En Zothique, el último continente, la editorial Valdemar recopila dieciséis relatos del autor ambientados en Zothique, el último continente de un futuro post-apocalíptico que poco o nada tiene que ver con el futuro post-apocalíptico de películas como Mad Max o Waterworld, y que se acerca más al mundo Hyborio de Conan, si bien lo hace con una visión menos homérica y más descorazonadora que la de Howard, y una ambientación terrorífica al tiempo que romántica.
Ahora bien, como dijo Enrique Dueñas en su reseña de la difunta PoderFriki, el hecho de que los relatos de Zothique se desarrollen en el futuro está totalmente desaprovechado, y lo mismo hubiera dado ambientarlos en ese pasado imaginario al que recurren la mayoría de historias del género de la fantasía heroica. No obstante, ese detalle deja de importarte una vez comienzas a leer.
En los relatos que Smith ambientó en Zothique el autor demuestra un gran dominio de los aspectos más tétricos y macabros de la rama de la literatura fantástica conocida como "fantasía oscura". Su prosa es evocadora y recargada, con poco espacio para los diálogos, y hace un uso profuso de los adjetivos, que dotan a sus descripciones de un carácter barroco y grandilocuente, sin llegar a hacer que la lectura sea farragosa o pesada.
Lin Carter, editor y escritor de ciencia ficción y fantasía, y responsable de la edición original de esta antología, dijo sobre Zothique:
"C. A. Smith concibe Zothique como el último continente de la Tierra, en un futuro muy distante en el que el sol se ha oscurecido, el mundo ha envejecido y feroces mares han engullido el resto de continentes. Las ciencias se han olvidado con el devenir de los siglos; las oscuras artes de la brujería y la magia han resurgido. El resultado es un mundo oscuro de misterios ancestrales donde reyes lujuriosos y depravados y héroes vagabundos exploran y viven aventuras en paisajes tenebrosos, luchando con fuerza y sabiduría contra poderosos nigromantes y dioses extraños, bajo un sol moribundo".
Me sorprende la capacidad de Carter para repetirse a sí mismo en tan pocas líneas, pero al menos deja su mensaje claro y me ahorra una cantidad moderada de trabajo a la hora de describir el tipo de novela que tenemos entre manos. Además, tampoco esperaba nada mejor de uno de los guionistas de la primera serie de dibujos animados de Spider-Man, más famosa por sus memes de Internet que por la serie en sí.
La mezcla de terror, erotismo, decadencia y la prosa poética de Smith invita a la reflexión y hace de Zothique un continente digno de explorar. Con independencia de que haya historias que os puedan gustar más o menos, el balance arroja un resultado muy positivo.
A continuación tenéis un breve resumen-comentario de los dieciséis relatos que componen este volumen recopilatorio:
Xeetra: Un pastor acaba siendo más de lo que jamás había soñado, y perdiendo menos de lo que habría querido, al tratar con fuerzas que no comprende en este curioso relato de dos vidas opuestas en el que los recuerdos se convierten en una maldición. No sé si mi resumen os dice algo, pero la moraleja es que no hagas pactos con el diablo. O que la ignorancia es una bendición. O que el desayuno es la comida más importante del día. No sé. Buen comienzo, en todo caso.
Nigromancia en Naat: Un príncipe sigue el rastro de su prometida, secuestrada por tratantes de esclavos, y la encuentra en poder de tres siniestros nigromantes que no se conformaron con un pez de colores cuando fueron a la tienda de mascotas. Una entretenida serie de acontecimientos aciagos que, curiosamente, desembocan en un final feliz. A su manera necrófila.
El imperio de los nigromantes: Dos nigromantes reviven a los habitantes de un reino largo tiempo olvidado para que les hagan de mayordomos y satisfagan sus oscuros caprichos, desde que les sirvan el té de las cinco a que ejecuten el baile de los esqueletos del Monkey Island 2; en busca del reposo eterno, las momias del último y el primer rey del lugar se rebelan contra sus amos. Un relato asombroso, superlativo y con un enfoque tremendamente original en el que los muertos vivientes son los héroes. De lo mejor del libro.
El Señor de los Cangrejos: Un aprendiz de brujo al que su maestro califica de "aborto engendrado por un perezoso" ayuda a éste en su lucha contra otro poderoso brujo por hacerse con un valioso tesoro oculto en una isla recóndita atestada de cangrejos. Esta aventura, que le quita a uno las ganas de comer marisco, es la única del libro narrada en primera persona y está empapada de ingenuidad juvenil. Muy diferente del resto de relatos, ni mejor ni peor.
