Juego de Tronos: Misericordia

¡Ah, el fin de otro largo viaje! Empecé a escribir sobre la nueva temporada de Juego de Tronos a finales de abril y en estos dos meses y pico he escrito sobre la serie las suficientes palabras como para llenar las páginas de una novela juvenil. Sí, ha sido mucho tiempo, tanto que George R. R. Martin, el autor de las novelas, ha fallecido. Asesinado por un tiburón en Sharknado 3: Oh Hell No! 

¿Qué viene ahora? No estoy seguro, pero no descarto tomarme un descanso del blog para volver con fuerzas renovadas en septiembre, la cabeza libre ya de enanos y dragones.

Ocurra lo que ocurra después de esta semana, el camino de la quinta temporada ha llegado a su fin. Disfrutad de la última entrada y despedíos de mí antes de abandonar la estación, no seáis maleducados.

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En el Norte

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En el campamento de Stannis Baratheon, el hielo ha empezado a derretirse. La temporada de esquí ha terminado, y los soldados dejan de hacer muñecos de nieve obscenos para prepararse para la batalla.

Melisandre dice que el repentino cambio climático es cosa de R'hllor, pretendiendo ponerse una medalla; pero el aire aún huele a niña quemada (que recuerda al olor de las chuletas demasiado hechas, pero con notas de deshonra y arrepentimiento) y Stannis no quiere oír ni una palabra acerca del tema.

Fuera de la tienda, un comandante informa a Stannis de que la mitad de los hombres han aprovechado el deshielo para tomar las de Villadiego. Si mirase hacia el horizonte, aún podría ver la cómica estela de humo que dejan a su paso. ¿Quién iba a pensar que los hombres dejarían de apoyarle después de quemar viva a su hija? Kim Jong-un ejecuta a familiares, exnovias y ministros regularmente, y no se sabe de ningún coreano que haya desertado por eso.

Pero las malas noticias nunca vienen solas, y un segundo hombre llega instantes después para reportarle que su esposa, Selyse, se ha convertido en el primer adorno navideño de la temporada. Stannis no pilla el chistecito hasta que encuentra a su mujer colgada de un árbol, balanceándose ligeramente como un bastón de caramelo.

A la vista del panorama, Melisandre decide hacer mutis por el foro. No es culpa suya que no interprete bien lo que dicen las llamas, ¡la señal es muy mala!

-¿Has visto al abogado?

-¿Qué abogado?

-El que tengo aquí colgado.

Pero aunque Stannis ha perdido la mitad de su ejército y a su familia en menos de veinticuatro horas, no está por la labor de retirarse, y decide atacar Invernalia igualmente. A lo mejor cambia su suerte y cae un rayo sobre las tropas de los Bolton, fulminándolos a todos en una fracción de segundo, o se vuelven hippies y les abren las puertas de la fortaleza pacíficamente.

¿Qué?, ¡podría pasar!

Se tercia un cambio de escenario. ¡Rápido, Robin, a Invernalia!

En la antigua fortaleza de la Casa Stark, Darth Sansa aprovecha que todos están ocupados pertrechándose para la batalla, para escapar de su habitación usando el sacacorchos que birló en el episodio 5x07. Desde allí se dirige a la torre rota para encender la Brienne-señal.

Por desgracia, Brienne, que se ha pasado media temporada mirando hacia la torre de marras casi sin parpadear, se entera de que el ejército de Stannis está a tiro de piedra y decide abandonar su puesto de vigilancia para vengar a Renly. Tiene el don de la oportunidad.

La próxima vez manda un WhatsApp.

Stannis está dando instrucciones para preparar el asedio, que si cava una zanja aquí, que si levanta una empalizada allá, cuando uno de sus comandantes le dice que pueden ahorrarse el esfuerzo. La caballería de los Bolton abandona los muros de Invernalia al galope y se abalanza sobre las menguadas y desmotivadas tropas de Stannis, arrollándolas. No veía semejante masacre desde la última vez que jugué al Hyrule Warriors con Ganondorf.

