Esto es especialmente cierto cuando la saga en cuestión es La Rueda del Tiempo y se divide en catorce libros que, por su enorme extensión, se han convertido en veinte en algunas ediciones. Os estoy hablando de una saga de más de 10.000 páginas (¡10.000!) publicadas a lo largo de más de veinte años. Salvo que me dedicase en cuerpo y alma a esta saga de fantasía y me olvidase de cualquier otro libro que pudiera interesarme (cosa que no va a pasar), tardaría tres o cuatro años en leerme semejante legajo, e incluso si lo hiciera, ¿cómo porras iba a acordarme de lo que leí en los primeros libros cuando empezase a leerme los últimos? ¡Tendría que tomar notas! En resumen: es ridículo.
No obstante, eso no quita para que me haya leído el primer volumen de esta saga, titulado El Ojo del Mundo, y que en la edición española publicada bajo el sello Timunmas se divide a su vez en dos libros: Desde dos ríos y La Llaga. Normalmente criticaría esta clase de política editorial y acusaría a Planeta de estafadora y sacacuartos; pero dado que la edición normal tiene más de 800 páginas, agradezco no tener que meterme en la cama con un mamotreto capaz de provocarme tendinitis en las muñecas.
Portada del ebook. No sabía que iba a leer una historia de piratas. |
Antes de hablar de la novela, vais a permitirme dedicar un par de párrafos a su autor. No es que tengáis elección. Y es que el creador de La Rueda del Tiempo, el escritor estadounidense James Oliver Rigney, Jr., más conocido por el seudónimo de Robert Jordan, tiene un currículo bastante curioso. Antes de darle a la pluma, entre 1968 y 1970, Jordan combatió en Vietnam, acribillando "charlies" desde un helicóptero mientras sonaba la Cabalgata de las valquirias y protagonizando otras espeluznantes escenas de La chaqueta metálica. que le hicieron merecedor de la Cruz de Vuelo Distinguido y la Estrella de Bronce. Después de la guerra, se graduó en Física y consiguió un empleo como ingeniero nuclear en la Armada. Por compararlo con otro autor de su quinta, antes de empezar a ganarse la vida matando a los Stark, George R. R. Martin fue objetor de conciencia y se dedicaba a dar clases de periodismo y jugar al ajedrez.
La carrera de Jordan como novelista no comenzó hasta 1977, el año en el que se estrenó La guerra de las galaxias, y el primer libro de la La Rueda del Tiempo no se publicó hasta 1990, el año en el que se estrenó Troll 2. Entre medias, se dedicó a escribir críticas de espectáculos de teatro y danza bajo el seudónimo de Chang Lung, y algunos pastiches, entre ellos una trilogía de romance histórico (en la línea de las comentadas por Vuelo 180 en su díptico de novela rosa) y varias historias de Conan el Bárbaro, con títulos tan originales como Conan el Invencible, Conan el Magnífico y Conan el Victorioso.
¿Qué clase de novela de fantasía puede uno esperarse de semejante personaje?
¿Quién eres realmente, Robert Jordan? |
La historia que narra El Ojo del Mundo comienza en el Campo de Emond, un poblado de granjeros que disfrutan de una vida apacible haciendo las cosas típicas del campo: arar ovejas, esquilar vacas, ordeñar los cultivos... Pensad en un lugar parecido a la Comarca de los libros de Tolkien, pero con habitantes lo suficientemente altos como para subirse a la montaña rusa.
Efectivamente esta podría ser la novela más aburrida del mundo, pero por suerte para el lector que no se conforma con la emoción que provoca en el pueblo la visita anual del buhonero, ese agradable ambiente pastoril se ve truncado cuando los trollocs, unos monstruos mitad hombre, mitad animal y 100% furia asesina, atacan el poblado, desatando una pesadilla de fuego y caos. Los vecinos de Campo de Emond pensaban que los trollocs no eran más que hombres del saco con los que asustar a los niños cuando no querían irse a la cama, pero si son reales y están aquí, quizá eso signifique que el Oscuro™ ha regresado.
