Juego de Tronos: Leyes de dioses y hombres

Hoy me voy a librar de las introducciones forzadas y lanzaros a bocajarro una pregunta muy sencilla: ¿Cómo disfrutáis vosotros de Juego de Tronos?

Seré más claro. ¿Veis una vez cada episodio cuando se emite y os olvidáis de la serie hasta que pasan el siguiente? ¿Habéis leído los libros o estáis leyéndolos a medida que avanza la serie? ¿Comentáis los episodios con vuestros familiares, amigos, compañeros o, en su defecto, con vuestro reflejo en el espejo? ¿Os montáis vuestras propias teorías sobre lo que ocurrirá con tal o cual personaje? ¿Leéis largas recapitulaciones de los episodios en internet para cercioraros de que vuestra vida no es la más triste del mundo?...

En serio, siento curiosidad. Podéis contestar en los comentarios. Yo aún tengo que terminar de escribir mi crítica de Godzilla.

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En Bravoos

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Empezamos con un impresionante plano de la entrada a la laguna en la que se encuentra Bravoos, con el barco de Stannis navegando entre las piernas de la estatua descomunal de un guerrero con la espada quebrada en alto y cuyos pies se apoyan en dos islas separadas por un canal. ¡Es el Titán de Braavos, una de las Nueve Maravillas del Mundo! Y lleva faldita. Apuesto a que todo el que visita por primera vez la ciudad, mira hacia arriba esperando ver sus grandes pelotas de bronce.

El Banco de Hierro ha concedido audiencia a Stannis y Davos y, como las entidades bancarias de este mundo de ficción no difieren mucho de la nuestras, les toca esperar a que les atiendan. Por suerte, una de las virtudes de Stannis es la paciencia. Esperad, no. Es la astringencia. De hecho, el Señor de Rocadragón acabará haciendo surcos en el suelo de mármol si sigue dando vueltas de un lado a otro de la sala.

Me fascina que George R. R. Martin decidiera introducir un sistema bancario en su mundo de fantasía. Aunque sea acorde con su particular visión de este género literario, al que ha dado un barniz de realismo, me sigue sorprendiendo. Los únicos bancos que uno encuentra en La Comunidad del Anillo son en los que se sientan los hobbits, los de arena y los de nubes. No me imagino a Frodo asumiendo la carga de llevar el Anillo y a Elrond respondiéndole: "No alcanzo a ver cuál será tu camino y no sé cómo cumplirás esa tarea, pero... ¿has pensado ya en cómo financiar tu viaje? Aquí, en el Último Hogar, ofrecemos préstamos flexibles con posibilidad de aplazamiento de cuotas y un plazo de amortización muy cómodo de hasta cinco años".

Si miran hacia ariba, verán algo que Theon Greyjoy echa de menos.

Por fin, tres banqueros entran en la sala y se apoltronan al unísono en sus majestuosos asientos. Stannis y Davos se acomodan en dos pequeños bancos de piedra que les va a dejar el culo cuadrado.

Mycroft Holmes Tycho Nestoris lleva la voz cantante del trío banquero y rechaza con cortesía y firmeza el préstamo solicitado por Stannis, que básicamente se limita a alegar en su favor que él es el rey legítimo porque Tommen es un bastardo producto del incesto. Oh, vamos, no seas tan duro Stan. Tommen es un buen chico. Llamó Ser Garras a su gatito.

Sin embargo, a los banqueros solo les interesan las historias que cuentan los libros de contabilidad, y según sus libros, financiar la campaña de Stannis es tirar el dinero. En la jerga bancaria, Rocadragón es lo que se conoce como la antesala de un crédito irrecuperable.

Stannis se levanta ofendido, preprándose para marcharse a otra parte con su canción  y su mejor cara de "tengo un trozo de comida entre los dientes y no consigo sacármelo". En ese momento, Davos interviene para salvar la situación. ¿El banco necesita una fianza? Pues ahí está Davos para mostrarles su mano mutilada y explicar a los banqueros que Stannis entiende lo que no está escrito de contabilidad.

Por si cinco falanges amputadas no bastan para captar la atención de los banqueros, el Caballero de la Cebolla también aprovecha para recordarles que Tywin Lannister pronto tendrá edad para viajar con el IMSERSO, y les exhorta a pensar en quién quedará al mando cuándo Tywin muera. ¿Un crío que no sabe hacer la o con un canuto? Ah-ah. ¿Una reina odiosa? Ah-ah. ¿El Matarreyes? Ah-ah. ¿Penry, el apacible conserje? No, tampoco.