Tras la aniquilación absoluta de su ejército, Stannis renquea por el huerto de cadáveres, liquida a un par de soldados a los que no les había llegado la circular informándoles de que es una máquina de matar, y luego se deja caer contra un árbol imitando la llamada de apareamiento del ciervo común.

Hay días en los que es mejor no levantarse de la cama. Los días después de haber ordenado quemar viva a tu única hija suelen ser días de esos.

¿Alguien necesita mimitos?

Su horóscopo decía que hoy recibiría una visita imprevista y no se equivocaba. Brienne lo encuentra allí tirado, hastiado y exhausto. Quizá Stannis debería aprovechar esta racha de suerte que está teniendo para ir a Las Vegas y reventar los casinos.

Brienne le explica que fue guardia real de Renly (aunque brevemente) y le pide una confesión.

"¿ORDENÓ USTED EL CÓDIGO ROJO?", grita.

Stannis admite que asesinó a su hermano, porque, total, de perdidos al río, y pide a la moza que cumpla con su deber.

Brienne desenfunda la espada conocida como Guardajuramentos y la balancea con su poderoso giro de cintura hacia la cámara, instante en el que cortamos a Ramsay Bolton rematando a un soldado moribundo en el campo de batalla.

-Hola, me llamo Brienne de Tarth. Tú mataste a mi rey. Prepárate a morir.

En Invernalia, Darth Sansa cruza el patio de incógnito y sube a las almenas, donde se topa con Myranda y Hediondo, las últimas personas con las que querría encontrarse si descontamos a Ramsay y al zombi de Joffrey.

Myranda la apunta con su arco, ofreciéndose a acompañarla de vuelta a sus aposentos o, como Ramsay prefiere llamarlo, el cuarto rojo del dolor. También él ha leído Cincuenta sombras de Grey.

En ese momento, Sansa da un giro a su miserable vida y renuncia al Lado Oscuro: "Si voy a morir, que ocurra al menos mientras aún quede algo de mí".

Pero Myranda no quiere matarla aunque suelte esas tonterías y le dice que, mientras pueda seguir produciendo churumbeles, a Ramsay no le importará que la deje un poco mutilada. Honestamente no creo que Ramsay sepa apreciar el proceso de tener hijos con una tullida. Es un psicópata, sí; pero, que se sepa, no ha perdido el sentido del gusto.

Cuando Myranda tensa el arco, dispuesta a disparar, Hediondo, que lleva pidiendo una redención a lo Darth Vader desde hace mucho tiempo, la empuja al patio interior. El sonido de su cabeza abriéndose contra el suelo es música para mis oídos, y suena como un maravilloso riff de Tony Iommi.

-Sip, diría que está totalmente muerta.

Las tropas de los Bolton regresan al castillo después de dar una tunda al ejército de Stannis para celebrar el tradicional banquete con jabalís y un bardo atado y amordazado.

Theon y Sansa coinciden en que es poco probable que Ramsay vaya a pasar por alto la muerte de Myranda sin arrancarles al menos unos cuantos centímetros de piel, así que deciden escapar. Entre una muerte 100% garantizada y un salto de fe con un 33% de posibilidades de romperse la crisma, Theon y Sansa escogen arrojarse desde lo alto de la muralla, cruzando los dedos para que la nieve amortigüe su caída o pase un camión cargado de plumas de ganso para colchones. Si la serie no nos hace un Bran, conoceremos su destino la temporada que viene.

-Hasta nunca, Tommy Lee Jones.

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En Braavos

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En el burdel del episodio anterior, Meryn Trant pone a prueba a tres crías arreándolas con la vara original del Tío la Vara. Dos de las chicas chillan y lloran con cada golpe, mientras que la tercera ni se inmuta, muy estoica ella. Como al caballero le gustan los retos, se queda con la chica que no dice ni mu y manda a las otras dos a paseo.

