Lo cierto es que muy pocas de estas novelas aspiran a algo más que hacer pasar un rato ameno al lector y permitir al escritor comprarse su marca de tabaco favorita en lugar de esa barata que provoca cáncer solo con mirar el paquete, y ni siquiera todas son capaces de cumplir ese objetivo; pero las hay que son entretenidas, incluso muy entretenidas, y Los Lores Sith (Lords of the Sith en el original) es una de ellas. ¡Y mirad qué portada!
En la nueva cronología canónica de la saga, la novela se sitúa entre la película La venganza de los Sith, de la que suele decirse que no podía ser peor que las dos anteriores, y la serie Rebels, que dejé a medias en la primera temporada porque me aburría y que retomé cuando me enteré de que en la segunda temporada aparecía Ahsoka Tano, porque aunque siempre tengo que consultar dónde va la "h" de su nombre, soy muy fan de Ahsoka. Y eso que tuvo una presentación patética en la película The Clone Wars.
La novela tiene un argumento sencillo que es una excusa para profundizar en la hermosa relación de temor-odio entre sus protagonistas. El Emperador y Darth Vader viajan a Ryloth para resolver unos asuntillos que se le están yendo de las manos al moff local, y allí son víctimas de un atentado perpetrado por un movimiento antiimperialista y acaban perdidos en mitad de la jungla, luchando para sobrevivir a la fauna salvaje, los traidores y los terroristas. Aunque, para ser precisos, es el resto del mundo el que intenta sobrevivirles a ellos cuando empiezan a machacar liendres con el reverso tenebroso de la Fuerza.
-No volvemos a salir juntos de vacaciones, Vader, así te lo digo. |
El libro tiene dos tramas paralelas que, como suele ocurrir en estos casos, acaban confluyendo en un clímax dramático potente, aunque bastante predecible.
Por un lado, están los dos Lores Sith, que, tras ver derribado el destructor estelar en el que viajaban, no les queda más remedio que recorrer a pata el lado más salvaje de Ryloth para llegar a algún sitio desde el que poder pedir que los devuelvan a la civilización a tiempo de ver su programa favorito de la holonet: Cocinando con Gormaanda. Y, por otro lado, tenemos a los "buenos", un movimiento de la resistencia formado casi íntegramente por twi'leks que quiere desestabilizar el Imperio matando a Palpatine y a su único empleado del mes desde el año 19 ABY.
Por supuesto, dado que sabemos que ni Palpatine ni Vader van a morir y que el status quo de la saga va a seguir igual al final de la novela, las partes más entretenidas son las que ahondan en la dinámica entre Vader y el Emperador. Desde el principio, está claro que el viejo cara arrugada ya se ha leído el final del libro y que no solo sabe la que se avecina, sino que su plan es aprovechar la situación para poner a prueba a su aprendiz: comprobar hasta qué punto ha dejado atrás su pasado como caballero Jedi y cuál es su predisposición a, pongamos, arrojarlo a una sima muy profunda si algún día le pilla distraído. Todas las cartas están sobre la mesa y las bases de su relación están claras: Vader es leal y obedecerá ciegamente al Emperador mientras este pueda freírle los circuitos con un gesto de la mano, pero si le ve flaquear..., sayonara, baby.
Además, si aparte de estos tira y afloja, también queréis es ver a Vader y al Emperador en acción, esta novela no decepciona y ambos reparten leña como buenos lores Sith que son. Y aunque nunca he sido partidario de que el Emperador o Yoda utilizasen una espada láser, en este caso no pude evitar dejarme llevar por las flipadas del autor, que describe las escenas de acción con entusiasmo y tanto detalle que parece que te salpique la sangre. Mención especial merece el brutal enfrentamiento contra los lyleks, unos insectoides gigantes con tentáculos a los que, como no podía ser de otra manera, hacen picadillo.
Tienes que amar la naturaleza. |
Otra punto que me llama la atención y en el que se hace hincapié en esta novela es que el Emperador oculta su faceta Sith al público. Tiene cara de monstruo, viste como la muerte personificada y es un tirano se mire por donde se mire, pero al menos el tipo se esfuerza por evitar que la gente sepa que tiene poderes paranormales y no necesita enchufes para recargar su iPhone. El propio Palpatine es consciente de que el cuento ese de que los malvados Jedi atentaron contra su vida para tomar el poder es bastante flojo, y si se descubre que está afiliado a una orden pseudoreligiosa que persigue el poder personal por encima de todas las cosas, pues a lo mejor se hunde su carrera política y acaba haciendo cola en un comedor social. Por eso, deja el trabajo duro a Vader y procura limitar el zarandear la espada láser, dar piruetas locuelas y lanzar rayos por los dedos a lo estrictamente indispensable.