Si quieren apostar por alguien, deben hacerlo por Stannis. Stannis for king.

-Y no pienso daros mis dos peniques. Son para la comida de las palomas.

Poco después, Davos se reúne con su amigo Salladhor Saan, que está disfrutando de un jacuzzi medieval en compañía de dos pilinguis a las que está contando un chiste muy viejo de piratas. Ya me extrañaba a mí que conociéramos una ciudad nueva sin hacer la parada de rigor en el prostíbulo local. Es la ruta de la HBO.

Mientras el público se ríe del chiste o intenta pillarlo disimulando una sonrisa, Davos entrega a Salladhor una caja llena de monedas de oro bien ordenaditas como pago anticipado por sus servicios. Partirán al amanecer, le dice.

Vamos a suponer que a Stannis le han concedido el préstamo que pedía porque no hay otra posibilidad más razonable. Me alegro por Davos. Ya es hora de que empiece a triunfar por sí mismo y que dejen de darle la mejor mesa en los restaurantes por parecerse a Jean Reno.

-¿Que si sé a qué se parece un negro con granos? No me j...

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En Fuerte Terror

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¿Os acordáis de Yara Greyjoy, la hermana de Theon? Los obreros no la silban al verla pasar por la calle, pero compensa su cara de pescadera del East Sussex siendo más dura que el hormigón armado.

La última vez que la vimos, Yara había alistado a los gañanes más rudos de todo Pyke y partido en su barco rumbo a Fuerte Terror para rescatar a Theon. Desde entonces hemos visto otros cinco episodios, y apuesto a que muchos de vosotros ya os habíais olvidado de esta misión de rescate suscitada por una carta de Ramsay Nieve acompañada del gusanito de Theon.

In memoriam.

A nivel argumental, supongo que la razón por la que hemos tenido que esperar media temporada para retomar esta trama es porque Fuerte Terror está muy, pero que muy lejos de las Islas del Hierro, al otro lado del continente para ser precisos, en las coordenadas geográficas donde Cristo perdió las sandalias.

Desde un punto de vista práctico, es evidente que los creadores de la serie siempre van a dar prioridad a las tramas de los personajes principales que a secundarios como Yara o Brienne. El plantel de protagonistas de Juego de Tronos es demasiado populoso y a nadie le importa un pimiento qué hará o dejará de hacer Yara. Aunque me pese, la corsaria solo es una secundaria al lado de los pesos pesados como Arya, Daenerys, Jon y Tyrion. Esto significa que en lugar de ver a Yara abordando barcos y asaltando fortines en compañía de feroces piratas, hemos tenido el placer de tragarnos tres temporadas y media de Dany y su tropa dando tumbos por el desierto. Hurra.

Yara y los hombres del hierro se cuelan en Fuerte Terror en mitad de la noche, se ventilan a un par de soldados con sigilo ninja, y degüellan a un tercero después de pedirle indicaciones. El equipo de rescate encuentra a Theon encerrado en la perrera, durmiendo acurrucado junto a un bol de Royal Canin, y Yara abre la jaula y le dice que ya está a salvo y que en cinco episodios estará de vuelta en casa. Pero, oh, sorpresa, Theon se resiste y grita que no es Theon, ¡sino Hediondo! La terapia de choque del doctor Ramsay le ha vuelto paranoico perdido.

Entre los alaridos de Hediondo y los perros ladrando como locos, todo el fuerte se despierta, y Ramsay se presenta en la perrera descamisado y acompañado de un puñado de sus hombres. El bastardo de Bolton tiene tanta salpicadura de sangre en el torso que parece un Pollock, y es mejor no preguntarse si es porque ha matado a algunos hijos del hierro por el camino, o porque acaba de salir de una sesión de S&M.

-Atreveos a compararme otra vez con un hobbit fondón. ¡Os reto!