Para sorpresa del espectador, la chica que se queda es aparentemente Ghita, la niña enferma a la que Arya practicó la eutanasia en el sexto episodio después de soltarle una trola tamaño XXL sobre las propiedades curativas del agua de la Casa de Negro y Blanco, que es en realidad una mezcla de salfumán, amoníaco y lejía.

Como es imposible que Ghita siga viva, sumamos dos y dos y deducimos que se trata de Ethan Hunt.

Selección de personal, por Meryn Trant.

Trant no se anda con chiquitas y tumba a la cría de un puñetazo en el mesogastrio, queriendo demostrar quién manda aquí; pero la chica aguanta el golpe como una campeona y se yergue para revelar su verdadero rostro: el de Arya Stark de Invernalia. ¡Inconcebible!

Arya se lanza sobre el pasmado Trant con un puñal que llevaba oculto y se lo clava con saña primero en un ojo (¡ay!), luego en el otro ojo (¡doble ay!) y después a lo largo y ancho de todo su cuerpo serrano (¡triple ay!).

Mientras el hombre se desangra como un cerdo en el matadero, Arya le dice que es el primero de su lista negra por haber matado a su maestro de baile latino. A Trant no le hace especial ilusión ser el primero de ninguna lista, y, de todos modos, tampoco es el mejor conversador del mundo en este momento, así que se limita a balbucear mientras se muere mucho.

"¿Sabes quién soy? Soy Arya Stark", le dice la pequeña psicópata, apuñalándolo un poco más. "¿Sabes quién eres tú? No eres nadie. No eres nada", y le rebana el pescuezo.

Esta chica me da miedo. Del asesinato a sacarse los mocos en público hay un paso.

La muerte ha venido a buscarte. Y no llama a la puerta.

De vuelta a la Casa de Negro y Blanco, Arya se cuela en la Sala de los Rostros para dejar la cara de Ghita en su sitio, esperando que nadie descubra su escapada nocturna; pero Jaqen H'ghar y la Niña Abandonada la pillan con las manos en la masa.

Estaban levantados viendo La tienda en casa.

Busted!

Jaqen saca un vial con veneno del bolsillo y amenaza a Arya con él.

"No debías quitar la vida a ese hombre. Una chica ha robado al Dios de Muchos Rostros", dice. "Ha contraído una deuda. Solo la muerte puede pagar la vida".

Arya teme que vayan a deshacerse de ella por saltarse a la torera las normas de su club ninja, pero, en un giro imprevisto de los acontecimientos, es Jaqen quien se echa el veneno al coleto y cae muerto. Arya se lanza sobre el cuerpo de Jaqen, histérica perdida. Si sigue perdiendo amigos a este ritmo, tendrá que abrirse una cuenta de Facebook para fingir que tiene vida social.

Entonces, a sus espaldas, la Niña Abandonada revela que ella es en realidad... ¡Jaqen H'ghar! Y no solo Jaqen H'ghar, sino... ¡Jaqen H'ghar con falda!

¿Dos giros imprevistos en menos de un minuto? ¡Inaudito!

-Se sincera. Este vestido me hace gordo, ¿verdad?

Arya, medio desquiciada, empieza a quitar al cadáver una máscara tras otra como si fuera la conclusión de un episodio de Scooby-Doo hasta descubrir su propia cara, lo que me recuerda no tanto a la serie de Hanna-Barbera, como a la escena de El Imperio contraataca en la que Luke decapita a Darth Vader en Dagobah y se encuentra su propio careto tras la máscara del matón galáctico.

Yo he visto esta cara antes... ¡Toma, claro! En las imágenes promocionales de la próxima temporada de Doctor Who.

Para rematar la escena, Arya se queda más ciega que un topo sin explicación alguna.

La buena noticia es que ahora podré volver a hacer chistes de ciegos a pesar de la muerte de Aemon. La mala, que Arya tendrá que aprender a fiarse de Jaqen para llevar la ropa conjuntada.

Siempre le quedará vender cupones de la ONCE.

