Dicho esto, es mejor película de lo que me esperaba. No es ofensiva para las minorías étnicas, no sentí que insultara mi inteligencia y, a diferencia de cualquier top model que haya trabajado para Michael Bay, no me sentía sucio al salir de la sala.
Es una película muy tonta, escasamente creativa, con lagunas argumentales que son la envidia del mar Caspio, villanos de opereta con motivaciones estúpidas, y chistes de pedos (bueno, un chiste de pedos). Pero también hay algunos aciertos e incluso una o dos escenas graciosas. ¡Y es entretenida! Por lo tanto, imagino que si tienes entre seis y diez años y no das mucha importancia a las mil y una diferencias que seguramente haya con la encarnación televisiva más reciente de las Tortugas, la película puede entusiasmarte como a mí me entusiasmó la de 1990.
También debo añadir que no es ni por asomo peor que la tetralogía de Transformers. No es que el director Jonathan Liebesman sea santo de mi devoción, pero al menos la intervención de Michael Bay se ha centrado en las labores de producción, lo que se nota a primera vista en el menor número de explosiones, la ausencia de banderas americanas y de militares caminando a cámara lenta, y la falta de objetivación sexual de Megan Fox. Pero es que la única razón por la que las cuatro partes de esta tetralogía cinematográfica se consideran películas es porque están grabadas con una cámara y se proyectan en el cine. Es como comparar una novela de Alejandro Dumas con unas instrucciones de frigorífico traducidas del taiwanés con el traductor de Google.
Pero me estoy yendo por las ramas. A continuación, repasaremos qué hay de bueno y de malo en este filme. Y como no quisiera estropearos los increíbles giros del guión, os advierto que habrá SPOILERS a punta pala.
Lo que funciona
- La película capta a la perfección el (estereotipado) carácter de cada una de las Tortugas. Leonardo es el "hermano mayor" y el líder del grupo, serio y responsable; Raphael, el rebelde solitario e impaciente, siempre a la que salta; Donatello, el geek, fascinado por la tecnología, curioso por naturaleza; y Michelangelo, el surfista juerguista que se toma muy pocas cosas en serio, lo que le hace prácticamente insoportable para cualquier persona que tenga más de doce años. Y por supuesto a todos les encanta la pizza. Pero sólo de Pizza Hut®.
- Hay buenas escenas de acción... a pesar de la cámara temblorosa, la cámara lenta y los destellos mágicos. El combate de Splinter y Shredder (paso de llamarle Triturador) en el cubil de las Tortugas, el frenético descenso por la montaña nevada, y la batalla final sobre la azotea son tres escenas que me mantuvieron pegado al asiento. Luego comprobé que no me había sentado sobre un paquete de chicles, como sospechaba; la butaca estaba limpia. Hay veces que no sabía qué estaba pasando, porque los planos de más de tres segundos están vedados en el cine de acción moderno, pero eso no llegó a fastidiarme, y aunque en algunas secuencias los efectos digitales se notan más que en otras, en ningún momento me sacaron a patadas de la ilusión que estaban creando. Eso sí, el plano gratuito del culo de Megan Fox en la escena de la montaña se lo podían haber ahorrado. Si quiero ver el culo de Megan Fox, ya lo buscaré yo en Google, gracias.
¡Patea su brillante culo metálico, Mikey! |
- El humor es subjetivo y algunos chistes me hacen gracia. ¿Dónde está vuestro dios ahora?
- La escena del ascensor es un puntazo... que ya vimos en los tráileres. Cuando mi hermano me preguntó en agosto si había visto el nuevo tráiler de la película en el que las Tortugas meneaban el caparazón en un ascensor al ritmo de un rap espantoso, temí encontrarme una estampa bochornosa. Y es una estampa bochornosa. Pero también refleja cómo son las Tortugas cuando no están luchando por su vida o la de los demás, e incluso nos dice algo de cada de ellas. Son adolescentes, es normal que hagan estas tonterías. Además, la última vez que vi a las Tortugas en un ascensor fue en un videojuego de Super Nintendo y fue una experiencia estresante.