Trollocs troleando. |
El Oscuro™ es el nombre por el que se conoce coloquialmente a Shai'tan, la fuerza maligna más antigua y poderosa que existe en el mundo, tan malo, malvado, malérrimo que no limpia la taza del váter cuando salpica ni deja propina en los restaurantes. Su maldad imponderable llevó al propio Creador a encerrarlo en la "Zona Fantasma", pero la ambición de los hombres abrió una brecha en su prisión y ello desencadenó la Guerra de la Sombra, la contaminación del Saidin, el Desmembramiento del Mundo, el fin de la Era de Leyenda y la Caída del Precio de la Banana.
Ahora, un sombrío propósito (casi opaco diría yo) ha llevado al Oscuro™ a enviar a sus siervos tras tres mozalbetes del pueblo: Rand al'Thor, el protagonista principal de la historia, que no es mal tipo a pesar de ser pelirrojo; Mat Cauthon, el graciosete del grupo; y Perrin Aybara, un fortachón que podría ser encantador de lobos.
La Aes Sedai Moiraine, una hechicera de armas tomar, y su guardaespaldas Lan, una moderna máquina de matar, sacan a los tres amigos del poblado junto a Egwene, la prometida de Rand, y el juglar Thom Merrilin, que les acompaña para dar color al viaje. Poco después también se une al grupo la zahorí Nynaeve, una curandera que ha salido de Campo de Emond para traer a los chavales de vuelta a casa.
Perseguidos por las terribles huestes del Oscuro™, nuestros héroes se embarcan en una apresurada misión de la que depende el destino del mundo.
¡Con épicos paseos a caballo! |
Repasemos:
¿Una fuerza malvada más antigua que las folklóricas y que responde al nombre del Oscuro™? Check.
¿Monstruos arrasando una aldea? Check.
¿Chavales con el destino tan evidentemente marcado que solo les faltaría tatuárselo en la frente? Check.
No quiero engañaros: estamos ante un argumento más manido que el de una comedia romántica de Jennifer Aniston, la clásica y tópica lucha del Bien contra el Mal que hemos visto hasta la saciedad en novelas, películas, cómics, videojuegos e incluso cajas de cereales.
Ahora bien, aunque la historia sea un cliché con patas, la novela brilla por su altura narrativa y su magnitud. En primer lugar, donde otros autores escriben novelas de fantasía con una prosa mediocre, Jordan se viene arriba y alcanza lo que la propia contraportada del libro promete: calidad literaria. Esta es la obra de una persona a la que le gusta escribir y se preocupa por escribir bien, mejor que cualquier otro autor del género que yo haya leído, incluida la autora de Cincuenta sombras de Grey.
En segundo lugar, Jordan siente auténtica pasión por los detalles y construye un mundo grande y complejo, repleto de personajes redondos que mantienen relaciones complicadas, y con tanta historia y mitología detrás como para llenar una estantería de libros con títulos tan aburridos como El Pacto de las Diez Naciones y su impacto geopolítico y económico o La Guerra de Aiel y la caída del rey Laman. Es una novela con más capas que una lasaña, épica en el sentido homérico del término.
Con todo, hay un pero, y es que de tanto mimo que Jordan le pone a las descripciones y a la creación del universo de La Rueda del Tiempo, a veces peca de espeso y se gusta demasiado a sí mismo, regodeándose en el mundo que rodea a los personajes en lugar de en lo que les sucede, tenga o no que ver con la historia. Recuerdo páginas enteras en las que me sentía como si el autor estuviera restregándome una enciclopedia por la cara.
También hay una parte del libro muy, pero que muy aburrida, en la que Jordan dedica varios capítulos a llevar a dos personajes del punto A al punto B sin que apenas sufran incidentes en el camino, lo cual tiene un efecto somnífero inmediato. Esta parte letárgica se alterna, afortunadamente, con el viaje en paralelo de otros dos personajes que tienen experiencias algo más interesantes con lobos, gitanos y una orden militante religiosa que nada tiene que envidiar de los gorriones de Juego de Tronos. Además, la cosa se anima bastante en cuanto todos los personajes se reúnen y se adentran en el Atajo. A partir de ahí, la novela coge carrerilla y mantiene su buen ritmo hasta el desenlace, batalla de gran presupuesto (¡con mil elefantes en escena!) incluida.
Dicho esto, y aun reconociendo que El Ojo del Mundo es la novela de fantasía mejor escrita que he leído nunca, mentiría si dijese que me ha entusiasmado. El libro cuenta una historia demasiado trillada para mi gusto y carga al lector con información excesiva e incluso prescindible para la trama. Necesitaría ser más Mad Max: Fury Road y menos guía de viaje Michelin. Tal vez si lo hubiera leído hace veinte años, cuando la fantasía heroica tradicional aún me impresionaba, me hubiera encantado. Hoy... le doy un pase.