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En Dorne

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En el muelle, el príncipe Doran, Ellaria Arena y las Tortugas Ninja de Dorne se despiden de Jaime Lannister y compañía, deseándoles que tenga un viaje sin contratiempos de ningún tipo, tales como tifones, tiburones, o *cof* inesperadas muertes por envenenamiento. Los pasajeros solo tienen una pregunta en mente: ¿Servirán piña colada a bordo?

Ellaria pide perdón a Myrcella por el asuntillo ese de querer asesinarla y le planta un beso en el morro, largo hasta el punto de resultar incómodo. Esto debería haber disparado las alarmas de Jaime en el acto si los guionistas de esta temporada no lo hubieran convertido en un mequetrefe con genes de solípedo asnal, pero en lugar de eso, como está idiotizado, contempla la escena sin mosquearse. Todo normal, sí.

Bronn, por su lado, se lleva la despedida del año cuando Tyene le muerde la oreja y le susurra al oído la línea más fuera de lugar que hemos oído en toda la serie: "Quieres una buena chica, pero necesitas un conejito malo". Estas moderneces del lenguaje no acabo yo de encajarlas. A este ritmo no tardarán en hablar como las lectoras de la Súper Pop.

¡Marchaos a un hotel!

A bordo del barco, Jaime aprovecha que su hija ya no es una pipiola para intentar explicarle que él no es solo su tío, sino también su padre. No todas las familias pueden ser como las de las sitcom americanas de los años ochenta, ¿vale?

Myrcella interrumpe su torpe intento de contarle la verdad y le dice que está al tanto de los cotilleos de los programas del corazón y que se alegra de que él sea su padre, porque la alternativa supondría ser la hija de un gordo borracho y pendenciero que lleva cuatro años muerto y que nunca podrá preocuparse por ella cuando salga a la calle vestida como una golfa ni regalarle un deportivo descapotable cuando cumpla dieciocho años.

Padre e hija se abrazan y, naturalmente, este momento tan tierno y feliz solo puede significar una cosa: Myrcella tiene que palmar en 3... 2... 1... y ¡BAM! a la chica comienza a chorrearle sirope de fresa por la tocha y cae muerta en brazos de su tío/padre.

No hace falta ser muy espabilado para deducir que Ellaria había usado Infalible, el nuevo pintalabios de L'Oréal Paris. Color intenso todo el día. Máxima hidratación y suavidad. Muerte por envenenamiento en menos de una hora. Porque ella lo vale.

Peor es tener acné.

Desde el muelle, Ellaria y las Serpientes de Arena observan el barco alejarse de la costa, haciéndose una idea bastante clara de lo que sucede a bordo. Habida cuenta de toda la estupidez concentrada en la trama de Dorne, me extraña que no se pongan a bailar allí mismo para celebrarlo.

De todos modos, no se puede decir que el plan de Ellaria haya sido muy inteligente. Ahora mismo Jaime podría ordenar que el barco diera media vuelta y exigir a Doran su cabeza y la de las Serpientes envueltas para regalo, o, por si las moscas, seguir su camino hasta Desembarco del Rey y enviarle una cartita a Doran amenazando con mandarle a Trystane en rodajas de salami si no cercena las cabezas de las mujeres en cuestión.

La única forma de que el plan de Ellaria salga bien es contar con que Cersei sea tan merluza como para declarar la guerra a Dorne nada más enterarse de que su hija a muerto. Por suerte para ella, Cersei es exactamente así de merluza.

Haters gonna hate.

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En Meereen

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En la sala del trono de la Gran Pirámide, Tyrion Lannister, Jorah Mormont y Daario Naharis ponen las caras más largas de la jornada. A pesar de que la última vez que los vimos una horda de Hijos de la Arpía los rodeaba con intenciones poco halagüeñas, los tres han sobrevivido milagrosamente y sin un solo rasguño al gatuperio que se montó en la Fosa de Daznak durante los Grandes Juegos.

¿Cómo salieron de semejante percal? Mi teoría, tan buena como cualquier otra, es que recibieron ayuda de Optimus Prime, líder de los Autobots. Veinte toneladas de chapa de metal, engranajes y bujías que se interpusieron entre ellos y los Hijos de la Arpía. Fue breve, pero épico.

