Después de aquel artículo sobre piruletas zombi rellenas de caramelo al que casi nadie prestó atención (porque, claros, ahora resulta que sois lectores de paladar exquisito), no pensaba volver a escribir sobre comida en un especial de Halloween. Bueno, sobre comida o, al menos, sobre algo más parecido a comida que las tapas de un libro de Stephen King. A cualquier cosa le llaman hoy manduca. Pero cuando me enteré de que la Halloween Whopper de Burger King había cruzado el Atlántico, supe que no podía dejar pasar la ocasión y le hice un hueco en mi apretado calendario de publicaciones.
¿Significa eso que he escrito este artículo deprisa y corriendo para aprovecharme del poco tirón comercial que pueda tener una hamburguesa con panecillos negros? ¡Evidentemente! Pero no podéis culparme de querer ser popular. Es el sueño de toda animadora.
Empezando de fuera hacia dentro, lo primero que hay que decir es que el envoltorio en el que viene la Halloween Whopper debería estar en un museo, y no solo porque se trate de una auténtica obra de arte, sino porque ese es el único lugar en el que debería estar una momia de hace dos mil años, fresquita y bien conservada. Quizá algunos de vosotros encontréis un contenedor de basura igual de apropiado, pero yo aún siento cierto respeto por los difuntos, las tradiciones del Antiguo Egipto y los disfraces baratos de Halloween.
Por si aún no sabéis de qué hablo y tampoco habéis hecho el scroll suficiente para ver la siguiente imagen, el envoltorio en cuestión está diseñado para parecer una momia, con los vendajes blancos dejando entrever unos ojos imperturbables de escleróticas amarillentas que se posan con siniestras intenciones sobre cualquiera que ose perturbar su reposo eterno para desentrañar los misterios del Antiguo Egipto y comerse una hamburguesa que se identifica más con una suela de zapato que con una vaca. Pero ese es un riesgo que uno debe correr si quiere aparecer en la portada de National Geographic y ligarse a esa estudiante de arqueología tan mona con gafas de culo de vaso.
Estoy convencido de que de crío el envoltorio me hubiera vuelto loco, porque es la clase de cosa que me fascinaba y obsesionaba, y probablemente lo hubiera guardado en algún cajón hasta que se que se descompusiese por efecto de la humedad y del tiempo igual que hacía con las cajas de los Happy Meal.
Tal vez eso explique aquella infección de hongos que tuve.
Imaginad lo mucho que se va a enfadar esta momia cuando pase delante de un espejo y descubra que algún gamberro le ha escrito "Halloween Whopper" en la frente. |
En cuanto a la hamburguesa en sí, es una Whopper normal y corriente a la que han añadido salsa Steakhouse y cambiado los panecillos habituales por otros de color negro. Pero no nos engañemos, lo que hace especial a esta hamburguesa es precisamente que los panecillos son negros, que es un color de lo más natural para el pan carbonizado, crujiente y cancerígeno.
Además, debo añadir que este es uno de los negros más intensos que he visto nunca, a caballo entre la pluma de un cuervo y el sobaco de un grillo, y parece que absorba incluso la luz que hay a su alrededor.
Por cierto, tengo que pagar la factura de la luz.
Ahora bien, pese a esas pequeñas diferencias, el sabor no es muy distinto al de la Whopper de siempre, y aunque los panecillos tienen un toque de salsa barbacoa, el matiz es demasiado sutil para cualquiera que no se dedique profesionalmente a la cata de comida basura (un trabajo de ensueño con pluses por penosidad, toxicidad y peligrosidad). De todos modos, juzgar la Halloween Whopper por su sabor es como juzgar a una supermodelo por su inteligencia o a un profesor de filosofía por su cordura. Aquí lo único importante es el marketing y, en este aspecto, la pinta que tiene el producto es de 10 sobre 10.
Excepto en mis fotos, que es de 2 sobre 1.000.
