-Ra va al encuentro de Skeletor, que parece estar teniendo algunos problemas para que el rey Randor atienda sus llamadas. Esto le pasa por no pagar las facturas.

She-Ra se presenta a sí misma y, siguiendo la tradición familiar de dobles identidades, le dice a Skeletor que ha liberado a la princesa.

El señor de la destrucción ha visto muchas mujeres rubias con esa misma cara y complexión en las últimas horas, así que no se da cuenta de que Adora y She-Ra son la misma persona, y ordena a sus secuaces que la detengan.

Kobra Khan y Webstor corren a por ella y la agarran por los brazos.

"Vaya, sí que son atrevidos", comenta She-Ra con sorna, porque, en los años ochenta, las agresiones sexuales eran cosa de broma.

She-Ra gira sobre sí misma como un torbellino y arroja a los guerreros diabólicos contra una verja metálica, donde se quedan clavados por la cabeza.

"Así me gusta, que usen la cabeza", se burla la supermujer.

¡Ja, ja, ja! Tiene gracia porque probablemente estén muertos o permanezcan en coma durante el resto de sus miserables vidas.

Wanna dance?

She-Ra desvía un rayo con su espada y provoca que a Skeletor le caiga un cráneo de vaca sobre la cabeza, ridiculizándolo a niveles metalingüísticos, y también se ocupa de Tri-Klops y Trap-Jaw, que no son rivales para la mujer con la minifalda más prudente del universo y sus golpes fuera de cámara.

Cuando por fin llegan He-Man y compañía, encuentran a los villanos derrotados y a She-Ra esperándolos en actitud relajada, como si la cosa no fuera con ella.

Esto de la estudiante de intercambio empieza a ser un problema. Como She-Ra no vuelva pronto a Etheria, los guerreros heroicos se quedarán sin trabajo y tendrán que buscarse la vida plantando alcachofas.

Hembra alfa.

Teela, que lleva desde 1983 persiguiendo una imposible relación romántica con He-Man, no disimula su disgusto cuando ve que el campeón de Eternia tiene una nueva amiga de la que no les había hablado y, con cierto rintintín, pregunta a She-Ra dónde está Adora.

A She-Ra se le traba la lengua poniendo una excusa (no entiendo por qué, hace un minuto no tuvo problemas en dársela a Skeletor), y He-Man le echa un cable diciendo que Adora "está a salvo".

Aunque no lo menciona ni le traiciona el gesto, He-Man debe de pensar que Teela es subnormal, porque acaban de llegar juntos para rescatar a la princesa y es imposible que él sepa lo que ha sucedido.

"Una He-Man mujer. Es el peor día de mi vida", dice Skeletor desde el suelo con tono meláncolico.

Todos se ríen de Skeletor y supongo que lo dejan libre, porque nadie menciona luego que hacen con él.

-Ojalá hubiera perseguido mis sueños. Ahora podría ser primera bailarina del Ballet de San Petersburgo.

De vuelta al palacio, Adora se despide de sus padres. Aunque para ella es triste dejar atrás a unos padres a los que nunca había conocido y que no habían hecho grandes esfuerzos por recuperarla, no puede quedarse aquí mientras Etheria permanezca bajo el yugo de la Horda.

Randor le dice que la echará de menos, pero que la entiende y está orgulloso de ella. Marlena y él abrazan a su hija con fuerza.

Es una bonita estampa, pero no puedo evitar pensar en lo mal que lo estará pasando Adam en este instante. Como He-Man, cada semana le toca salvar Eternia de algún plan desquiciado de Skeletor o del villano de la semana; pero como Adam, su padre siempre se ha avergonzado de él porque piensa que es un zángano ablandabrevas. Luego que nadie se sorprenda si pasa lo que en aquel cómic de Marvel.

Tranquilos. Volverán a verse en el especial de Navidad.

Adam y Cringer acompañan a Adora y su caballo Spirit hasta el Castillo de Grayskull y allí se despiden de ella.

La Hechicera le quita peso a tanta escena lacrimógena recordando a Adora que le puede dar un toque cuando quiera a través de su espada mágica si quiere regresar a Eternia. Mientras no la pille dándose uno de sus largos baños de espuma...

Adora y Spirit atraviesan el portal y aparecen en Etheria, y nada más llegar, ¿a qué no adivináis a quién encuentran allí?

¡A Adam y Cringer!

La cadena canceló su serie de televisión y además estos dos pesados no saben cuándo sobran, así que han decidido ayudar a Adora con la rebelión para que regrese antes a Eternia.

-Déjanos quedarnos un poco más. Nos hemos quedado sin empleo y un tipo con unas pintas rarísimas me ha ofrecido veinte dólares si le acompañaba a un motel.