Los dos bandos chocan en un caos de tajos, cuchilladas y mal aliento, y Hediondo aprovecha la trifulca para morder a su propia hermana y escabullirse de vuelta a su jaula. Yara dice a Ramsay que libere a su hermano si no quiere verla entrar en modo DNHYPER, y luego se queda muy quieta mirando a las musarañas mientras el bastardo envaina su arma y saca tranquilamente una llave para abrir la jaula de los sabuesos de los Baskerville. Quizá sea un problema del montaje, pero no se me ocurre una sola razón por la que Yara y su equipo de asalto decidan no atacar a Ramsay con furia visigoda en ese momento en lugar de esperar a que suelte a los perros. El tío se lo toma con mucha calma, os lo aseguro. Es un sinsentido como la copa de una secuoya.

Yara y los supervivientes de esta misión fallida ahuecan el ala y corren hasta la costa con los podencos del averno mordiéndoles el pompis. Al subirse en el bote en el que desembarcaron para huir, uno de los marineros pregunta a Yara por su hermano y ella le responde que está muerto. No muerto en plan más muerto que el pescado, sino muerto en sentido metafórico.

Encefalograma plano.

A la mañana siguiente, para premiar la fidelidad de Hediondo, Ramsay le da el mayor regalo de todos: un baño en agua caliente. Dada la situación, es mucho mejor que las tostadoras que regalan los bancos. Hediondo contempla la bañera con el gesto torcido, temiéndose quizá que todo el quinto de infantería de sanguijuelas le espere debajo del agua.

Ramsay no pierde el tiempo y ordena a Hediondo que se desvista. Los espectadores deseamos con todas nuestras fuerzas que la cámara no descienda ni un centímetro más de lo necesario. Hediondo se mete en la bañera, más por no contrariar a su amo que por gusto (al final uno se acostumbra a su propia cochambre), y Ramsay comienza a enjabonarle la espalda. Es en este momento cuando te das cuenta de que Iwan Rheon es tan bueno en el rol de homicida desequilibrado que da incluso más canguelo comportándose de buen rollo que dando rienda suelta a su vena psicótica.

Pero esta vez no ocurre nada truculento. Ramsay necesita que Hediondo le ayude a conquistar un castillo haciéndose pasar por alguien que no es. Y ese "alguien" es Theon Greyjoy. El grado de tortura psicológica está alcanzando cotas insospechadas.

En cuanto al castillo, deduzco que Ramsay se refiere a Foso Cailin. He llegado a esta conclusión basándome en la posición estratégica de esta fortificación en el mapa de los Siete Reinos, las fluctuaciones en el número de tropas en los asentamientos circundantes, y fundamentalmente en que ese es el castillo que Roose Bolton ordenó a su bastardo que tomase en el segundo episodio de la temporada.

Las gachís se pirran por los tíos con cicatrices, pero todo tiene un límite, ¡sobre todo de cintura para abajo!

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En Meereen

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¡Cabras!

¿Beeee?

Yo también me quedé con esa cara de cenutrio al verlas, pero luego tuve que reírme. Las cabras me hacen gracia. Incluso estoy pensando en comprar unas cuantas para que me animen cuando llego a casa. Es más, hace poco vi una oferta de 85 cabras murciano-granadinas por 110 euros en Ganados.eu y me estoy planteando llamar al vendedor. No sé nada de ganadería, pero un euro y pico por cabra me suena a chollo.

Por lo demás, la presencia de estos nobles animales solo puede significar dos cosas: que en los alrededores hay un tiranosaurio rex al que se le hace la boca agua ante la perspectiva de comer filete tártaro, o que hay un dragón al que le priva la carne bien hecha a punto de salir a escena.

Y es... ¡Drogon! ¡Albricias!

Aunque sea de una forma tan gratuita, ya iba siendo hora de que viéramos al menos a uno de los dragones. Si hubieran utilizado marionetas en lugar de efectos digitales para recrear a estas bestias escupefuego, seguramente las veríamos más a menudo. Y también habrían cancelado la serie en la segunda temporada por las bajas audiencias.

El crío no va a cagar duro en un mes.

En la sala del trono de Meeren, que para mi gusto tiene demasiadas escaleras, Daenerys da audiencia a sus súbditos para irse haciendo a la idea de lo que supone esto de reinar. En contra de lo que aprendimos de Disney, no basta con sacar la espada de la roca y ponerse una corona en la cabeza, también hay que saber posar para los retratos y echarle mucha cara a eso de tener más derechos que el resto del mundo solo por haber salido del Whopper® de tu madre.