Gusano Gris, aún usando faja para que los intestinos no se le desparramen por el suelo recién fregado, entra en la sala apoyado en Missandei y pregunta qué pinta Jorah aquí. ¿No lo había puesto la reina de patitas en la calle otra vez? Daario le dice que vea el episodio 5x09 para ponerse al día.

El grupo elabora un plan de acción para traer de vuelta a la Madre de Dragones sin descuidar Meereen. Daario y Jorah, que son los más machos, saldrán a buscar a Dany con la esperanza de encontrarla antes de que Drogon la lleve volando hasta el reino sin fronteras de Fantasía, mientras Tyrion gobierna Meereen con ayuda de Missandei y Gusano Gris. Eso sí, el comandante de los Inmaculados será quien dé la cara ante el pueblo, porque ningún meereeno respetaría a un enano que solo chapurrea su lengua. Lo que me sorprende es que vaya a respetar a un soldado castrado al que le cuesta construir frases completas.

"Meeren es antigua y gloriosa", dice Daario antes de largarse. "Tratad de no arruinarla".

No cagarla gobernando Meereen. Anotado.

Cri-cri, cri-cri...

Desde lo alto de las murallas, Tyrion observa a Jorah y Daario alejarse a caballo, probablemente envidiando su suerte porque nunca ha pasado tantas horas sobre una montura como para que le escuezan los huevos. ¿Cómo gobernará él una ciudad cuyas costumbres solo conoce gracias a los chistes racistas que llegan a Desembarco del Rey? ¿Y si saluda a alguien con la mano y en realidad le ha hecho un gesto que significa "Defeco en los pútridos restos de tus ancestros"?

Por suerte, Varys acaba de llegar a la ciudad y ofrece a Tyrion su ayuda.

"Os he echado de menos", dice el Gnomo, sonriendo.

"Eso ya lo sé", contesta Varys.

¡Besaos, tontos!

El regreso de la extraña pareja.

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En tierras extrañas

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En lo alto de un monte perdido de la mano de R'hllor, Danenerys Targaryen intenta persuadir a Drogon de que la lleve de vuelta a Meereen, para que pueda lavar su vestido con Colón doble acción en blancura y volver a parecer una reina y no una vagabunda harapienta. Pero el dragón, tan agotado como el presupuesto para efectos especiales de la temporada, se ha apalancado en un círculo de ceniza rodeado de huesos de vaca y pasa de ella.

-Joooo, mamá, déjame solo un ratito más.

Dejando pendiente una reclamación contra su compañía aérea , Dany decide echar a caminar para ver si al menos encuentra algo que echarse a la boca. Con el hambre que tiene se conformaría con unas bayas poco maduras o incluso con un Taco Bell.

De pronto, oye un relincho y el paso de caballos. Una horda de miles de jinetes dothrakis cabalgan hacia ella desde las colinas colindantes y empiezan a girar en círculos a su alrededor, gritando como los indios en las viejas películas del Oeste.

Disimuladamente, Dany se quita su anillo de compromiso y lo tira al suelo para que cuando sus fieles seguidores salgan a buscarla, puedan seguir su rastro. Si está pensando en los mismos fieles seguidores a los que dejó tirados en la Fosa de Daznak, es muy optimista. Salvo que haya visto el episodio en diferido, ella no puede saber que se salvaron gracias a la ayuda de Optimus Prime.

El regreso de los doritos.

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En Desembarco del Rey

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La septa Unella, erre que erre, entra en la celda de Cersei Lannister para darle la brasa con la misma cantinela de siempre. "Confiesa", le dice por septuagésimo cuarta vez. Y al final funciona, porque consigue minar su voluntad lo suficiente para que Cersei quiera confesarse de rodillas ante el Gorrión Supremo, haciéndose la arrepentida para que su carcelero la absuelva.

