10 de junio de 2018

'Contacto sangriento' (1988)

En el mundo existen dos tipos de personas: aquellas a las que les gusta Claudio Coello y aquellas a las que les gusta Juan-Claudio Van Damme. El primero era un célebre pintor del barroco madrileño que se peinaba como Krusty el Payaso y sobre cuya extensa obra podéis leer en la página web del Museo del Prado hasta moriros de aburrimiento; y el segundo es un actor belga de cine de acción y experto en artes marciales, al que tan pronto perdemos de vista durante años, como nos sorprende con un papelón dramático en una cinta franco-belga luxemburguesa o resurge en una magnífica comedia en formato de serie de televisión.

Yo prefiero a Van Damme porque las pinturas religiosas al fresco no tienen nada que hacer frente a sus patadas voladoras y spagats épicos.

Pero remontémonos en el tiempo, hasta principios de la década de 1980.

Mucho antes de que Van Damme le diera fuerte a la bebida y a otras sustancias que riman con "mandarina" (da igual en cuál penséis, acertaréis igualmente), antes incluso de que usara el nombre artístico "Frank Cujo", el belga soñaba con viajar a Hollywood y convertirse en una estrella del cine de acción. Tenía buenos músculos, era experto en kárate y kickboxing, y había dado cinco años de ballet.

Otros estaban recorriendo ya ese mismo camino con éxito, y si un austriaco de apellido impronunciable podía alcanzar la fama, ¿por qué iba él a ser diferente?

Tras seis años de trabajos mal pagados y papeles secundarios como el de "karateka gay" en Monaco Forever y "hombre que baila al fondo" en Breakdance, su gran oportunidad llegó en 1988 de la mano de Cannon Films con Contacto sangriento (Bloodsport en el original); película con la que debutó en un papel protagonista y el que le dio a conocer en el panorama internacional.

Si cuando os hablan de Van Damme solo podéis visualizar un borrón de patadas voladoras y culos prietos y, por lo tanto, aún no tenéis claro de qué película os hablo, permitidme que os refresque la memoria con este tráiler:


Aunque el éxito de la cinta en taquilla estadounidense fue modesto, la recaudación se elevó enormemente en el extranjero y el boca a boca hizo que arrasara en el mercado doméstico, donde se convirtió en carne de videoclub para los amantes del cine de artes marciales y las macedonias de porrazos.

No diré que Contacto sangriento lanzó a Van Damme al estrellato, porque el estrellato del directo a vídeo se pronuncia con la boca pequeña y trabajar para Cannon Films nunca gozó del glamour de las grandes producciones de Hollywood; pero desde luego le abrió las puertas al panteón de los héroes del cine de acción. Gracias a ella, su imagen no tardaría mucho en decorar carpetas y paredes de habitación de chavalas de todo el mundo. Al fin y al cabo, aunque sus películas fueran infinitamente más baratas que las de Sylvester Stallone o Arnold Schwarzenegger, era más guapo que su competencia.

¡Enhorabuena, tronco!

Pasemos a la sinopsis.

En Hong Kong, cada cinco años, se celebra el Kumite, que, aunque suene a plato de fideos, es un torneo secreto en el que se enfrentan los mejores luchadores del mundo.

Van Damme interpreta a Frank Dux, un militar americano con acento belga que se escaquea de su cuartel para participar en el torneo y así honrar a su maestro, un chino con bigote que padece una Enfermedad Misteriosa™ y cuyo hijo falleció antes de poder presentarse a la competición.

Para ganar, Frank tendrá que enfrentarse al actual campeón Chong Li (Bolo Yeung), que no tiene reparo alguno en matar a sus adversarios, porque el guión dice que es el malo y los malos hacen estas cosas.

A pesar de que no se ve la tibia destrozada, estoy muy orgulloso de esta captura de pantalla.

Uno de los aspectos que siempre me han parecido curiosos de esta película es que Cannon, en su línea habitual de honestidad y transparencia, insistiera en vender al público que estaba basada en hechos reales, concretamente en la vida del "guerrero americano" Frank W. Dux.