La muerte de Ilalotha: El fallecimiento de la dama de honor de la reina de Tasuun no le impide llamar desde la tumba a su amado Lord Tulos, gigoló palaciego, para echar un último casquete; la celosa reina, que no es una lumbrera, sigue a Lord Tulos hasta la sepultura y se encuentra una horripilante sorpresa. Aunque la temática necrófila está muy presente en todo el libro, aquí es donde alcanza su cota más alta. Espeluznante y sugerente al mismo tiempo.
El tejedor de la cripta: En la que podría ser una misión secundaria del Skyrim, tres guardias se internan en una cripta subterránea armados de valor y alcohol para recuperar los restos de una momia decrépita sin saber que allí les aguarda "el terror luminoso". Smith se olvida un poco de las descripciones siniestras y transmite aquí un miedo más cerebral que visceral, intentado hacer crecer en el lector la sensación de claustrofobia al tiempo que conduce a los protagonistas a un desenlace ineludible.
La brujería de Ulua: Un joven escanciador con la libido de una antología sobre la abstinencia sexual rechaza los avances de Ulua, la lasciva princesa-bruja de un reino decadente. La princesa se rebota y castiga al muchacho enviándole a la cama cadáveres agusanados, leprosos y otras porquerías. Dos son los elementos que configuran este relato tan inmundo como atractivo: la imaginería repulsiva que os quepa imaginar y un protagonista de conducta tan irreprochable que casi parece deficiente mental. Eso sí, la moraleja es más obvia que las que cerraban los episodios de Masters del Universo y dudo que el propio Smith se la tragase.
El dios carroñero: Un turista debe salvar a su esposa, que aparenta estar muerta debido a una extraña enfermedad, antes de que se convierta en el aperitivo de un dios lovecraftiano al que los sacerdotes de Zul-Bha-Sair alimentan con cadáveres frescos. Sobresaliente y emocionante aventura que facilita la inmersión del lector al escoger como protagonista a un joven héroe de corte clásico de los que abundan en las novelas de fantasía heroica, pero no en este libro. Directo al top 3.
El oscuro Eidolon: El gran brujo Namirrha regresa a su ciudad natal para vengarse del rey que lo arrolló con su caballo cuando sólo era un mendigo que pedía pa' comé, conduciéndole sin quererlo al camino de la taumaturgia. El dilema que plantea este relato cargado de ironía, el más largo del volumen, es si resulta justo tomar represalias contra la persona que se te cuela en el supermercado si con eso provoca que tú te conviertas en el cliente un millón y ganes un viaje a Honolulu. Excelente de principio a fin.
Morthylla: Un joven melancólico en busca de nuevos placeres comienza a citarse con una mujer que podría o no ser una lamia. Romance lúgubre de cuando no existía Meetic y que hará las delicias de los góticos del barrio. A mí, ni fu ni fa, tirando a meh. Lo que me quita el sueño es que aún no sé si el título se pronuncia "morcilla", como en morcilla de Burgos, o ¡MOZIRA!, como si fuera un monstruo gigante japonés.
El abad negro de Phutuum: Dos guerreros singularmente viriles y leales escoltan a una hermosa esclava hasta su rey, futuro esposo de la muchacha; en el camino, unos monjes negros aparecen de la nada y les invitan a pasar la noche en el monasterio de Phutuum. Una cena incómoda, voces de ultratumba, bravura varonil y, al final, un golpe de humor de teleserie americana totalmente inesperado.
El engendro de la tumba: Dos hermanos perdidos en el desierto investigan una tumba subterránea donde habita una abominación extraterrestre para comprobar qué hay de cierto en una vieja leyenda. Pastiche. Es como leer En las montañas de la locura II: Electric Boogaloo, si el libro existiera y Lovecraft hubiera estado alegremente borracho al escribirlo.
El último jeroglífico: Un vejestorio que malvive como adivino emprende contra su voluntad un viaje marcado por el destino en compañía de un esclavo tuerto y un perro pulgoso, y la ayuda de tres guías sobrenaturales que recuerdan a los fantasmas del Cuento de Navidad de Charles Dickens. Flojito en mi opinión, aunque sale una momia y eso siempre suma puntos.