Casi igual que en Granujas a todo ritmo. O no. |
Lo que no funciona
- Parece que a las Tortugas las hayan diseñado los estudios de Pica y Rasca. ¡Son Poocheys con caparazón!. Sobre gustos no hay nada escrito, y a cada cual le puede tirar más un diseño que otro: el de los cómics originales de Eastman y Laird, el de la primera serie de dibujos animados de mediados de los ochenta, el de la película de acción real de 1990, el de la serie de animación digital de Nickelodeon...
En realidad, no voy a poner pegas al aspecto físico de las Tortugas, aunque su gigantismo haga innecesaria cualquier destreza en combate y la excesiva humanización del careto de Michelangelo me dé grima; pero sí voy a reprocharles que vayan cargadas hasta las trancas de trastos que no vienen a cuento: las gafas de sol de Raphael colocadas sobre su bandana, la sudadera de Michelangelo anudada a la cintura... ¡y no me hagáis hablar de la cacharrería ambulante en la que se ha convertido Donatello! Me recuerdan a aquellas figuras estrafalarias que sacó Bandai a la desesperada hacia el final de la línea de juguetes original con nombres tan ridículos como Raph Delantero Centro, o Rock'n Rollin Leo. Más no significa mejor.
Siempre puede ser peor. |
- Las Tortugas tienen de ninja lo mismo que de auxiliares de jardinería. Saben artes marciales (o al menos creemos que saben artes marciales, porque dan piruetas cuando pelean y utilizan armas orientales), pero si la clave del ninjitsu es pasar desapercibido, entonces el ninjitsu no es lo suyo. No digo que sea fácil ocultarse cuando eres un monstruo verde de dos metros de altura con más músculos que una competición de culturistas, pero es que estas Tortugas ni siquiera necesitan atacar con sigilo. Tienen fuerza para mandar a un hombre volando diez metros por los aires de un guantazo y sus caparazones son a prueba de balas. ¿Para qué narices van a perder el tiempo jugando al Tenchu?
- El origen de las Tortugas es menos creíble que si fueran alienígenas (¿os imagináis qué tontería?). Ya sé que estamos hablando de tortugas ninja mutantes adolescentes y que, partiendo de eso, nada va a tener mucho sentido. Pero incluso sabiendo que las Tortugas han tenido orígenes muy dispares a lo largo de las tres últimas décadas y que no todos son igual de acertados, el de esta nueva película se lleva la palma al menos creíble de todos. Y teniendo en cuenta que en la adaptación cinematográfica de 1990 Splinter aprendía kung fu imitando a su amo, ya os podéis hacer a la idea de qué clase de disparate nos espera.
Aquí Splinter y las Tortugas comienzan siendo conejillos de indias en el laboratorio donde Eric Sacks y el padre de April trabajan en el famoso moco verde para hacer del mundo un lugar mejor o alguna sandez por el estilo. April, una niña de doce años, considera a las cuatro tortuguitas y a la rata sus mascotas y ella misma las bautiza. Hasta ahí, la historia tiene un pase, incluso puedo creerme que una niña ponga a sus tortugas nombres de artistas renacentistas si esa niña es tan rara como para convertirse en Megan Fox. Pero luego Sacks resulta ser malo, prende fuego al laboratorio, y, mientras el cadáver de su padre se churrusca (¡!), April saca a Splinter y las Tortugas del edificio en llamas y, como haría cualquier niño con sus mascotas, las tira a la alcantarilla (¡¡!!).
El mutágeno de su torrente sanguíneo, que hasta ahora sólo les había proporcionado una fuerza extraordinaria, transforma a Splinter y a las Tortugas en humanoides. ¿Por qué ahora y no antes? Porque sí, porque las alcantarillas de Nueva York son radiactivas y ocultan caimanes albinos, y porque lo digo yo.