Sin embargo, aunque Cersei admite que protagonizó escenas clasificadas como incest, taboo y milf con su primo Lancel, no reconoce que sus hijos sea fruto del incesto y del adulterio (burdas mentiras propagadas por Stannis, según ella) ni que maquinase el asesinato del rey Robert, así que deberá someterse a juicio para separar la verdad de la mentira. Lástima que aún no existan las pruebas de ADN.

Por suerte para ella, la Madre es misericordiosa, y el Gorrión Supremo permite a Cersei que vuelva a la Fortaleza Roja con su hijo Tommen hasta que se celebre el juicio. La única condición es que antes pague por el pecado que ya ha confesado con una... pequeña penitencia.

Esto es lo que les pasa a los que no marcan la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta.

Un par de septas frotan inmisericordemente el cuerpo desnudo de Cersei con unas esponjas que son todo fibra verde de la Scotch-Brite, y luego le hacen un corte de pelo moderno a navaja parecido al de Angelina Jolie en Hackers.

A Cersei se le atragantan las lágrimas, pero apuesto a que Lena Heady no veía el momento de librarse de la peluca de Rapunzel.

El peor cosplay de Imperator Furiosa que he visto.

En las escaleras del Septo de Baelor, ante una ingente muchedumbre que no tiene otra cosa que hacer aparte de morirse de hambre en la calle o contraer nuevas enfermedades, el Gorrión Supremo acusa a Cersei de falsedad y fornicio y la castiga con el Paseo de la Vergüenza^TM, esto es, la obliga a recorrer las calles de la ciudad en charras hasta la Fortaleza Roja.

Una reina caída en desgracia con el tipazo de una doble de cuerpo catorce años más joven que ella atrae mucho más público que un septón viejo y gordo y los gorriones tienen que apartar a la gentuza del camino a golpes para que la penitente pueda avanzar.

Solo el penitente pasará. El penitente... ¿se despelota ante Dios?

Así pues, Cersei camina entre la chusma escoltada por los matones del Gorrión Supremo y seguida por la septa Unella, que entona "Vergüenza" al tiempo que tañe una campana. "Vergüenza". Tilín-tilín. "Vergüenza". Tilín-tilín. Creo que este será el próximo tono de llamada de mi teléfono.

La plebe no se corta un pelo y humilla e insulta a la reina madre a lo largo de todo el camino, arrojándole comida podrida y excrementos. Ya me gusta más que el fútbol.

La escena es demasiado larga, precisamente para que resulte más incómoda y dolorosa, y por mucha manía que uno le tenga a Cersei es casi imposible no compartir su sufrimiento. Con doble de cuerpo o sin ella, la interpretación de Headey es colosal.

La Madre se puede meter su misericordia por el...

Cersei llega a la Fortaleza Roja hecha un esperpento, con los pies destrozados y cubierta de sobras de menú del día y porquerías varias, y rompe a llorar. Solo los que hemos visto Top Dog: El perro sargento podemos entender su dolor.

Ni el Gran Maestre Pycelle ni su tío Kevan mueven un dedo por ayudarla, pero Qyburn, el nigromante espeluznante, se acerca a ella para consolarla y cubrirle las vergüenzas con una manta.

Qyburn también aprovecha para presentarle al miembro más reciente de la Guardia Real (al ritmo que muere la peña siempre hay alguna vacante): Ser Robert Strong, su propio monstruo de Frankenstein, un gigante monstruoso de armadura dorada, con los brazos como troncos y la piel falta de vitamina D.

"Ha jurado que no hablará hasta que todos vuestros enemigos estén muertos y el mal haya sido expulsado del reino", explica Qyburn.

Tampoco es que hablase mucho cuando estaba vivo, la verdad. Ni creo que oliese mejor.

Frankengregor coge a Cersei en brazos y la reina madre recupera la compostura e incluso sonríe maliciosamente. Sus enemigos deberían andarse con mucho ojo la temporada que viene si no quieren acabar espachurrados.

-Uy, qué mozo más recio y garañón.

