¿Disfrutando de San Valentín? Pues ya os vale. Claro, como vosotros no tenéis que ver y comentar un episodio de Marmalade Boy cada año para conmemorar el día de los chalados enamorados... Ojalá las rosas que os regalen tengan espinas y todos los bombones que os comáis os vayan directamente al culo.
Para variar, el sexto episodio de Marmalade Boy no empieza con Miki reflexionando sobre el amor en uno de sus inspirados monólogos interiores ("¿Qué hacer? ¿QUÉ HACER? ¡¿QUÉ HACER?!... ¿Qué puedo hacer? Yo... no sé"), sino que lo hace con su mejor amiga Meiko rememorando el beso de tornillo que le dio al profesor Namura en la biblioteca del instituto en el episodio anterior.
La escena me recordaría al comienzo del tercer episodio si recordase algo más que una sensación de vértigo y vacío existencial, pero aquí es Meiko, y no Miki, quien está sentada en su dormitorio utilizando un robot de juguete como terapeuta. Todo normal si consideráis normal la anormalidad absoluta y delirante en la que viven los protagonistas de esta serie.
-Bip. Dejad de utilizarme para resolver vuestros estúpidos conflictos amorosos, mamelucas. Bip-bop-bup. |
Y como no podía ser de otra manera, en este Japón de los noventa de ostentosidad desbordante, el dormitorio de Meiko es tres veces más grande que mi salón y tiene un ventanal con puertas de unos tres metros de alto por cinco de ancho que da a una terraza con vistas a lo que supongo debe de ser su jardín particular.
Estas características hacen de la habitación el lugar idóneo para tener un flashback o para tomar el té con señoras septuagenarias ricachonas. Y no veo a ninguna señora septuagenaria por aquí.
Empatizo con ella por su austeridad. |
Volviendo al momento del beso prohibido, después de que al profesor Namura le llamasen a la sala de profesores de inglés (¿os extraña que un instituto de prestigio como este tenga salas de profesores para cada asignatura?, a mí no), la Fuerza, que es poderosa en la familia Akizuki, advierte a Meiko de la presencia de otra persona en la biblioteca.
Yuu, que estaba escondiéndose de Ginta, sale entonces de su rincón y recomienda a una abochornada Meiko que la próxima vez que vaya a morrearse con un hombre que le saca diez años en un lugar público, mire mejor si hay alguien cerca; una precaución apropiada, pero complicada, ya que cualquiera de los personajes podría ocultarse fácilmente detrás de un perchero o una lámpara de pie.
Meiko le ruega a Yuu que no se lo cuente a nadie, y él le responde: "No pensaba", que es exactamente mi actitud mental cuando veo esta serie.
Yuu le pregunta si Miki está al tanto de su lío con el profesor Namura, y Meiko le dice que no. Hmmm... Siento curiosidad, ¿cómo llamáis las mujeres a ocultarle una aventura romántica con un hombre adulto a tu mejor amiga?, ¿fantasía?, ¿ciencia ficción?
-No te juzgo. Yo besé a mi hermana, y te aseguro que no es tan guay como en La guerra de las galaxias. |
De vuelta al presente, Meiko graba un mensaje para Miki en el robot, pero no es una confesión tórrida repleta de detalles eróticos que haría que Cincuenta sombras de Grey pareciese un cuento para niños (la novela ya está escrita a nivel de prescolar, después de todo). En el mensaje simplemente le dice que Yuu y Ginta van a ser pareja de dobles de tenis.
Imagino que en unos años confirmaremos si ocultarle información a Miki repercute negativamente en su amistad. Hasta entonces procuraré que la intriga no me quite el sueño.
Al día siguiente, Yuu "el ídolo de las nenas" Matsura sale en el canal de televisión del instituto para hablar del partido de tenis en el que pronto competirá.