Varias naves de la Horda sobrevuelan la zona, más de las que Adora ha visto nunca antes, y su hermano y ella se apresuran al campamento de la Gran Rebelión para enterarse de qué está pasando.

Esto significa que es hora de transformarse de nuevo, con la diferencia de que esta vez She-Ra procura ser un pelín más delicada y no transforma a Spirit en Swift Wind lanzando un rayo multicolor de poder de Grayskull por la vagina.

Cuanto más utilizo estos gifs, más entiendo por qué Filmation funcionaba tan bien.

Los rebeldes reciben a He-Man y She-Ra con los brazos abiertos. Es curioso, porque juraría que ninguno de ellos había visto a She-Ra hasta este momento.

Pero me estoy desviando de lo importante.

Mientras los únicos héroes de verdad estaban de correrías por Eternia, la reina Angela y su hija Glimmer han decidido que era el momento ideal para reconquistar el reino de la Luna Brillante y recuperar su castillo. Después de todo, tienen que intentar explotar a la panda de vagabundos desaseados y desnutridos que conforman la rebelión antes de que desfallezcan por culpa de la enfermedad o el hambre.

Sé que los líderes de la Gran Rebelión van en serio porque toman sus decisiones militares sobre una seta gigante y rodeados de árboles fucsias y rosas.

De repente, un rugido interrumpe la tontería que estuviera diciendo Glimmer y un grupo de animales salvajes surge de la maleza, poniendo a todos en guardia.

She-Ra pide calma a sus compañeros y, acercándose a la mayor bestia de todas, descubre que puede comunicarse telepáticamente con los animales.

"No quieren hacernos daño, quieren ayudarnos en la batalla contra Hordak", dice.

¿Habrá algo que esta mujer no sepa hacer?

He-Man parece ligeramente molesto.

-A este le llamaré Animoso.
-¿Y por qué no Horroroso?

No voy a entrar en los detalles del asalto al castillo de Luna Brillante, porque hay un número limitado de formas en que puedo burlarme de la animación mediocre que caracteriza a esta serie. Solo imaginaos la batalla de Gondor de El retorno del rey, desproveedla de cualquier género de épica o sentido del ridículo, et voilà!, ahí tenéis la batalla de la Luna Brillante.

Como excepción, voy a comentar el único momento de dramatismo casi genuino que destaca entre las doscientas tomas de He-Man destruyendo tanques a puñetazos y las de los gnomos lilas derrotando a la infantería de la Horda con flechas de pimienta.

Un soldado acierta con un disparo de torreta a Swift Wind en pleno vuelo y derriba al unicornio y a su jinete.

She-Ra no sufre ningún daño, porque, corcho, es invencible; pero Swift Wind... Mucho me temo que está herido de muerte.

"She-Ra, a-amiga...", susurra el animal moribundo.

No es como la muerte de Artax en La historia interminable, es decir, no va a conseguir que todos los niños lloren a excepción de los autistas; pero desde luego es el momento más trágico de la película.

O lo es hasta que She-Ra hace una imposición de manos a su caballo y lo sana por el honor de Grayskull y porque le sale del c***.

-Cura, sana, culito de rana. Si no te curas hoy, te curarás mañana.

Quería esperar a que She-Ra hiciera la última demostración del alcance de sus poderes, para comentaros que me da la impresión de que Filmation no confiaba lo suficiente en su personaje para que sustituyera con éxito a He-Man y por eso le dieron muchos más poderes. Eso, o que que querían que las niñas que vieran la serie pudieran defenderla con una batería de argumentos irrebatibles cuando un niño estúpido se acercase a ellas y les dijera que He-Man era mejor porque sí.

Hagamos un repaso de algunas de las razones por las que She-Ra es mejor heroína que He-Man:

1. Rivaliza en fuerza con He-Man, pero le gana en estilo.
2. Puede comunicarse con los animales. He-Man solo puede comunicarse con su tigre porque este habla.
3. Tiene el poder de Cristo de sanar heridas mortales. He-Man solo puede llevarte en brazos hasta el hospital más cercano.
4. La Espada de la Protección le permite comunicarse con la Hechicera sin necesidad de sufrir intromisiones telepáticas. He-Man tiene un tumor cerebral.
5. Su montura no mola tanto como un tigre gigante, pero puede volar, así que es mejor medio de transporte.
6. Antes de ser She-Ra, Adora era capitana de tropa de Hordak y, por tanto, más que capaz de valerse por sí misma en combate. Antes de ser He-Man, el príncipe Adam era un experto en retozar por el campo y cocinar pan de especias.