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En el Castillo Negro

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Jon Nieve pone a Samwell Tarly al día sobre su visita a Casa Austera. Había gente maja y se comía bien, pero con las prisas de la vuelta (no quería perder su barco), se dejó el vidriagón en el hotel. Y eso por no mencionar que haber sacrificado a varios hermanos juramentados en una misión de rescate que se fue al cuerno no ha convertido a Jon en la persona más popular a este lado del Muro.

Sam, algo falto de tacto, escoge este momento para pedir a Jon que le deje ir a Antigua con Elí y su bebé, porque si no se van pronto, antes o después (probablemente antes) acabarán dándoles matarile. Además, si Sam se saca el título de maestre en la Ciudadela, será mucho más útil para la Guardia, sobre todo ahora que el maestro Aemon cabe en una urna de 15 centímetros de diámetro por 20 de altura. ¿Y quién no querría ir toda la vida con el cuello cargado de cadenas como M.A.?

A Jon no le gusta la idea de perder al único amigo que le queda, pero acepta después de que Sam se ponga melodramático.

"En la Ciudadela también te harán renunciar a las mujeres", bromea Jon.

"Oh, lo intentarán", contesta Sam, el gigoló del Castillo Negro.

Jon lee entre líneas y se queda así: o_O.

"Me alegra que el fin del mundo le venga bien a alguien", dice. Di que sí, Jon. Hay que ser optimistas.

Verás esta cara en tus pesadillas.

Más tarde, en el patio, Davos Seaworth trata de convencer al inconvencible Jon de que le preste algunos hombres y le deje llevarse algunas latas de albóndigas para que el ejército de Stannis no fracase en la toma de Invernalia. Llega un poco tarde, ¿no? Obviamente el Caballero de la Cebolla no está al tanto de lo que le ha ocurrido a su jefe, o lo que estaría haciendo es enviar su currículo a otros pretendientes al trono.

En ese mismo momento, Melisandre, que ha debido coger un vuelo chárter desde Invernalia, entra en el patio a caballo con cara de malas noticias. No hace falta que abra la boca para que Jon y Davos sepan que la incursión de Stannis fue la última.

"¿Y Shireen, la princesa?", pregunta Davos. Supongo que añade lo de "princesa", porque podría tratarse de Shireen la vendedora de ánforas usadas, Shireen la astronauta, o Shireen la encargada de mantenimiento.

Melisandre desvía la mirada.

Pobre, pobre Davos...

NS/NC.

Por la noche, Olly entra en el despacho de Jon como una exhalación y le dice que le acompañe, que han venido a verlo Gisele Bündchen y Adriana Lima. O que hay un hombre esperándole fuera con un cheque a su nombre por valor de un millón de dragones de oro. O que el Cirque du Soleil está en el patio y quiere ofrecerles su próximo espectáculo en primicia y totalmente gratis.

En realidad, todo lo anterior suena igual de creíble que lo que realmente dice Olly, que es que un salvaje ha visto al tío de Jon, Benjen Stark, y sabe por qué andurriales anda.

Benjen era el jefe de exploradores y desapareció el día que se fue a por tabaco en la primera temporada. Quizá no lo recordéis, porque han pasado cinco años desde la última vez que lo vimos. Tenía esta cara:

-Tú puedes llamarme Power Ranger Blanco.

Jon, ingenuo a más no poder, corre al patio y se topa con un cartel que dice "TRAIDOR". La mayoría de hombres de la guardia son analfabetos, así que se merecen un aplauso por no haber cometido faltas de ortografía.

El Lord Comandante se vuelve hacia sus hombres con cara de susto. Adiós a la fiesta sorpresa.

El primero en apuñalar a Jon es Alliser Thorne. "Por la Guardia", dice con toda la pachorra del mundo. Tras él, media docena de hombres, que parece que estuvieran haciendo cola para coger número en el supermercado, se van turnando en su afán por convertir a su Lord Comandante en un colador humano, repitiendo las mismas palabras que Thorne, hasta llegar a Olly, que da la puñalada que termina de vaciar barra de vida de Jon.

Fin de la partida, tío. Fin de la partida.

-¿Tu quoque, Olly?