El pastor al que casi se le sale el corazón por la boca en la escena anterior entra en la sala, se inclina con humildad ante la nueva reina de Meereen y abre un saco para mostrar un montón de huesos de cabra calcinados. Eeeh... ¿Bonito regalo? El pastor dice que está encantando de que Dany haya liberado a la ciudad de la esclavitud, que él es su fan número uno, pero que su dragón achicharró a todo su rebaño y él tiene que ganarse el pan.

Dany le contesta que no puede devolverle sus cabras, pero sí pagarle tres veces su precio. Preveo un boom de cremaciones bovinas y de solicitudes de pastores supuestamente agraviados.

¿No podía colocar una lámpara de Ikea a cada lado? A Jorah y Barristan les van a dar calambres de estar todo el día ahí plantados.

El siguiente solicitante tiene un nombre muy complicado que suena a haberse atragantado con un hueso de pollo. Yo lo voy a copiar y pegar para no meter la pata escribiéndolo: Hizdahr zo Loraq. Ummm... También podría ser una exquisitez culinaria turca.

Hizdahr pide que los 163 hombres que su reina ordenó crucificar, entre los que se encuentra su propio padre, sean enterrados conforme a las tradiciones del lugar en vez de pudrirse en un palo mientras los buitres dan cuenta de sus restos mortales. Y eso por no mencionar que huelen a rayos y están perjudicando el turismo en la zona.

Dany defiende la medida adoptada, diciendo que habérselo pensado antes de utilizar niños crucificados a modo de señalización en la carretera; pero resulta que el padre de Hizdahr se había manifestado en contra de esa propuesta, aunque no sabemos si por principios o porque consideraba más útil tener a los niños fabricando zapatillas.

Sea como fuere, no se puede hacer una tortilla sin romper algunos nuevos, y Dany hace lo posible por mantener la compostura, si bien concede a Hizdahr que dé a su padre un entierro digno. Al hoyo y cuatro paladas de tierra encima, vamos.

Un hombre que no piensa en los buitres, esos pobres animalicos.

Superado el mal trago, Dany pregunta cuántas personas más hay haciendo cola para verla. Missandei le dice que 212.

¡¿212?! ¡Estaremos de broma! Yo condenaría a muerte a una cuarta parte de los solicitantes al azar. Al día siguiente seguro que se presentaría mucha menos gente y yo podría dedicarme a tareas más regias, tales como asomarme al balcón y escupir a la gente, o atracarme cual gorrino.

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En Desembarco del Rey

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La Mano reúne al Consejo Privado 2.1 para tratar algunas cuestiones de índole retributivo y disuasorio. Desafortunadamente, nadie ha traído quesitos para picar. Qué lástima.

Los nuevos miembros del Consejo son Mace Tyrel, y el príncipe Oberyn, que se repantinga en su asiento como si fuera el Emperador Supremo del Universo y pregunta si le toca ser consejero de algo: monedas, barcos... ¿He dicho ya que me encanta este tipo?

El Consejo discute sobre el Perro, al que han visto de road trip por las Tierras de los Ríos diciendo barbaridades como "¡Fuera el rey!", porque exigir al estudio de doblaje español que tradujese "Fuck the king!" como "¡Que jodan al rey!" hubiera sido pedir demasiado. Tywin ofrece una recompensa desorbitada por la cabeza del traidor para que la trama de Arya meta la quinta y deje de andarse por las ramas.

El siguiente asunto en el orden del día es Daenerys Targaryen. Varys dice que ahora la chica se ha proclamado reina de Meereen por derecho de conquista y cuenta con una fuerza armada considerable, amén del consejo de dos hombretones recios y curtidos, y tres dragones lanzallamas. Para alguien que empezó la serie adjudicada a un bárbaro como esclava, la verdad es que Dany ha llegado bastante lejos. Podría mejorarse, pero la carrera espacial requiere muchos sacrificios.

Cersei no cree que Daenerys represente un problema, porque es idiota. En cambio, Tywin pide papel y pluma. Es para echarse a temblar, porque la última vez que escribió una carta, ¡BAM!, la Boda Roja.

El universo entero le importa un pito.

Más tarde, en la sala de trono, Oberyn se cruza con Varys, al que reconoce como oriundo (que no orondo, aunque también) de Lys. Al eunuco le extraña que sea capaz de averiguar algo así solo de oído, sobre todo porque ha perdido el acento; pero al parecer Oberyn tiene el superpoder de reconocer acentos que ya se han perdido. No voy a intentar explicarlo.