El presentador, que podría hacer carrera como periodista del corazón, le pregunta acerca del triángulo amoroso que forman Miki, Ginta y él. Yuu contesta que prefiere no hacer comentarios, e inmediatamente en el aula de Miki los alumnos empiezan a cuchichear, porque está científicamente demostrado que si alguien no desmiente algo, es que es cierto. Por eso, tenéis que prometerme que nunca, nunca, nunca me preguntaréis si fui yo quien disparó a JFK o recomendó a Heath Ledger tomarse un cóctel de oxicodona, hidrocodona diazepam, temazepam, alprazolam y doxilamina.
Volviendo al episodio, debo decir a favor de Yuu que se toma el acoso de los medios mucho mejor que otros queridos personajes populares.
He dicho queridos.
Buf. Esta es la última vez que dejo a un chimpancé a cargo de subir las imágenes.
La mañana siguiente, poco antes de que comience el partido, Miki encuentra a Yuu charlando con su exnovia de pelo turquesa Arimi. Dado que en esta serie utópica la pobreza se ha erradicado del mundo y la gente vive rodeada de lujo y suntuosidad, no alcanzo a comprender el motivo de que Arimi lleve el mismo vestido amarillo que llevaba el día que Miki y Yuu coincidieron con ella en el parque de atracciones El Perro Fantástico. ¡No puedo concebir que no gane para trapitos! ¿Será que Arimi es en realidad un fantasma y esa es la ropa con la que murió? ¿Estará el vestido maldito? Sea como sea, juro por mi marioneta de la rana Gustavo que no descansaré hasta que resuelva este misterio o pulse la tecla "ENTER" para cambiar de línea.
Al pensar que Yuu ha invitado a Arimi al partido, Miki jura en arameo para sus adentros, pero enseguida descubre que la ex de su hermanastro solo ha venido porque compiten contra su instituto. Miki debería evitar sacar conclusiones precipitadas y aclarar lo que siente por Yuu antes de ponerse celosa. O, mejor todavía, podría tomarse un relajante cóctel de oxicodona, hidrocodona diazepam, temazepam, alprazolam y doxilamina.
¡Mirad qué mona con todas esas luces de color y esas pompas por ahí flotando! |
Mirad qué... Mejor no miréis. |
Como el episodio es consciente de que el resultado del partido nos trae sin cuidado (esto no es un Nankatsu vs. Toho), intenta salvarse a sí mismo introduciendo una pizca de melodrama en la forma de un nuevo personaje y potencial contendiente amoroso.
Resulta que uno de los jugadores del otro instituto iba a la escuela secundaria con Yuu y siente un "odio feroz" hacia él porque nunca le ganó un solo partido y además estaba enamorado de Arimi, que en ese momento salía con Yuu.
¡Y aun hay más!, porque el individuo en cuestión es "ese chico" al que se refería Ginta en el episodio anterior y al que quería derrotar a toda costa, que no es otro que su primo Tsutomu Rokutanda, cuyo apellido rima con bufanda y cuchipanda. Por algún motivo que se me escapa, esta relación de parentesco convierte a Tsutomu en el rival de Ginta para todo. No pretendo entender una cultura en la que la gente celebra la Navidad yendo a comer al Kentucky Fried Chicken.
Su pelo es un gran glande violeta. |
Incluso el atrofiado cerebro de Miki se da cuenta de que la forma en que todos los actores de esta comedia romántica están unidos, ligados y enredados roza los límites de la realidad, y pregunta a Tsutomu si no fue él quien le regaló hace tiempo un recuerdo de Wimbledon a través de Ginta.
Tsutomu, que tiene el tacto en donde la espalda pierde su nombre, le dice a grito pelado que entonces ella debe de ser la chica a la que Ginta "dio calabazas a pesar de que estaba loco por ella", provocando un coro de murmuraciones entre el resto de alumnos, que se han congregado allí espontáneamente.
"Ginta, ¿por qué se lo contaste? ¡Te odio!", grita Miki antes de salir corriendo como una posesa.
El aludido se hunde en su habitual abismo de amargura existencial mientras su primo se troncha de risa. ¿Para qué está la familia si no es para hacerle a uno la vida imposible y recordarle lo a gusto que se está viviendo lejos de ella?