Jon, consciente de que debería haber invertido más tiempo en la gestión de su equipo en lugar de centrarse en el Gran Esquema de las Cosas^TM, se derrumba sobre la nieve y muere. Otro fracaso en micromanagement.

Definitivamente debería haberse quedado en su despacho leyendo los correos de sus fans, o al menos haber aprovechado la salida para sacar a pasear a Fantasma.

¿Muerto en su mayoría o totalmente muerto?

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Conclusión

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"Ya no me gusta Juego de Tronos", fue lo primero que me dijo una compañera a la mañana siguiente de ver este episodio.

Desde luego ha sido un fin de temporada durito, pero la muerte de Jon no debería haber pillado a nadie por sorpresa. Y si lo ha hecho, será porque esa persona estaba en el cuarto de baño cada vez que salía Olly mirando a Jon con inquina.

El episodio, por lo demás, ha sido tremendo, de lo mejor de la temporada y de la serie, aunque nos haya dejado con un sabor agridulce. Tras siete episodios que podríamos calificar entre flojos y normalitos, la temporada ha terminado por todo lo alto.

Y ahora, respondamos a las dos grandes preguntas que rondarán en nuestras cabezas hasta que se emita la siguiente temporada.

¿Está Stannis muerto? Lo lógico sería pensar que sí, salvo que sea capaz de sobrevivir con la cabeza separada del cuello como una de las cabezas en salmuera de Futurama. Además, en caso de sobrevivir, a Stannis le quedaría poco por hacer aparte de agitar el puño rabiosamente en la cara de Melisandre, así que, desde el punto de vista de la trama, está lo bastante acabado como para borrarlo del mapa.

Sin embargo, lo cierto es que no llegamos a ver cómo recibe el golpe o al menos cae muerto, cosa que la serie suele mostrar sin remilgos, y me cuesta creer que la moza sea capaz de ejecutar una sentencia a sangre fría, por muchas ganas de venganza que tuviera.

Incluso desde el punto de vista práctico, tampoco es normal cortar una cabeza (forma de ejecución predilecta en la serie, si exceptuamos los desollamientos con crucifixión) cuando la persona tiene la espalda apoyada en un árbol, ni creo que el corte se dirigiera a la armadura, porque esa es una manera muy sucia y poco eficiente de quitar a alguien de en medio y debemos suponer que alguien como Brienne, que se rige por el código de caballería, buscaría ocasionar el mínimo sufrimiento posible.

Pero quizá el mejor argumento a favor de que Stannis no es pasto para los gusanos es que la sinopsis oficial de HBO no dice que esté muerto, sino, y cito textualmente, "and Brienne brings down Oathkeeper". Y ahí lo deja. No recuerdo ninguna sinopsis en la que un personaje muriera y no lo indicaran claramente.

Dicho esto, David Nutter, el director del episodio, ha asegurado que está muerto. Puede que el hombre mienta para no estropearnos ninguna sorpresa la temporada que viene, pero lo dudo. Al menos murió con dignidad, sin lloriquear ni cagarse encima.

¿Está Jon muerto? Sí, está muerto. Más muerto que Mufasa, la mamá de Bambi y el zapatito de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Su vida está pasadita. Es Lord Comandante en el otro mundo.

Incluso si somos optimistas o nuestro conocimiento acerca de la resistencia física humana a una docena de puñaladas en el estómago es inexistente, Kit Harington, David Benioff y D. B. Weiss han confirmado que Jon Nieve está muerto.

Lo que no significa que no lo puedan resucitar. ¿Qué pinta si no Melisandre en el Castillo Negro? No sería el primer sacerdote rojo que trae a alguien de vuelta del Más Allá. El doble de Jim Henson ya le aplicó ese tratamiento milagroso a Beric Dondarrion. Mientras Davos no descubra que Melisandre fue la responsable de matar a Shireen y tome medidas extremas antes de que resucite a Jon, todo saldrá a pedir de boca.

O eso esperamos. No imagino la serie sin su único heroico protagonista.

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