Golan y Globus eran los reyes del cine de acción de serie B, así que me cuesta hacerme a la idea de en qué momento empezó a darles vergüenza admitir que la trama era solo una excusa para ver a un montón de tíos ciclados inflándose a tortas. ¿Albergaban acaso pretensiones de rigurosidad histórica después de haber producido Ninja III: La dominación?

Más curioso aun, a Frank Dux no solo le pagaron por usar su nombre y su *ejem* historia, sino que también le contrataron para que coescribiera el guión y coreografiase las peleas. Supongo que esto explica por qué el Frank Dux ficticio se lía con una Barbie resultona. Yo también me lío con muchas Barbies resultonas en mi autobiografía. Cada dos o tres páginas, más o menos. Lo veréis cuando la publique.

La chica.

Por aquello de darle un poco más de chicha a la trama, hay dos agentes del ejército que persiguen a Van Damme para llevarlo de vuelta a los Estados Unidos ("El gobierno ha invertido mucho dinero y mucho tiempo en ti", le dicen, como si fuera el hombre de los seis millones de dólares) y también una periodista (la Barbie resultona) que quiere escribir un reportaje sobre el torneo y que, naturalmente, se convierte en el interés amoroso de nuestro protagonista.

A su favor diré que estas dos subtramas aportan tanto a la historia que casi colocan la película a la altura narrativa del arcade Karate Champ.

Contacto sangriento: Los orígenes.

Pero no os toméis los párrafos anteriores como una crítica. Nadie en su sano juicio ve una cinta de artes marciales esperando un guión brillante lleno de matices, segundas lecturas y giros impredecibles. Lo único que uno espera es que un montón de tíos cuadrados se arreen guantazos y coces hasta en el carné de identidad. Y en esto, Contacto sangriento está por encima de la media.

Los participantes del torneo son todos luchadores profesionales, no divas entrenadas en un par de meses para lucir bien en los primeros planos mientras sus dobles se parten el espinazo en las escenas de riesgo, y como buenos profesionales que son, se curten el lomo con habilidad y ganas; un puñado de tipos duros procurando zurrarse de forma realista sin sacarle un ojo a sus compañeros ni dejarse tetrapléjicos.

En las peleas apenas hay trucos del almendruco y las cámaras captan cada glorioso golpe con claridad, sin tembleques ni primerísimos planos de lo que podría ser un codo, una rodilla o el primer indicio de vida sobre la superficie de Marte.

Here comes a new challenger!

Van Damme, un pipiolo a sus veintisiete años, está en plena forma y encadena patadas voladoras que da gusto, ya que aún tenía margen para convertirlas en su golpe insignia y no había ningún director que le exigiera reservarlas como último recurso para derrotar al jefe final a cámara lenta y de modo melodramático.

Ni siquiera faltan las duras secuencias de entrenamiento, comenzando con esta película la que sería una larga tradición de espatarrarse con cualquier excusa.

Van Damme se abre de piernas con más facilidad que las prostitutas de un burdel de Tel Aviv.

La guinda del pastel la ponen las interpretaciones de los actores, que nos deleitan con un rango de expresiones que pasan de la cara de ladrillo a la distonía facial absoluta en menos de lo que tarda Van Damme en meterte un pie en la boca. ¿Recordáis las sobreactuaciones de la película Mortal Kombat? Esta es su versión no adulterada.

Esta falta de talento interpretativo da al filme un toque de humor no intencionado que alcanza el paroxismo cuando Bolo Yeung ciega a Van Damme arrojándole polvos de talco y el belga pone cara de haber visto perder a su equipo de fútbol en la prórroga. Sin duda, un material excelente para memes de todas las épocas, presentes y futuras.

Comedimiento y contención.

Si sumamos a todo lo anterior una banda sonora 100% ochentera y con toques orientales en la que destaca el pegadizo tema musical de Stan Bush, es fácil entender por qué Contacto sangriento recibe el calificativo de clásico entre los fans de este subgénero.

Por mi parte, no solo la considero una de las mejores películas de Van Damme, sino que, dentro del amplio catálogo del cine de artes marciales, está entre mis favoritas. No preguntéis en qué puesto. No tengo una lista.

Además, ¿en qué otra peli de artes marciales un luchador, motero para más señas, le dice a otro "Te quiero" y le planta un beso? En ninguna, que yo sepa.