Después de invitar al eunuco a una orgía con la que pretende batir el récord de asistencia y de descubrir que Varys tiene el apetito sexual de un pólipo, Oberyn, intrigado de que exista alguien que no está todo el día pensando en sexo, pregunta a Varys qué es entonces lo que le da ánimos para salir de la cama cada día, ¡y no vale contestar que una taza de café Ristretto y una tostada de pan de molde integral con mermelada de albaricoque! Por toda respuesta, el eunuco dirige la mirada al Trono de Hierro.

Oberyn se queda tan pillado como el que suscribe. ¿Desde cuándo tiene Varys aspiraciones monárquicas? Monásticas tal vez, dado que lo tiene fácil para cumplir el voto de castidad, pero que quiera reinar no me cuadra con su carácter. Esto es raro.

Alguien debería decir a Varys que las lorzas y los asientos de espadas puntiagudas son una pésima combinación.

Jaime conduce a Tyrion hasta la sala del trono, donde se celebra el juicio por el asesinato de Joffrey. El asesinato en sí no lo celebran porque es demasiado pronto y sería de mal gusto. Pero tranquilos, los globos y la piñata ya están encargados.

Como el acusado es su tío, el rey Tommen se recusa a sí mismo y, antes de darse el piro, presenta a los jueces: su abuelo, su futuro suegro y, añadiendo una nota de color, Oberyn.

Esto no va a ser como Juzgado de guardia, ¿verdad?

A partir de aquí, asistimos a un desfile de testigos absolutamente parciales, empezando por el más flojo de todos: Ser Meryn Trant. ¿Quién? Oh, venga, tenéis que acordaros del guardia que se cargó a Syrio Forel. ¿Quién? Oh, vamos, tenéis que acordaros del maestro de "danza" de Arya. ¿Quién? ¡Hasta aquí hemos llegado!

Trant declara sobre las amenazas que profirió Tyrion contra Joffrey, recordándonos un tiempo mejor el que las bofetadas republicanas se repartían a troche y moche. Tyrion trata de justificarse diciendo que en aquel momento Joffrey estaba a punto de descalabrar a Sansa, pero Tywin le dice chitón. Este juicio es una farsa. Que se acoja a la quinta enmienda o algo.

Meryn Trant. Nadie derrota a hombres desarmados ni golpea niñas como él.

Después, el siempre balbuceante Gran Maestre Pycelle dice que ha hecho inventario de sus venenos y que le faltan varios frasquitos, entre ellos el del Estrangulador, un veneno que coincide con el que se usó para matar a Joffrey y que encontraron en el collar de Sansa, recuperado del cadáver de Dontos.

Un robo demasiado conveniente quizá, pero es que no se puede cortar a un hombre la barba sin esperar que reclame venganza, sobre todo si ese hombre es el mismo que dirigió el ataque contra la base rebelde de Hoth en El Imperio contraataca y puso contra las cuerdas a Indiana Jones y a su padre en La última Cruzada.

El trabajo de gran maestre enaltece, dignifica y deja hecho un estropajo.

Siguiendo con la farsa, Cersei cuenta que Tyrion puso en peligro a su hijo en la batalla del Aguasnegras y repite palabra por palabra algo que le dijo Tyrion para proteger a la difunta Rose, con la que pensaba erróneamente que su hermano estaba encoñado: "Te haré daño por esto. Llegará el día en que te creas a salvo y feliz, y tu dicha se convertirá en cenizas en tu boca, y la deuda estará pagada".

Más perspicaz que nadie, o al menos que nadie que no esté untado, Oberyn pregunta cuál era la deuda a la que se refería el Gnomo, y Cersei improvisa sobre la marcha que Tyrion estaba chinchado con ella porque le había dicho que mantuviera a las pelanduscas fuera de la Fortaleza Roja. Nadie suelta frases así de melodramáticas y lapidarias por una fruslería como esa, así que suena poco creíble. Aun así da lo mismo, porque el juicio es puro teatro.

Vamos a contar mentiras, tra-la-la.

Varys la Araña, que en este episodio me tiene más despistado que un beduino en la selva tropical, sugiere que Tyrion quizá empezase a simpatizar con los norteños después de casarse con Sansa Stark. ¿Tu quoque, Varys?