Los únicos que llegan a conocer su secreto en esta novela son
-¿Yo malvado? ¡Qué tontería! |
En el bando de los twi'leks (la especie esa con tentáculos en la cabeza a la que pertenecen el mayordomo de Jabba y la bailarina a la que se merienda su rancor) tenemos a Cham Syndulla, líder del movimiento de la resistencia, que el autor recicla de en un episodio de Las Guerras Clon, y a su mano derecha Isval, una antigua esclava que quiere jorobar bien jorobado al Imperio.
Cham ofrece poco como personaje más allá de la dudas que él mismo se plantea acerca de cuándo un luchador por la libertad se convierte en un terrorista, y su nobleza y dedicación me aburren. Isval, en cambio, es mucho más interesante e incluso carismática, lo que no suele poder decirse de los personajes de una novela de Star Wars. En primer lugar, la razón por la que Isval está con los "buenos" no es porque crea apasionadamente en los ideales de Cham, sino porque quiere castigar al Imperio con gran venganza y furiosa cólera por haberla sometido a todo tipo de vejaciones sexuales durante su infancia y adolescencia. En segundo lugar, entre un acto terrorista y otro, la chica dedica su tiempo libre a liberar a otros esclavos, lo cual es meritorio cuando no eres un Jedi con superpoderes ni Han Solo. Y en tercer lugar, es el único personaje que de alguna forma evoluciona a lo largo de la novela.
Cham Syndulla también es el padre de Hera, la piloto twi'lek de la serie Rebels, a la que no debéis confundir con la diosa griega que hizo a Hércules la vida imposible |
Como personajes secundarios, Paul S. Kemp introduce al coronel Belkor Dray, un traidor ambicioso que juega a dos bandas, y a la moff Delian Mors, la primera lesbiana oficial de Star Wars, que, al comienzo de la historia, tiene completamente abandonadas sus obligaciones como gobernadora del sistema Ryloth, vive rodeada de lujos y dedica su tiempo a dormir, comer y meterse chutes de especia. El vivo retrato del lesbianismo.
Ahora en serio, solo por la inesperada forma en que Mors se crece ante la adversidad en esta novela, me encantaría encontrármela en otras entregas de este nuevo universo expandido, y espero que se convierta en un personaje recurrente y no en una entrada más de dos párrafos en la Wookiepedia. Siempre he dicho que Star Wars necesitaba más lesbianas. Y por siempre quiero decir nunca. Pero solo porque jamás me lo había planteado.
-Mientras yo siga siendo el primer robot gay de la galaxia, a mí ni plin. |
En definitiva, si buscáis una novela que muestre la complejidad de la sociedad y los padecimientos que trae la guerra, que trate de responder a grandes interrogantes filosóficos y que traiga a la vida personajes dotados de dimensión y fuerza excepcionales..., leed a Tolstoi. Pero si os gusta Star Wars y lo que os apetece es pasar un buen rato en compañía de los mayores villanos espaciales de la historia del cine, os recomiendo Los Lores Sith.
De todas las novelas del nuevo canon de Star Wars que he leído (y ya llevo cinco), esta es con diferencia la más entretenida. La novela es fanservice bien ejecutado, y sus páginas dan lo que promete su alucinante y espectacular portada: a Darth Vader y el Emperador partiendo la pana. Eso sí, no recuerdo que hubiera ningún AT-AT con ellos en ningún momento. La historia no se anda con rodeos, ofrece acción a raudales y tiene ese punto de "venga, otro capítulo más y ya lo dejo" típico de las mejor literatura pulp que hayáis podido leer. Prueba de todo ello es que es la única novela de este nuevo canon que me he ventilado en menos de una semana. Si eso es suficiente para vosotros, compradla. Si no, id a la página 327.
No se si has leído alguno de los libros de Star Wars de Michael A. Stackpole, creo que son los de la saga X-Wing.
ResponderEliminarYo no los he leído, pero tienen buenas críticas y si que he leído los libros de M.A.S. de la saga Battletech y son muy buenos (hay mucha diferencia con los escritores de novela de 100 pts. del resto de la saga).