Cuando tengo hambre, no pierdo el tiempo sacando fotos. |
Según la letra pequeña, la promoción es válida hasta fin de existencias, pero yo, si fuera vosotros, no me la jugaría e iría hoy mismo a pedir una Halloween Whopper a mi Burger King más cercano. O quizá al más lejano para así quemar preventivamente las calorías que pronto irrumpirán en vuestro organismo derribando puertas a patadas.
En cualquier caso, no dejéis escapar la ocasión de ver y probar esta hamburguesa. Esta es una de esas experiencias que solo se viven una vez, como casarse cuando eres un enfermo terminal u operarse de fimosis (teóricamente podríais repetir la experiencia e hincharos a hamburguesas mientras dure la promoción, pero ni siquiera el lector medio del blog, adicto al Prozac, siente semejante desprecio por sus arterias).
Bon appétit.
Cuando la vi anunciada en una parada de autobús supe que tenía que probarla. Así que a los pocos días fue corriendo al Burger
ResponderEliminarSi os soy sincero me decepcionó bastante. El aspecto es genial, y me sorprendió el color negro tan intenso del pan, pero el sabor es exactamente el mismo que el de un Whopper normal y corriente
Lo probé hace unos 3 años como "la hamburguesa de darthvader", y por elegir esa comida me perdí la oportunidad de comer un verdadero manjar nipón.
ResponderEliminarEl sabor es el mismo, lo único diferente (dicen) es que defecas de color verde chillón(como baba de fantasma). Francamente nunca lo noté. En México me sorprendía con el pan rojo(chipotle) y el verde(jalapeño) para hamburguesa, pero para la temporada se distingue el color y el envoltorio, que está mucho mejor que su papel cebolla reciclado.
Ese envoltorio es muy atinado, porque la hamburguesa se conserva hasta por tres años intacta(con tantos conservadores, el experimento fue real).
Estupenda nota, también hay pasteles "gore".
Para a los que les gusta los Whopper sera una interesante alternativa aunque solo sea por el sabor barbacoa y la pinta negra.
ResponderEliminarSi este finde voy a ver The martian o Crimson Peak, puede que me pida una.Gracias por la recomendación (pese a no ser comida demasiado saludable).
ResponderEliminarEl concepto de "hasta fin de existencias" mezclado con monstruos, Halloween y comida basura me hace pensar de alguna manera en el Juicio Final
ResponderEliminarDinos la verdad, el color negro del pan con ese brillo solo se consigue con Titanlux.
ResponderEliminarYo vivi una operacion de fimosis cuando era joven(18 años)....es una de las pocas cosas que no le deseas ni a tu peor enemigo....peor si es anestesia loco en vez de generql...buff yo a todos los que van a tener hijos(amigos,familiares) les recomiendo que mire la circuncision lo antes posible.
ResponderEliminarBuen articulo una pena que no sea de comida basura xD
Cagaste verde?
Poco entusiasmo percibo yo aquí. ¡Anda e id a comeros huevas de esturión!
ResponderEliminarDesde luego tienen mejor sabor. Hay que ser muy valiente para comer de Burguer King sin que te obliguen. Da igual que sea edición coleccionista Halloween. No hay valor suficiente.
EliminarYo llevaba décadas sin pisar un Burger King y fui únicamente con la intención de comerme esta hamburguesa-basura por el simple hecho de que el pan fuera negro!
ResponderEliminarDebo reconocer que la calidad ha mejorado bastante respecto a la de antaño (los 90s) aunque la "puesta en escena" sigue siendo deficiente... Como en esos maravillosos anuncios de Rimmel que te alargan las pestañas hasta el infinito y más allá, y cuando lo pruebas en casa no es como en el anuncio... Pues igual, la hamburguesa que recibes no es la del anuncio - ni de lejos - pero reconozco que la disfruté bastante!
Y por cierto, la mía no llevaba ese papel tan chulo de momia! Aunque tampoco recuerdo si la comí el año pasado o el anterior...