Keith Giffen firma nuevamente el guión, deleitándonos con una historia que sigue alargándose en exceso, mientras que en el apartado artístico se produce un cambio a mejor, ya que el dibujante Philip Tan pasa a colaborar en este número con Pop Mhan, que dibujó el cómic de Man-At-Arms en la miniserie digital.
No sé cómo se habrán repartido el trabajo los dos dibujantes, y es imposible averiguarlo sin hacer un análisis concienzudo que exigiría más esfuerzo del que estoy dispuesto a hacer, pero diría que en los lapiceros hay mucho menos de Tan que de Mhan. Sin embargo, aquí lo verdaderamente importante, lo esencial, es que Tan-Mhan sería un buen nombre para un Master del Universo. "¡Tan-Mhan! ¡Guerrero heroico con estupendo y poderoso bronceado!". Ya sabéis, por aquello de que tan significa bronceado en inglés.
Y esa es la clase de reflexiones que hago cuando me aburro.
La última vez que vimos a Adam y Teela se aferraban medio groguis a los restos de un navío que Mer-Man había destrozado con una ola monumental después de cogerse una rabieta. ¿El tsunami de Japón de 2011? Cosa suya. Ese día había perdido una partida de julepe.
Por suerte, lejos de morir deshidratados por el calor y la falta de agua, los héroes más rubios de Eternia tienen un aspecto envidiable. Se les ve fuertes, descansados y hasta diría que han cogido algo de color. Si yo dependiera de la pesca para sobrevivir, a la hora de la merienda ya habría muerto de hambre; pero a estos dos parece irles bastante bien con la dieta rica es fósforo. Además, en el peor de los casos, siempre podrían intentar comerse a Zoar, aunque sea solo una proyección astral de la Hechicera y no un animal de carne y hueso que puedan asar con patatas. La intención es lo que cuenta.
Mientras van a la deriva, Teela pregunta a Adam cómo es que no se acordaba de que era príncipe (las medias púrpuras deben de ser uno de sus muchos recuerdos reprimidos) y luego hablan sobre los sueños que comparten, en los que ambos eran héroes de gran poder y combatían contra un tipo malvado con cara de calavera, probablemente el Motorista Fantasma, Cráneo Rojo o una modelo de Victoria's Secret.
Ojalá no hubieras arrojado a Wilson a aquellos tiburones. |
Como lo pone en el guión, la marea arrastra la balsa improvisada hasta una isla tropical coronada por un volcán que me recuerda a la Isla de los Monos de The Secret of Monkey IslandTM y a la que, por ciencia infusa, los náufragos saben que debían llegar. Debo añadir que a Teela acaba de caerle un coco en la cabeza, así que no voy a echarle en cara esa sandez. Además, ya sabéis lo que dicen de las rubias.
Apenas han puesto un pie en la playa, nuestros héroes ya están discutiendo sobre quién ha remado todo el camino hasta aquí, por qué ya no salen nunca los dos solos, que si todos los domingos van a comer a la casa de los padres de ella, que si él ya no le hace cosquillitas, etc. Si alguien pueden explicarme por qué en esta versión de los Masters del Universo, Adam y Teela se comportan como si llevaran veinte años casados, le estaré muy agradecido.
Para bien o para mal, antes de que este rifirrafe derive en cinco minutos de sexo sudoroso y desenfrenado en la playa, una granada de gas cae entre ellos y los deja fritos. Los responsables del ataque son una versión adulta de los Niños Perdidos de Nunca Jamás encabezada por Man-At-Arms, el poseedor del mostacho más poderoso del Universo. Ahora nos reímos de los bigotones, pero recordad que hubo un tiempo en el que podías dejarte crecer el bigote sin que los cachondos de tus compañeros de oficina te bombardeasen la bandeja de entrada con fotos de Freddy Mercury.
Esto no pasaba en el El lago azul. |
Acabo de darme cuenta de que en la viñeta anterior pone claramente qué páginas ha dibujado cada artista. Soy idiota, pero al menos acerté en las proporciones.
Man-At-Arms y sus guerreros cargan con Adam y Teela al estilo de los ewoks para llevarlos ante su líder y uno de los salvajes comenta que Teela está de toma pan y moja. Al oír esto, Man-At-Arms le propina un señor mostachazo en toda la jeta, esto es, un puñetazo con la fuerza triplicada por el poder del mostacho, lo que nos da a entender que, de algún modo, Man-At-Arms aún recuerda que Teela es su hija y que tiene el instinto paternal a flor de piel. O quizá simplemente le gusta atizar a la gente.
El grupo continúa caminando hasta llegar a un palacio construido en la ladera del volcán, que probablemente sea el lugar más estúpido para erigir tu guarida si eres un Señor del Mal, sobre todo cuando el puñetero volcán está evidentemente activo.
A alguien se le va a caer el pelo como reciba una inspección de trabajo. |
La mandamás del lugar no es otra que Maléfica, perdón, Evil-Lyn, que se ha erigido en reina de los indígenas y sometido a Man-At-Arms a su servicio. Supongo que después de tantos años trabajando para Skeletor en un hemisferio al que nunca llega la luz del sol, una isla tropical no es un mal destino al que retirarse cuando tu piel muestra síntomas de ictericia. Si uno ignora el problema del volcán, quiero decir.
Después de un breve intercambio de ideas y de que Teela se dé cuenta de que Duncan es su padre (es difícil reconocerlo sin un bol en la cabeza), Evil-Lyn condena a los recién llegados a morir en EL CALDERO. Lo pongo en mayúsculas y en negrita con la esperanza de impresionaros, pero no estoy seguro de que vaya a ser mucho más espectacular que la Petición.