"a la moff Delian Mors, la primera lesbiana oficial de Star Wars, que, al comienzo de la historia, tiene completamente abandonadas sus obligaciones como gobernadora del sistema Ryloth, vive rodeada de lujos y dedica su tiempo a dormir, comer y meterse chutes de especia. El vivo retrato del lesbianismo."
ResponderEliminarSe me da un aire a Bettygimenoelheteropatriarcadoprovocadañosalamujer, por mis partes lo veo un personaje más realista que los anormales de starbuarrrgssss 7 incluidos los clones gilipollas de Han Solo & co.
Es triste que las mejores actuaciones con diferencia sean las de Mark Hamil y R2D2.
"y la serie Rebels, que dejé a medias en la primera temporada porque me aburría y que retomé cuando me enteré de que en la segunda temporada aparecía Ahsoka Tano, "
Pues la serie es con MUCHO, LO MEJOR QUE HA HECHO DISNEY CON STAR WARS, HOYGAN
No me había planteado leer ninguna novela de Estar Guars por miedo a que sean malas aunque esta me ha llamado la atención. Ver a Vader y el Emperador perdidos en una selva al mas puro estilo Tras el corazón verde (es la única historia con parejita perdida en una selva que se me ha venido a la cabeza, lo siento).
ResponderEliminarLlameme ignorante pero hasta hoy pensaba que los twi'leks eran todas hembras. Mis referencias se limitaban tan solo a la bailarina que Jabba arroja al foso del Rancor y la maestra Jedi que se cepillaban los clones en el episodio III. Mi vida ya está mas completa en l oque a Star Wars se refiere.
Pues eso, buen articulo y una novela que igual le echo el guante. Quien sabe.
Espero que con el nuevo canon no rescaten algunas de las chorradas del antiguo Universo Expandido:
ResponderEliminarhttp://io9.gizmodo.com/5988376/the-12-worst-things-in-the-star-wars-expanded-universe
http://www.looper.com/17612/dumbest-things-star-wars-expanded-universe/
http://www.therobotsvoice.com/2008/08/the_8_worst_things_in_the_star_wars_expanded_unive.php
Personalmente me gusta como han llevado lo de Mors, un personaje más definido por su faceta de jefazo imperial corrupto y decadente que por el hecho de ser homosexual (uno de los errores al introducir personajes gays y lesbianas en muchas series, son personajes planos definidos únicamente por su sexualidad). También esté bien que no hayan caído en el tópico de hacer a un personaje minoritario un 'ejemplo positivo' como suele hacerse en estos casos.
No te preocupes, ya vendrá algún listo a decir que este es como Frank Miller, que pone a los malos gays. :P
EliminarNunca me he atrevido con los libros de "Star Wars". Y aunque me haya tragado todas tus entradas sobre ellos, no creo que la cosa cambie. No les veo fuste.
ResponderEliminarPor cierto, estoy oyendo mucho hablar de la serie "Rebels". ¿Qué opinión te merece?
Juan Germán Socías Segura: Tengo varias novelas de Star Wars de Michael A. Stackpole, pero solo una de la colección Ala-X. Lo cierto es que soy poco fan de las navecitas. Las batallas espaciales suelen aburrirme.
ResponderEliminarOLGERD VLADISLAV: Las Guerras Clon, entre otras virtudes, para mí tiene el mérito de hacer de Anakin un personaje creíble al que puedes llegar a entender, todo lo contrario que las precuelas. ¿Crees que Rebels la supera? Si es así, definitivamente tengo que seguir viéndola.
Joakin Martinez Rodriguez: ¡EL mayordomo de Jabba también es un twi'lek! Es una especie en la que los machos son bastante más feos que las hembras, como podrás observar.
Anonimatus: Mors es un buen personaje. No digo que sea redondo, pero, para lo que son estas novelas, me parece de los mejores. Al menos no está cortado por el mismo patrón que la mayoría de oficiales imperiales. Además, aunque prefiero no entrar en detalles, tiene un buen motivo para estar de bajón y hasta empatizas con ella. De hecho, descontando los libros de Abercrombie, Mors es uno de los personajes de ficción fantástica que más me ha sorprendido en lo que va de año. Convertir a personajes que pertenecen a minorías en epítomes de lo bueno es de escritor mediocre, y se agradece que Kemp no haya caído en ese error.
Una copia de una copia de otra copia: Te doy 5 puntos por utilizar la palabra "fuste". Algún día te diré por qué puedes canjearlos.
Rebels, hasta donde yo he visto, es más floja que Las Guerras Clon, muy, muy blandita; pero tiene pinta de ir mejorando.