No obstante, y aunque me arriesgue a quedarme a medias de una historia mucho más larga (El Ojo del Mundo es más o menos autoconclusivo), creo que le daré una oportunidad al siguiente volumen.
Además, disfruto con el riesgo de apilar libros sobre más libros en una estantería en la que las baldas empiezan a combarse.
Ahora bien, aunque la historia sea un cliché con patas, la novela brilla por su altura narrativa y su magnitud. En primer lugar, donde otros autores escriben novelas de fantasía con una prosa mediocre, Jordan se viene arriba y alcanza lo que la propia contraportada del libro promete: calidad literaria. Esta es la obra de una persona a la que le gusta escribir y se preocupa por escribir bien, mejor que cualquier otro autor del género que yo haya leído, incluida la autora de Cincuenta sombras de Grey.
En segundo lugar, Jordan siente auténtica pasión por los detalles y construye un mundo grande y complejo, repleto de personajes redondos que mantienen relaciones complicadas, y con tanta historia y mitología detrás como para llenar una estantería de libros con títulos tan aburridos como El Pacto de las Diez Naciones y su impacto geopolítico y económico o La Guerra de Aiel y la caída del rey Laman. Es una novela con más capas que una lasaña, épica en el sentido homérico del término.
También disponible en cómic para gente a la que no le gustan los libros. |
Con todo, hay un pero, y es que de tanto mimo que Jordan le pone a las descripciones y a la creación del universo de La Rueda del Tiempo, a veces peca de espeso y se gusta demasiado a sí mismo, regodeándose en el mundo que rodea a los personajes en lugar de en lo que les sucede, tenga o no que ver con la historia. Recuerdo páginas enteras en las que me sentía como si el autor estuviera restregándome una enciclopedia por la cara.
También hay una parte del libro muy, pero que muy aburrida, en la que Jordan dedica varios capítulos a llevar a dos personajes del punto A al punto B sin que apenas sufran incidentes en el camino, lo cual tiene un efecto somnífero inmediato. Esta parte letárgica se alterna, afortunadamente, con el viaje en paralelo de otros dos personajes que tienen experiencias algo más interesantes con lobos, gitanos y una orden militante religiosa que nada tiene que envidiar de los gorriones de Juego de Tronos. Además, la cosa se anima bastante en cuanto todos los personajes se reúnen y se adentran en el Atajo. A partir de ahí, la novela coge carrerilla y mantiene su buen ritmo hasta el desenlace, batalla de gran presupuesto (¡con mil elefantes en escena!) incluida.
Más épicos paseos a caballo. |
Dicho esto, y aun reconociendo que El Ojo del Mundo es la novela de fantasía mejor escrita que he leído nunca, mentiría si dijese que me ha entusiasmado. El libro cuenta una historia demasiado trillada para mi gusto y carga al lector con información excesiva e incluso prescindible para la trama. Necesitaría ser más Mad Max: Fury Road y menos guía de viaje Michelin. Tal vez si lo hubiera leído hace veinte años, cuando la fantasía heroica tradicional aún me impresionaba, me hubiera encantado. Hoy... le doy un pase.
No obstante, y aunque me arriesgue a quedarme a medias de una historia mucho más larga (El Ojo del Mundo es más o menos autoconclusivo), creo que le daré una oportunidad al siguiente volumen.
Además, disfruto con el riesgo de apilar libros sobre más libros en una estantería en la que las baldas empiezan a combarse.
Es una saga curiosa... pero no soy muy fan de ella.
ResponderEliminarAl principio le falta originalidad por todos lados, es muy copia de El Señor de los Anillos en lo referente a la narrativa. Lo gracioso es que después, cuando se libera de ello y consigue su propia personalidad... se pierde. Comienza a sacar tantas tramas y tantos personajes que se le va todo de las manos, no hablamos de capítulos de relleno, hablamos casi de tomos de relleno... personajes que desaparecen durante 1000 páginas porque el autor necesita estas para desarrollar todas las otras tramas que están en el aire.
Hay varios libros en los que al hombre se le va un poco la pinza, se ve que se estaba muriendo... Aún así leer la saga completa a mi me llevó algo menos de un año y no me arrepiento.