¿Y cómo aprenden el arte del ninjitsu? Eso es lo más sencillo de todo. Splinter encuentra tirado entre el detrito y la inmundicia un manual de ninjitsu para dummies que debe de tener como unas cincuenta páginas y se lo empolla a conciencia para luego enseñar a pelear a las Tortugas. ¡Alehop!, ya son todos ninja.
Peor. Origen. De la historia.
-¿Qué esperabas?, ¿que hubieran aprendido kung fu por correspondencia? |
- No existe ningún vínculo personal que una a Splinter y las Tortugas con Shredder. Shredder es un chino siniestro sin nombre al que le gusta disfrazarse de robot samurái. Ni Splinter quiere vengarse de él ni él de Splinter. Simplemente sus caminos se cruzan y se parten la cara. Dicho de otra manera: es el perfecto jefe de mitad de fase de un videojuego. Es como si Darth Vader no fuera el padre de Luke, o el Profesor X y Magneto nunca hubieran sido amigos. Se pierde una parte fundamental del conflicto.
- El Clan del Pie es una organización terrorista conocida por el público, no un clan ninja ni nada que se le parezca; probablemente incluso tenga cuenta en Twitter y Facebook. Y a pesar de que estos terroristas campan a sus anchas por Nueva York, que no es precisamente el típico pueblo perdido en mitad de Arkansas, ni la policía, ni el FBI ni los G.I. Joe mueven un dedo por detenerlos. Supongo que las fuerzas de la ley y el orden están esperando a que surjan cuatro seres mutantes de las alcantarillas y se hagan cargo del problema. Desde luego es mucho más barato para los contribuyentes.
- Megan Fox es la nueva Sam Witwicky. Al igual que ocurría con Transformers, las Tortugas Ninja son secundarios en su propia película, y la historia sigue la mayor parte del tiempo a April O'Neil, interpretada por la nunca galardonada y cero veces nominada a los Oscar Megan Fox, cuyo papel se reduce básicamente a exponer elementos de la trama y quedarse colgada de estructuras inestables.
Tiene menos química con las Tortugas que con la moto que reparaba en Transformers. |
- Los personajes no cambian a lo largo de la película, sólo hacen... cosas. ¿Sabéis qué es lo más importante en cualquier obra de ficción? ¿El argumento, decís? ¡Bobadas! Según Christopher Booker sólo hay siete argumentos posibles e infinitas maneras de desarrollarlos. No, lo más importante son los personajes. A los que no somos sociópatas nos gusta conocer gente diferente, y las obras de ficción nos dan la oportunidad de hacerlo. Por eso, los personajes son el corazón de cualquier historia y su motor narrativo. Y los personajes, en particular los protagonistas, deben poder cambiar. Luke Skywalker aprende de los errores de su padre y se convierte en un caballero Jedi, Indiana Jones encuentra la fe, Sarah Connor se convierte en una superviviente, Dorothy descubre que no hay mejor lugar que el hogar... Los personajes de la película de Liebesman son "caparazones" vacíos que no aprenden nada de la experiencia. Sólo derrotan al malo. Hurra, supongo.
- El plan del villano de la función está más visto que el episodio de Scorpio de Los Simpson. ¿Liberar un virus en la ciudad para luego vender la cura y forrarse? Qué original. "Tipo de la Brocha, te olvidas de mencionar que el secreto de la cura está en la sangre de las Tortugas y los malos necesitan capturarlas. ¡Eso es diferente!", protesta el lector casual del blog. Sí, cierto, ese detalle lo cambia todo. Ahora estoy convencido de que el plan de Sacks y el maestro Megatron-Shredder es una combinación de los planes del Lagarto y el Duende Verde Jr. en The Amazing Spider-Man y su secuela, dos películas que todos recordamos por sus guiones sólidos y bien estructurados.
Mirad quién se puso en forma para interpretar un papel que le quitaron de las manos en mitad de la producción. |
- Karai sale en la película... y no hace nada en absoluto. Como mi relación con las Tortugas Ninja sin contar los cómics de Mirage se interrumpió en 1993 con Tortugas Ninja III, desconozco cuál ha sido el tratamiento de Karai en las series de 4Kids TV y Nickelodeon. Lo que sí sé es que la Karai de los cómics es un personaje interesante y que en la película está completamente desaprovechada. Es una mala del montón y podría haberse llamado de cualquier otra manera. Caray, por ejemplo, porque lo mismo da que da lo mismo.