Jean-Claude Van Damme, damas y caballeros, rompiendo moldes desde 1988.

16 comentarios

  1. Gran Reseña, como siempre! ( me has picado para volver a verla...)

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  2. Con todo lo que ha aspirado este hombre, esa reacción por los polvos de talco es más de decepción que por el ciego que le haya podido provocar.

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  3. Muy buena reseña. La vi todavía en Beta(aaaah, la magia de ajustar la imagen y de vez en cuando escuchar el sonido atorándose).
    Recuerdo que a partir de esa peli comencé a seguir a Van Damme; la ví tres veces: una por la pura acción, la segunda para entender la trama y las reglas y la tercera porque también me fui con la finta de que era biográfica(iluso)... Hace como diez años que Frank Dux visitó Mexico y me llevé la decepción (nada que ver con Van Damme y ni pizca de la peli).

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Uno de mis actores preferidos de los 80 y 90 hasta que actuó en Soldado Universal y le entraron los años. Desde entonces no ha pegado ninguna película.
    Ayer por casualidad vi la nueva de él, Black Water (2018). Es una película que en resumen es mala... demasiado. Creo que es hora para Jean colgar las patadas voladoras y buscar otro estilo de vida.
    Saludos.

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  6. Error ortográfico: carné de identidad* carnet de identidad ^^.

    Me encanta este actor, tengo todas sus pelis, soldado universal me encanta.

    Aunque abuso del argumento narrativo de los gemelos o clones.

    PD: ¿Que te pareció Civil Wars?

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  7. Una de las mejores pelis de torneos de artes marciales. Recuerdo la época en la que las películas de este belga eran las reinas de audiencia cuando Telecinco las emitía.

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  8. Óscar: De eso se trata. Bueno, no. En realidad no.

    Álvaro Josué de Fernández-Bermejo Fernández: Bien visto. Qué nombre más largo tienes. Menos mal que existe el copiar-pegar.

    M@nchitas: Frank Dux demandó a Van Damme por plagio, alegando que había utilizado un guion suyo para The Quest. Perdió. Nuestro héroe.

    José Correa: Nah, que siga actuando. Lo importante es que él se divierta.

    jin jack: "Carné" es correcto y se trata de la forma preferida en castellano. Decir "carnet" también es correcto, pero cosa de gabachos.

    ¿Qué Civil Wars?

    Anonimatus: Hace mucho tiempo, en un reino muy lejano, había un príncipe que abría las piernas una barbaridad. Tal era su flexibilidad que...

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    Respuestas
    1. La peli de Thanos contra los Avengers

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    2. O sea, Infinity War. Me gustó mucho y me sorprendió que el villano fuera el protagonista. Es buen cine de palomitas.

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    3. Lo mismo, espero que hagas una reseña algún día.

      PD: Jopeta menuda errata cometí, confundiendo pelis lol.

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  9. Gran comentario, como siempre; buena peli pero no tan buena como "Blanco Humano" que si tiene un pedazo de director: John Woo, y un guión más que aceptable.

    Saludos

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  10. El Tipo de La Brocha, es ese el problema que JCVD no se divierte en la película. O sea, el tipo parece que está trabajando para pagar facturas. Horrible.
    Y ojo, me gusta que siga actuando pero que se divierta como dices tú.

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  11. Mola!
    Sabés cual me ha recordad? (no se porque)
    a la peli que hizo Hulk Hogan que era MALISIMA, no se si era un extraterrestre o no se que mierdas, la vi cuando era pequeño, estaba en el cole y hasta a mi en ese momento me parecio mala

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  12. Siempre me ha gustado este tipo y sus pelis de waka waka, pero destacan a mi juicio las de la legión francesa. Y ya puestos, el colmo del espatarramiento es su anuncio de los camiones Volvo, rodado en el Aeropuerto de Ciudad Real.

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  13. Muy buen artículo, lástima que creí que iba a ser más largo.
    La toma de JCVD enfadándose ya la usaron en El Informal antes de que se inventaran los memes.
    Hace poco vi la peli francesa Alibi.com, muy divertida, y entre otras cosas al prota le gusta Van Damme, hay imágenes de Contacto Sangriento y trata de emular la patada voladora.

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