La Isla de los Torturadores: Un rey abandona su reino tras haber perdido a todos sus súbditos a manos de una plaga letal y acaba varado en la Isla de los Torturadores. Que el nombre no os engañe. No se trata de una isla con lujosos complejos vacacionales y largas extensiones de fina arena en la que disfrutar de unas vacaciones de ensueño, sino de un siniestro lugar habitado por hombres que sólo encuentran placer en el dolor ajeno y han tenido muchos años para perfeccionar su arte. Un giro predecible, pero no por ello menos bueno, y un final satisfactorio destacan en este relato desesperanzador que pinta la muerte como el mejor de los destinos.
El jardín de Adompha: Algunos se conforman con plantar geranios, pero el rey Adompha y su brujo han creado un jardín en el que las plantas se combinan con cuerpos humanos y los cadáveres sirven de abono. Relato sencillo y corto que apela a la imaginería más macabra de este mundo amoral. Otro de mis favoritos.
El viaje del rey Euvoran: Un rey pierde su corona, única en el mundo por estar rematada con un pájaro extinto disecado, y parte con su flota a buscarla. Vampiros y pájaros psicóticos (ríete tú de los de Hitchcock) son algunas de las sorpresas que esperan al monarca en este viaje. Sátira negra con una genial pincelada de ironía aviar y cierta reminiscencia a los cuentos de Simbad el Marino, solo que con un protagonista que lo único que tiene en común con el héroe árabe es el gafe que ambos cargan consigo.
Recomiendo esta recopilación a cualquier amante de la literatura fantástica que no haya pensado nunca en cortarse las venas al son de una canción de My Dying Bride.
Uno de mis libros de relatos favoritos y con el que descubrí a Clasrk Ashton Smith (digo, ya sabía de él pero es la primera recopilación que leo).
ResponderEliminarSigo esperando que Valdemar se decida a publicar el Ciclo de Averoigne o Hiperborea del mismo autor.
Deberías leerte otro relato de Lovecraft. Aunque yo no soy referente, porque me gusta casi todo lo del maestro de Providence, recomendaría Los Sueños en la Casa de la Bruja, El color que cayó del Cielo o El que Acecha en la Oscuridad.
O cualquier película de Nana Ogura, vamos, Malditos cuadraditos...
Es un magnífico libro, como casi todo lo que publica Valdemar, pero me parece que no es para todo el mundo. Si crees que vas a encontrar fantasía tipo "Canción de Hielo y Fuego" en las líneas de Ashton Smith mejor que busques otra cosa. No digo que sea mejor ni peor, es diferente. Pero si estás interesado por la literatura fantástica en general tienes que leer a esta autor, como tienes que leer a Machen, por ejemplo. Por cierto, que el autor tiene otro ciclo llamado "Hyboria" que también está muy bien, con su estilo recargado, oscuro y, sobre todo, poco complaciente con sus criaturas.
ResponderEliminarPues sí que tiene un particular estilo de escribir; lo que me gusta es que te lo maneja todo como si ya estuvieses familiarizado con su mundo y fuera lo más cotidiano.
ResponderEliminarFrancamente lo desconocía, pero el maravilloso google me ayudó a encontrar algunos fragmentos y luego unos relatos completos. La verdad la traducción o adaptación al castellano deja mucho que desear o al menos yo siento que no conserva el mismo sentido, pero al menos sí la esencia.
El buen tipo de la brocha sorprendiéndonos con entradas poco esperadas a las clásicas de terror gringo, excelente iniciativa y más la reseña.
Si algo es seguro es que a Smith le molaba la necrofilia.
ResponderEliminarBueno, ya puedes reseñar "Las Puertas de Anubis". Tiene viajes en el tiempo!
ResponderEliminarSaludos desde Argentina (sisi, la tierra del papa, la tierra de la Papa, de Messi, Tango, Maradona, carne, etc).
Jeral: A Lovecraft le he cogido miedo, pero todo se andará.
ResponderEliminarDavid: Canción de hielo y fuego es una saga muy bien escrita con un mundo muy, pero que muy complejo; pero no es la clase de fantasía que más me gusta leer. No digo más que sigo con Choque de reyes y lo empecé hace más de medio año.
M@nchitas: Las traducciones pueden no capturar la esencia del idioma original, pero salvo que domines ese otro idioma, son la mejor alternativa.
Anónimo: Probablemente. Para gustos, los colores.
Anónimo: Ya lo hice. Aquí.
Interesante algunos relatos..aunque este tipo de fantasía hace que todo sea posible y desdibuja la tensión que posee un relato de terror o fantástico.
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