- Las incoherencias y los sinsentidos se suceden como si no hubiera un mañana. Y es normal, porque nada puede salir bien cuando tienes que reescribir el guión y volver a rodar determinadas escenas para que los fans no se te coman vivo por convertir a William Fichtner en Shredder y la película acaba pasando tropecientas veces por la sala de montaje. A continuación he recopilado los primeros disparates que me han venido a la cabeza (sólo unos pocos, no quiero aburriros):
- Si April quiere ser una auténtica reportera de investigación y no morir en el intento, debería empezar por quitar el flash y el sonido del disparador de su cámara de fotos. A los terroristas que toman rehenes en el metro no les gusta aparecer en tu cuenta de Instagram.
- O bien había videocámaras con Bluetooth en 1999, o bien April tiene una máquina del tiempo como la de Tortugas Ninja III.
- La jefa del Canal 6 (Whoopi Goldberg en su hora más baja desde Dino Rex) descarta la noticia de April sobre un justiciero que protege la ciudad, a pesar de que su propia reportera ha sido testigo de cómo ese justiciero se ocupaba del Clan del Pie y ha tomado una foto del grafiti que dejó en la escena del crimen. Periodismo en estado de gracia.
- No soy meteorólogo, pero si la mansión de Sacks está a veinte minutos de Nueva York, y en la ciudad hace un tiempo primaveral, ¿por qué carajo en la mansión y sus alrededores está todo cubierto de nieve?
- Los malos sudan la gota gorda para capturar a las Tortugas con la intención de extraerles su sangre mutante y, sin embargo, dejan a Splinter tirado en la alcantarilla como una vulgar colilla. ¿Es que el mutágeno de rata no les sirve? A eso le llamo yo tener prejuicios.
- Al parecer, cuando eres una Tortuga Ninja, una sobredosis de adrenalina no sólo no te reventará el corazón como una piñata, sino que te curará una anemia galopante. La medicina es un arte.
- Sacks pretende esparcir el virus por Nueva York nada menos que desde el rascacielos en el que está la sede de su compañía. ¿No será un pelín sospechoso cuando al día siguiente anuncie que su empresa ha encontrado la cura a la misteriosa enfermedad que asola la ciudad y se la ofrezca al gobierno a cambio de un cheque en blanco?
¿Sigilo y discreción para acallar los rumores sobre unas tortugas ninjas gigantes? Nada mejor que una furgoneta pintada para simular un caparazón de tortuga. |
- Algunos guiños a otras encarnaciones de las Tortugas Ninja están metidos con calzador y luego alguien se ha sentado encima porque la maleta no cerraba. Que cada una de las Tortugas lleve una bandana de color diferente es algo que cabe esperar desde que la serie de dibujos animados de 1987 introdujo ese acertado cambio respecto de los cómics para que los críos pudiéramos distinguir a las Tortugas. Que April vista una chaqueta amarilla chillona pese a tener que pasar desapercibida como reportera de investigación es un sucedáneo aceptable del famoso conjunto de mono amarillo y botas blancos de su homónima televisiva de los ochenta. Pero, ¿por qué tiene que haber una escena en la que Leonardo corte una pizza en el aire y una porción caiga sobre la cabeza de Splinter como en la película de 1990? Eso no es un guiño, es una copia servil. ¿Por qué este nuevo Shredder, que habla en japonés con subtítulos (excepto cuando se encasqueta su armadura de robot samurái) y se oculta en las sombras, dice una chorrada como "Hoy cenaré sopa de tortuga", que es una frase digna de un dibujo animado? Una de cal y otra de arena.