¡Risa malvada! ¡RISA MALVADA! |
La cosa se pone seria cuando Tsutomu propone que quien pierda el partido pida perdón a la otra pareja... ¡de rodillas! ¡Qué humillación! ¡Qué degradación! ¡Qué vergonzoso doblegamiento de la dignidad humana! No me imagino a nadie con un mínimo de orgullo o artrosis sometiéndose a semejante castigo. Pero Ginta va más lejos todavía y propone que el perdedor se afeite la cabeza, como aquella idol del grupo AKB48 que tuvo la indecencia de mantener relaciones sexuales con un chico, rompiendo así el halo de pureza femenina que la ridícula moral japonesa exige a sus estrellas pop. No pretendo entender una cultura en la que hacer ruido sorbiendo los fideos es señal de buenos modales en la mesa.
Tras un cruce de miradas entre primos que hace palidecer cualquier plano de Sergio Leone en la trilogía del dólar, Tsutomu acepta la apuesta. Por primera vez en toda la serie, vemos a Yuu genuinamente preocupado. Estar enamorado de su hermanastra no le quita el sueño, pero presentarse en clase hecho un boliche le provoca los mismos escalofríos que a mí la perspectiva de ver otro episodio de esta serie el año que viene.
Sé que está preocupado por la gota de sudor y las ondulaciones moradas del fondo. |
A pesar de los saques con efectos especiales de Yuu, que serían la envidia de ILM si ILM fuera una empresa manchega dedicada al cultivo de ajos, Ginta está demasiado abatido por el arrebato colérico de Miki para concentrarse en el partido, y la diferencia en el marcador es cada vez más grande.
Preocupada por el resultado, Arimi corre a buscar a Miki y le cuenta que Ginta no da pie con bola y que si pierden, Yuu y él tendrán que hacerse un harakiri capilar. Miki pone cara de preocupación mayúscula y las dos vuelven corriendo a la pista de tenis. Hay quien no sabe apreciar la belleza solemne de una frente sobria y despejada.
No estés triste, Jean-Luc. Yo te quiero tal y como eres. |
Al ser testigo de la ineptitud de Ginta, Miki le pega cuatro gritos para ver si espabila, lo cual me parece mucho más efectivo que, por ejemplo, prometerle que si ganan se levantará la blusa (seamos realistas: un sujetador por debajo de la talla 74A carece de propósito y ni siquiera merece llamarse sujetador).
La bronca de Miki devuelve a Ginta su espíritu combativo y desbloquea su habilidad para saltar dos metros de altura y generar efectos visuales tan impresionantes como los de Yuu, permitiéndoles remontar el juego a ritmo de jazz rock y ganar el partido.
A Arimi no le pasa desapercibido el efecto que causa Miki en Ginta y toma nota mental para sorprendernos al final del episodio con una estratagema romántica que solo podría tener sentido en la cabeza de una dibujante japonesa adicta al chocolate que, a sus cincuenta y dos años, aún sigue dibujando shojo.
¡MIRACLE SPECIAL ULTRA SUPER MEGATON SMASH! |
Concluido el partido, Ginta y Yuu celebran su victoria a lo grande: tomándose un refresco sentados en las escaleras del instituto. ¡Hala! ¡No tiréis la casa por la ventana, chicos!
Yuu felicita a Ginta por no ser un manta de mucho cuidado, y Ginta le responde que es un halago extraño viniendo de un tipo que hace solo un episodio le dijo que pasaba de su culo.
"Es imposible que pueda ignorarte", dice Yuu, sonriendo sin un ápice de gayicidad. "No si te gusta Miki".
¡Santa revelación espontánea, Batman! ¿Significa eso que las ondas gravitacionales son una falacia y que la comunidad científica intenta engañarnos? ¿O quizá, aunque menos probable, que a Yuu también le gusta Miki?