Para variar, Tywin permite a su hijo dirigirse al eunuco, y Tyrion aprovecha para preguntarle si ya ha olvidado que salvó la ciudad. Fue un episodio espectacular y se gastaron unos cuantos milloncejos para rodarlo, así que como para no acordarse. Varys responde que nunca olvida nada.

No sé cuál es su juego. De verdad que Varys me tiene intrigado.

Nunca te fíes de un hombre que se viste con la alfombra de la casa de su abuela.

En el receso, y dando una muestra de amor fraterno sin precedentes en la serie, Jaime ofrece un trato a su padre en privado: si perdona la vida a Tyrion, él se mudará a Roca Casterly, se casará con una mujer de bien y perpetuará el apellido Lannister, dándole muchos nietos que dirán que su barba pica y le preguntarán por qué tiene tantas arrugas.

Tywin tarda media milésima de segundo en aceptar, dejando entrever lo que para muchos es obvio: que esto era justo lo que esperaba que sucediera. Tyrion se alistará en la Guardia de la Noche y Jaime abandonará su cargo como Lord Comandante de la Guardia. Dos pájaros de un tiro. No se puede ganar a un jugador de ajedrez experto como Tywin, que conoce al dedillo a sus adversarios y se anticipa a todas sus jugadas. De hecho, Jaime aún pensaba que estaban jugando al parchís.

Jaime visita a su hermano y le dice que ya está todo arreglado y que solo tiene que aguantar el chaparrón y no ser un bocazas. Las leyes de la oportunidad dramática me dicen que va a ocurrir justo lo contrario.

La cara de alguien que sabe que se la han dado con queso.

La cara de alguien que la da con queso.

Si sois aficionados a las series y las películas de abogados, ya sabréis que casi siempre hay un testigo sorpresa. Es la guinda del pastel de los juicios yankis. En un sistema judicial con dos dedos de frente, algo así nunca se permitiría, porque provocaría la indefensión de una de las partes; pero la ficción es mucho más locuela y excitante.

Shae entra en la sala y se prepara para declarar. ¡Sabía que era ella! ¡La olí nada más salir del ascensor! ¿Cómo iba a haberse largado así sin más de Desembarco del Rey? La única duda que me queda es si Bronn realmente la vio zarpar y la interceptaron los hombres de Tywin, o si el mercenario está metido en el fregado desde el principio. Lo segundo explicaría por qué se molestó en decir a Jaime que debería visitar a su hermano en la celda, pero le haría perder puntos en mi lista. Bronn, no me decepciones.

Los jueces interrogan a Shae, tan insoportable en el papel de ex novia rencorosa como en el de novia a secas, y ella admite que era la "amiguita" de Tyrion y que así fue como se enteró de que él y Sansa planearon el asesinato de Joffrey, repitiendo una sarta de embustes y falacias que sin duda ha estado ensayando. Es usted un hombre malo, Tywin Lannister, muy malo.

¿Dónde está Phoenix Wright cuando más lo necesitas?

Con el corazón roto como Ralph Wiggum en aquel episodio de Los Simpson, Tyrion interrumpe a Shae y, reuniendo el poder del Emmy, dice que no mató a Joffrey, pero que desearía haberlo hecho, y que también desearía haber dejado que Stannis exterminase a todo bicho viviente de la ciudad. De lo único que es culpable, dice, es de ser un enano, por lo que se ha juzgado durante toda su vida. Es Peter Dinklage on fire.

Tyrion exige un juicio por combate y, por la cara que pone Tywin, es evidente que acaba de aguarle la fiesta. Eso, o papá Lannister tiene una acidez de estómago galopante.

-Tu turno.

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Conclusión

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Excelente episodio. Yo aún diría más: un episodio excelente. Primero se quita de encima la "morralla", sin dar saltos de un lugar a otro del mapa; y luego se centra en el juicio de Tyrion, deleitando al espectador con un no parar de interpretaciones magníficas, tanto comedidas (la visible incomodidad de los hermanos Tyrell durante el juicio, la creciente consternación y desesperación de Jaime a medida que ve por dónde van los tiros...), como explosivas (Tyrion cuando la farsa llega a su punto culminante). Redondo, tal y como a Mr. Krujidor le gusta que sean.

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