- Los giros de cámara de 360º no sirven para mejorar cualquier escena, aunque lo creas con todas tus fuerzas . Si el director utilizase esta técnica para mostrarnos a las Tortugas rodeadas de soldados del Clan del pie, lo entendería; pero es que incluso el diálogo más insulso parece merecerse que giremos a su alrededor como si tuviéramos complejo de peonza. ¿Cuándo pasó de moda la fórmula de cambiar entre primeros planos de los personajes hablando? Me marean los tiovivos.
- ¡La invasión del product placement! Supongo que Pizza Hut® se habrá quitado la espinita que tenía clavada desde que patrocinó la adaptación cinematográfica de 1990 y se encontró con que, en la película, las Tortugas pedían pizzas de la marca Domino's. La publicidad de Pizza Hut® en esta nueva película es tan descarada que incluso hay una escena que gira (literalmente) en torno a una de sus pizzas. Y no sólo se trata de Pizza Hut®, el product placement está por todas partes: Orange Crush, SkypeTM, Windows® Phone... ¡la lista es interminable, monada!
Pizza Hut® ha creado una pizza para cada Tortuga. ¿Por qué nunca llegan a España estas fabulosas promociones? ¿POR QUÉ? |
En conclusión, si vais a ver esta película, que sea por los niños pequeños.
Jajaja, pues Yo la ví en el momento en que necesitaba desestresarme y porque tenía que desquitar los dos cupones de cine gratis.
ResponderEliminarLa verdad no es muy estúpida la peli y me reí con sus chistes torpes... es pasadera excepto si se le quiere situar en el plano de adaptación oficial y estando en pleno 2014 sonde todos somos más críticos y exigentes con la lógica, secuencia y efectos especiales.
Megan Fox se ve como niña tierna, al menos ya está dejando de valese de su cuerpo.
Un punto a favor son las peleas más dinámicas, que contrastan con las de 1990; aunque unos son actores en pesados trajes y otras animaciones.
La escena del elevador me recordó una de esas cápsulas de plaza Sesamo donde cada "teleñeco" emitía un sonido o aplauso y formaban una melodía.
Su aspecto fisico ni lo juzgo: aunque se parecían más a los Batletoads(necio que soy) supongo que el mutágeno hace maravillas.
Eso de envenenar a la gente y venderles el antidoto es muy trillado; ya lo hacen las farmaceuticas desde tiempos inmemoriales y si quieren verse muy conspiracionistas chequen lo que pasa un dia después de los mentados chemtrails(estelas en el aie).
A lo mejor te falto la escena en donde "el destructor" dá pie a una secuela cuando se autointroduce el mutágeno, imagino que se recuperará una vez estando en la ambulancia y escapará(algo así como Michael Mayers)...y lo que hará el gobierno cuando incaute el mutágeno...beh! fue pasadera siempre y cuando no la vinculemos a las Tortugas noventeras y menos a las del cómic.
De la publicidad, cada que entro a una sala de cine me siento como en Naranja mecánica, son muy descarados; debo ir con mis filtros para no salir como loco a comprar un refresco de determinada marca.
Yo se la he prometido a los enanos para este miércoles. ¡Que sacrificado es ser padre!
ResponderEliminarUna vez más Michael Bay se posiciona como un perfecto creador de humo en todo lo que toca. Después de la decepción que me llevé con la primera de Transformers no he cometido el error de ver las otras (ni bajarlas) y esta tiene toda la pinta de seguir el mismo camino. Las escenas de acción de 3 segundos combinadas con las cámaras digitales en mano de pacientes de parkinson es una estratagema para distraer la mente del argumento de la peli, pero no ha podido contigo , Sr Brocha, ya te imagino viendo la peli en el cine con la tablet haciendo el artículo...
ResponderEliminarPero Tipo de la Brocha, no te has parado a pensar en que los del Clan del Pie no se llevan a Splinter, por ser este una rata. Y todos sabemos que las ratas son importantes focos de enfermedades: Leptospirosis, tifus, meningitis. Hasta la peste bubónica!!!! Hombre, la cosa es que la población enferme, pero solo de lo que tiene cura, no de todo.