ResponderEliminarLos Tengo sin leer, me pille hace tiempo una coleccion de fantasia heroica para quioscos de planeta, y ahi los tengo, acumulando polvo.
ResponderEliminarEste señor seria un muy buen invitado al Celsius, si consiguieron al gordo zampon, este no deberia darle muchos problemas.
Yo,a diferencia de ustes, prefiero los tochacos, menos la primera saga del del elfo oscuro. tengo los tomos recopilatorios que Timmunmas saco del elfo oscuro, incluida la pentalogia del clerigo.
Es una saga bastante interesante cuando el autor no se anda por las ramas. Hay gente que dice que la saga es el mejor retrato de la guerra de los sexos con las mujeres teniendo prácticamente el monopolio de la magia, dándoles un poder e influencia que no tendrían por ejemplo en el mundo de Juego de Tronos.
ResponderEliminarHe de reconocer que a mi me encanta esta saga, le reconozco sus 10000 fallos pero me lo pasé como un enano leyéndola, incluso en esos volumenes más densos. El segundo no está mal pero es a partir del 3 cuando despega, a la vez justo que uno de los personajes pasa de plomazo a tyrion de la saga.Como me hubiese gustado que jordan hubiese podido acabarla
ResponderEliminarNo entiendo tu fijación con los jaros,¿por eso no vas a escribir sobre Juego de tronos esta temporada,porqué sin el bueno de Jony,Tormund aparecerá mucho más en pantalla?
ResponderEliminareter: ¡Eso suena horroroso! Gracias por tu sinceridad. Tendré que replantearme lo de leerme el siguiente volumen.
ResponderEliminarAnónimo: Hubo un tiempo, hace más de una década ya, que me leía unos cien libros al año. Ahora, con suerte, consigo leerme uno al mes, y eso si no es muy largo. Me estoy deprimiendo.
Lethe: A mí los tochos me encantaban cuando me sobraba tiempo para leerlos y mis obligaciones rara vez me forzaban a dejarlos en suspenso una temporadita. Ahora tengo que ser realista y selectivo. Un rollo, vamos.
Anonimatus: Yo en eso de la guerra de sexos no me meto. Ni en guerras ni en sexo.
Marcos Diez: ¿Despega en el tercero? ¡Pues sí que hay que armarse de paciencia! La saga la acabó un amigo suyo, también escritor, siguiendo sus indicaciones, ¿no?
Riquete el del Copete: Envidio a los pelirrojos. He oído que cuando tienen poca luz, producen su propia vitamina D.
La acabo el que por aquella época era una joven promesa de la fantasía, con un par de libros a su espalda. lo curioso del caso es que faltaba un libro y terminaron siendo 3. Hoy brandon sanderson ya es un autor consagrado capaz de escribir más de un mamotreto por año
EliminarÉsta y "Añoranzas y pesares" son mis grandes "faltas" en las sagas fantásticas. Iba a empezarla este año, pero entre el post y los comentarios me estoy echando atrás :-/
ResponderEliminarPues yo voy más o menos por la mitad de la saga, avanzando a trompicones. Aunque es cierto que terminarla cuesta, el esfuerzo tiene su recompensa. Los dos o tres primeros libros tienen un formato muy tópico de fantasía épica en la que el grupo de protagonistas salen de aventuras por el mundo, pero a partir de los siguientes libros la cosa se complica, pues el conflicto del Bien contra el Mal se "internacionaliza" y cobran mayor importancia los personajes secundarios que pueblan el mundo. Además, la evolución de Rand al'Thor, el protagonista de la obra, toma una dirección que no se suele ver en este tipo de obras. Vamos, que recomiendo darle una oportunidad y aunque sea empezar la lectura de esta saga.
ResponderEliminarYo solo vengo a decir que en 1999 se publico un videojuego para PC basado en la obra de Jordan.
ResponderEliminarEs un arcade en primera persona mas o menos de la escuela de la saga Heretic/Hexen en sus capitulos poligonales, supongo que guardara pocas referencias a la obra en la que se basa pero ahi esta para quien tenga curiosidad.
Criticar una Saga como la Rueda del Tiempo a partir del primer libro es quedarse corto. Personalmente la considero la mejor saga de fantasía que he leído... y todos los años la vuelvo a leer.
ResponderEliminar