Ginta se pone nervioso y exige a Yuu que confirme si a él también le gustan los palos de escoba propensos a sufrir ataques de histeria, pero Yuu se larga sin dignarse en dar una respuesta.
¿Por qué rompería Yuu este momento tan especial? |
Más tarde, Arimi tiende una emboscada a Ginta a la salida del instituto y, ante la atónita mirada de todos sus compañeros, le suelta ¡que no ha podido evitar enamorarse de él! Dudo que los pantalones cortos de tenis hayan provocado ese efecto tan inmediato, así que tengo que suponer que este es el comienzo de un plan maestro para separar a Yuu de Miki. Con razón me dijo mi madre que jamás me fiase de las mujeres de pelo turquesa con vestido amarillo...
Antes de que Ginta salga de su estupor, Arimi lo arrastra hacia la calle, dispuesta a tener su primera cita con o sin el consentimiento de su nuevo novio. Supongo que ya pulirán los detalles de la relación cuando estén compartiendo una copa de helado mágico sin calorías.
No protestaba cuando era él quien tiraba de ellas para arrastrarlas inconscientes al sótano de su casa. |
Y así termina otro episodio de Marmalade Boy, la serie que es lo mejor que se ha inventado desde el cáncer de colon.
Nunca entenderé porque me provoca tanto placer verte sufrir así, señor delaBrocha... ¡Nos vemos el año que viene!
ResponderEliminarAplausos... espero que no esperes tooodo un año para el siguiente... ¿o tienes planes para hoy? ¡no! ¡pues mírate el siguiente capi!!! jejeje Besis
ResponderEliminarAsi da gusto pasar el San Valentin, si que vale la pena la espera
ResponderEliminarNo pasan de moda los especiales de San Valentín TipodelaBrocha. Temo por tu salud y querré leer el siguiente episodio a partes iguales
ResponderEliminarTanto amor azucarado en la pantalla es malo para mi diabetes! XDDD
ResponderEliminarTu esfuerzo es nuestra recompensa (Esto suena un poco egoísta ¿no?)
ResponderEliminarEl capítulo es algo peor que la mayoría. Le doy un 9. Es que lo del tenis es un comeminutos.
Tampoco te ofusques, seguro que para el 2040 se inventa un método electrónico para ver, escribir y leer cualquier cosa en pocos segundos. Aunque lo comprará Google y será tan molón como incómodo.
Todo irá bien mientras aun existan los pies de foto.
¿Terapista? Me sonaba la palabra terapeuta, pero terapista...
ResponderEliminarLos japos son muy raros, así que no descartes tan rápido lo de la talla 74A. Total, la prota tendrá el mismo volúmen que una de esas famosas almohadas frikis, solo que a lo vida real (dentro de la serie de dibujos, claro).
Una vez que he desarrollado cierto sentido estético y ético he de decir que la serie no merece un pimiento PERO que en mi adolescencia disfrutaba de la serie. Creo que no llegué a ver el final (ahora no tengo el menor interés en buscarlo) pero era digna de comentario con mis compañeras de clase (puede que la viese sólo por eso). No sé cuantos capítulos son pero espero que vivamos para el comentario del último episodio.
ResponderEliminarPD: antes de la foto "¡MIRACLE SPECIAL ULTRA SUPER MEGATON SMASH" falta una palabra.
Tranquila Mixtli. Están sacando ahora un manga con la continuación... Tenemos valentines para años!
ResponderEliminarDios bendiga a El Corte Inglés por inventar el día de los enamorados, porque así podemos disfrutar cada año de este especial.
ResponderEliminarHe conseguido hacer a mi mujer "Brochista", se ha leido del tirón todos los capitulos publicados. Además de este momento de vida compartida ella en un momento de sabiduria me dijo:
ResponderEliminar"Esto es un tema de Sadismo compartido. Los que lo leéis disfrutais viendo sufrir al Tipo de la Brocha con una reseña de algo que odia. Y él difruta haciendoos sufrir publicando solo uno al año."