ResponderEliminarSobre la película, no se, mi vinculo con las Tortugas Ninja no es tan grane como con los Transformers. Esa si que no se la perdono a Michael. Esta, tras ver el trailer donde se veía a las tortugas rapeando, escenas de acción inconexas y el pandero de la Fox, pues como que ya sabia lo que había. No se si la veré. Quizás un día que este aburrido en casa y no tenga nada mejor que hacer, aunque ahora me acuerdo que hace algún tiempo me recomendaste la de 1990 y no se, pero me llama esa mas.
Buen analisis y me sorprende no ver fotos de la Megan Fox en paños menores!!!!
Vamos, una peli hecha para los crios de ahora, no para los fans antiguos.
ResponderEliminarParece mentira que el mejor origen de los personajes siga siendo el de la serie de los 80 con Splinter siendo un maestro ninja convertido en hombre rata.
Muy mal que sea April la que más acapare las cámaras, la película es 'Ninja Turtles' no 'April O'Neal reportera'
El problema de esta película es que se debería de llamar "La vida de April O'Neal" ya que es la verdadera prota de la peli , megan fox es un pivon y verla nunca esta de más pero para eso están ya las pelis en que megan es la prota ,muchas cosas de la pelicula no funcionan como michelangelo o Donatelo que pasan de puntillas por la pelicula , la tortuga que más sale es Rafael, se supone que splitter fue el que deformo a Shredder, pero en la peli no tienen ningún tipo de relación previa, vamos lo que vulgarmente se llama un "sindios"
ResponderEliminarMuy buena reseña!
ResponderEliminarLa verdad, todos sabiamos que el sello de Bay trae consigo destruccion sistematica de infancia y franquicias. Es el Atila del cine!
Pero te has olvidado del peor product placement: Victorinox. Shredder tiene una navaja multiuso suiza muy ridicula y desproporcionada en cada brazo! Parece el joven manos de tijera con esteroides!
M@nchitas: Yo soy igual de crítico con el cine actual que con el cine antiguo. La película de 1990 es más sólida, se mire por donde se mire.
ResponderEliminarJuan Germán Socías Segura: Yo creo que con los críos se disfruta más. Puedes verla a través de sus ojos y reírte con lo que comentan. ¡Lo malo es que el cine cuesta un ojo de la cara!
Doctor Müller: Yo vi hasta la tercera de Transformers con la esperanza de que la cosa tuviera arreglo. Pero confirmé que sólo iban a peor y me rendí. No tengo tablet, pero sí buena memoria.
JoakinMar: Da una oportunidad a la película de 1990, es más coherente y está hecha con más sentimiento. No he incluido fotos picantes de la Fox porque no quiero a nadie excitado sexualmente mientras lee mis palabras. Cuando quiera excitaros, lo sabréis.
Anonimatus: Sí, para mí la serie de los ochenta también tiene el origen más creíble. La idea de un maestro de artes marciales convertido en rata gigante entra mejor en la cabeza que la de una rata convertida en "humano" que aprende artes marciales.
Alberto Blanco: Título alternativo: "Las aventuras de April O'Neil, reportera, y los monstruos verdes de la alcantarilla".
Martin en el Mundo: Yo no siento mi infancia destruida, no tengo tanta imaginación. Pero alguna neurona puedo haber perdido. Propongo el battle royale definitivo: Eduardo Manostijeras vs. Shredder vs. Lobezno vs. Freddy Krueger vs. Vega.
No viene muy a cuento, pero viendo las manazas y las pintas de mala bestia que gasta William fichtner yo no me atrevería a quitarle un papel una vez firmado su contrato, preferiria que cuatro frikis me pongan a parir y no que este señor me arrime una ostia que me deje sin dientes
ResponderEliminarPues a mí la pregunta que me asaltó durante toda la película fue que si las tortugas nunca salen a la luz del día, ¿por qué Michelangelo y Raphael llevan gafas de sol?
ResponderEliminarA mí MANTRETENÍO. Es lo que dice usted: no es buena, pero sí mejor de lo esperado.
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