Además, en esta lista no he incluido poderes que She-Ra manifestaría en episodios posteriores de la serie (por ejemplo, la capacidad de la Espada de Protección de transformarse en otros objetos), ni el hecho de que puede invocar el honor de Grayskull si alguna vez cree que le han cortado demasiado el pelo.

Volviendo a la cinta, la Gran Rebelión consigue expulsar a Hordak del castillo y la reina Angela recupera su trono. No quepo en mi de gozo. Hurra. Bravo.

-Hija, no te acerques tanto al borde, a ver si te vas a caer.

Observando la celebración de los rebeldes, She-Ra le dice a su hermano que debe quedarse en Etheria para ayudarles a ganar la guerra contra Hordak, porque esta batalla ha sido solo el principio y, honestamente, sin ella estarían todos en las minas de esclavos dentro de un par de horas.

Los hermanos se dan un abrazo y She-Ra se aleja volando a lomos de Swift Wind.

"¡Adiós, He-Man, hermano querido!", grita desde lo alto.

He-Man derrama una única y viril lágrima por el lacrimal más poderoso del universo.

-La echaré de menos.

-¡Suerte con esa adaptación cinematográfica!

-Perra.

Y aquí concluye este repaso de la película que presentó a She-Ra al mundo. ¿Mi opinión? Nostamal. Tiene algunos momentos genuinamente buenos, incluso emotivos, y Adora se desarrolla más como personaje en estos 127 minutos que He-Man en los 130 episodios de su serie de televisión. Además, me he reído innumerables veces por motivos equivocados. Su mayor pega es depender demasiado de los personajes de He-Man y los Masters del Universo en lugar de aprovechar para dar a conocer a los nuevos. Dicho esto, también es verdad que la mayoría de los personajes nuevos son incluso más insoportables que sus homólogos de Eternia, así que, pensándolo mejor, esa es una de sus virtudes y no un defecto.

En todo caso, recomiendo ver la película como se concibió originalmente, esto es, en formato episódico. Del tirón es infumable.

Por último, y para responder a la pregunta que alguno me habéis hecho, quiero aprovechar para hablar brevemente de ver la nueva serie de Netflix, que, como era de esperar, le da sopas con honda a la serie de Filmation. La historia de She-Ra y las princesas del poder se desenvuelve con continuidad entre episodios y hace buen uso de la mitología de los Masters del Universo, tomando algunos de sus elementos básicos y expandiéndolos y cambiándolos para crear algo diferente y original. Los personajes, tanto protagonistas como secundarios, tienen personalidades definidas, algunas más complejas que otras, y evolucionan a medida que avanza la trama; no son solo buenos o malos. Las relaciones entre ellos dan mucho juego y la amistad entre Catra y Adora y su inevitable deriva hacia una enemistad arraigada son el verdadero eje de la serie.

La nueva She-Ra también enseña valores importantes sin restregárselos al espectador por la cara, y aboga por la igualdad y la diversidad con esa misma sutileza, mostrando lo que muchos preferirían ignorar o no ver como algo que simplemente está ahí. Y esto es importante para que los niños no se conviertan en gilipollas que asocien personas de carne y hueso con estereotipos negativos que vieron en una película o serie de televisión. Normalizar la diversidad es el mejor legado que podría dejar la creación de Noelle Stevenson a las nuevas generaciones. Quizá incluso llegue a tiempo de enseñar algo a los adultos.

El punto débil de esta producción de Netflix es la animación. El estilo de dibujo es diferente y para gustos los colores, pero, se mire por donde se mire, la animación es pobre, muy rara vez elogiable, y llega a tener momentos en los que deja mucho que desear. Con todo, incluso la animación mediocre con la que se ha conformado DreamWorks le lleva ventaja a lo mejor que llegó a producir el estudio de Lou Scheimer en sus treinta y seis años de existencia. Al menos no vemos a Adora reírse de la misma manera y pegar el mismo puñetazo en trece episodios seguidos.

En cualquier caso, es evidente que ya no estamos en Kansas, Toto. Las series de animación infantil han evolucionado una barbaridad desde 1985 y, por suerte, en la mayoría de casos que conozco ha sido para mejor.

Pero esto no significa que no pueda haber un hueco para la vieja She-Ra en nuestros corazones ni mucho menos que haya que denostarla por ser una hija de su época. Detrás de esa maquinaria de promoción de juguetes tan bien engrasada, había productores, autores y artistas que buscaban no solo entretener a los niños, sino también trasladarles valores sociales y educativos que les ayudasen a crecer como adultos sanos y responsables, no como críticos rabiosos de todo lo que es diferente.

Gracias a todos los que habéis seguido esta aventura hasta el final.

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