Otro San Valentín mas, otro capitulo de Marmalade Boy. En fin Tipo de la Brocha, como se suele decir, una vez al año, no hace daño (aunque a la larga puede ser perjudicial). La verdad es que te compadezco,, esta serie es una atrocidad visual. Los personajes contrahechos, esos efectos psicodelicos, esas expresiones faciales, todo es un atentado contra la vista de las personas. Que esperar de uans personas donde le nuevo erotismo esl amer pomos de puertas (no pregunte como lo se, me lo mostraron en una pagina y es... Pues eso, un gran capitulo pero gracias a tus divertidos comentarios porque por lo demás... no se ni que destacar. Bueno, que liarte con profesores no te hace subir la nota y que la familia es lo peor. Adios.
ResponderEliminarAhora que se ha mencionado ya es imposible ver a el pelo de Tsutomu sin las connotaciones fálicas, menos mal que ha perdido y que se va a hacer la circuncisión capilar.
ResponderEliminar¿Soy yo o parece que en la imagen en la que Yuu está tomando el refresco su cuerpo se está estrechando de hombros para abajo? Da grima verlo.
Flashnhc: Porque eres un sádico, por eso. Y nada de vernos el año que viene, te quiero aquí de vuelta cada semana.
ResponderEliminarAnónimo 1: Jejeje... NO.
Anónimo 2: ¿Un año para esto? ¿Qué dices? No merece la pena.
Llorch: Sí que pasan de moda. El amor ya no vale un pimiento.
Chubasco: Tu mujer es sabia y se merece un regalo. Que me pida un artículo (que no sea de Marmalade Boy) y se lo escribo. Y cuídate esa diabetes.
kei: Tampoco es un episodio que dé mucho juego para comentarlo, la verdad. He hecho lo que he podido.
Victor: Lo de terapista es un guiño a mis lectores del otro lado del charco. Güey.
Mixtli: Me consuela saber que estaré muerto mucho antes.
Juan Mendez: ¡Dios nos bendiga a todos! Menos al pequeño Tim. Maldito pequeño lisiado...
Joakin Martinez Rodriguez: Nunca tuve una profesora con la que quisiera liarme, así que no sabría qué decirte de eso. De lamer pomos de puertas... ¿qué forma suelen tener?
Anonimatus: Procuro no meterme con la calidad de los dibujos porque salta a la vista que son mediocres, pero sí, son un horror.
Gracias a su descripción ahora sé que tengo el mismo tipo de cabello que Tsutomu... AY.
ResponderEliminarCada vez que saca un nuevo artículo de San Valentín tengo que leerme los pasados para recordar de qué va la historia. Algún día podré recitar sus artículos de Marmalade Boy palabra por palabra.
Excelente, Brocha. Esta es una de esas tradiciones que llegaron para quedarse. Los especiales de MB, por los daños que causan en tí y en nosotros, podrían ser una nueva noche de brujas. Además el caracter hipnotico que nos hace seguir esta historia suma al mito.
ResponderEliminarMe puse nervioso al ver a Yuu nervioso, él siempre tan tranquilo. Este anime es un mar de emociones!
PD: cada captura es una imagen de la desproporción del arte. La pierna de ginta, en la imagen del tenis, me da miedo.
Yo de lo que tengo impaciencia es de ver la segunda parte de la reseña de la amenaza fantasmas que también era altamente disfrutable y por supuesto, de la nueva tanda de episodios de juego de tronos, no se que me gusta mas, si el capitulo o el comentario que se que vendrá después! XD
ResponderEliminarOhhhh!!!me acabo de dar cuenta del tubo musical, me encantaba esta serieee!!! gracias por tu trabajo y esfuerzo!! Esperare hasta el proximo san valentin para el siguiente capitulo!
ResponderEliminarSólo comentar que la frase más acertada para este capítulo es: "Y si no, desmiéntemelo".
ResponderEliminarNo lo he podido leer antes por circunstancias de la vida (y mías, sobre todo mías), y no me lo perdonaré nunca, el no haberlo hecho en San Valentín...