El no va más en Eternia son las camisas. |
Si os estáis preguntando por qué Evil-Lyn no se deja de zarandajas y los mata en el acto para no cagarla como lo hicieron todos sus compañeros, ¡enhorabuena!, tenéis dos dedos de frente. Pero al menos este cómic no ignora este error.
En sus aposentos, Evil-Lyn mantienen una conversación vía miniportal interdimensional con Skeletor, que ruega a su "majestad" (lo entrecomilla él, no yo) que ejecute a Adam inmediatamente para que no se repita la metedura de pata de los tres números anteriores. Evil-Lyn, sin embargo, se niega a perderse la diversión, e incluso invita al Lord de la Destrucción al evento, a lo que éste se niega porque tiene un humor de mil demonios y encima mañana temprano tiene que seguir torturando a la Hechicera para que le revele la clave del Poder de Grayskull y su secreto para que los muffins le queden tan esponjosos.
-Y no te olvides de traer a los niños, Skely, cariño. Ahora también tenemos karaoke infantil. |
Después de colgar el portal, Skeletor, cabreado como una mona, la toma con la Calavera de Poder, que ahora resulta que no solo puede alterar la realidad, sino que también habla por los codos y participa en las tertulias de Telecinco. Bueno, por algo es la Calavera de Poder. Y si los hijos y el perro de John Travolta y Kirstie Alley podían hablar, ¿por qué no iba a hacerlo el cráneo del que, hasta que leí el último número, pensé que podría ser el mismísimo Hordak?
El caso es que al viejo cara de hueso le toca las narices (es un decir) no poder evitar que Evil-Lyn haga lo que le dé la gana, porque, según afirma, sus poderes rivalizan con los suyos y es mejor mantenerla alejada y entretenida que cerca y aburrida, porque entonces podría desafiarle e incluso redecorar el Castillo Grayskull a su antojo. (A ella le gusta la madera y Skeletor, en cambio, elige sus muebles por el número de huesos; nunca congeniarían.)
Desde luego el diálogo entre Skeletor y la Calavera de Poder ayuda a tragarse mejor las soplapolleces del guión porque justifica en cierto modo la estupidez supina que las Fuerzas del Mal han demostrado hasta ahora, y lo hace argumentando que las derrotas y humillaciones continuas que sufrieron a manos de los Masters en el pasado es lo que lleva a Skeletor y sus secuaces a buscar algo más que una muerte rápida. En el fondo, todos quieren ver a He-Man bien jodido antes de cargárselo. El problema es que deberían dejarse de gaitas y crearle directamente un perfil de Facebook falso y publicar fotos de tíos cachas desnudos en su tablón. Eso sí que duele.
-¿Cuánto a que consigo encestar en la papelera a la primera? |
Por la noche, Man-At-Arms, que no consigue dormir a pesar de las lujosas comodidades ofrecidas por su cabaña isleña sin luz ni agua corriente, se acerca a ver a los prisioneros y acusa a Teela de haberle hechizado porque sueña todas las noches con ella. Vale, aunque solo sea su hija adoptiva, eso suena muy raro. Raro de "¿Por qué el cura del pueblo pasa tanto tiempo encerrado con niños pequeños en el confesionario?".
Teela le pregunta a bocajarro si él es su padre, y el pobre Duncan, quizá recordando todas las noches que se ha despertado sudando y con la tienda de campaña levantada, se marcha taciturno y sin decir ni pío.Tener una hija con ese tipín debe de ser un desafío constante para la libido. Si yo fuera el padre de, pongamos por ejemplo, Adrianne Palicki, tendría que tomarme pastillas de bromuro con los cereales para que no me etiquetasen de amoral y pervertido.
Su bigote tampoco hace comentarios. |
Madre mía, lo apuntaba LacraESECEFE en los comentarios y no puede ser más cierto: hay que ver lo que se parece el Man-At-Arms de Pop Mhan a Charles Bronson. Es como una versión 2.0 del actor más duro de Hollywood.
Desde luego, eso explicaría que esta versión de uno de los muñecos más sosos de Mattel me guste tanto, porque siento debilidad por los pistoleros/justicieros/policías/detectives de las películas de los años sesenta y setenta. Menudos cabronazos estaban hechos.
Otro auténtico y genuino hombre de armas. |
Y por fin llegamos a la prueba del Caldero, que es justo lo que cabía esperar de su nombre: un combate a muerte en un puente instalado sobre un caldero gigante lleno de lava. Con todo lo espectacular que suena, lo cierto es que los villanos de hoy en día carecen de imaginación. Si lo que Evil-Lyn quiere es torturarles antes de matarlos, debería obligarles a jugar al Ninja Gaiden 3.
Naturalmente, Adam y Teela, a pesar de llevarse como el perro y el gato, no están dispuestos a colaborar en el show, pero el problema es que si no pelean, servirán de blanco a los arqueros que hay a ambos lados del puente, así que, sin más preámbulos, empiezan a partirse la cara como si la violencia de género fuera lo mejor desde el pan de molde.
Ahora bien, a pesar de la épica que acompaña a cualquier combate a muerte sobre lava ardiente, me quedo sobre todo con la frasecita que le suelta un repentinamente rebelde Man-At-Arms a Evil-Lyn:
"Si ella muere, te mato".
Un punto más para Bronson-At-Arms, mi personaje favorito de los nuevos cómics de los Masters del Universo. Últimamente me debatía entre él y el indígena medio calvo con cara tristona de la página 16.
¿Cómo? ¿Y no hay cocodrilos en la lava? ¿Dónde está el desafío? |
El número no da mucho más de sí y se cierra con Zoar apareciendo de la nada y tirando a Adam del puente hacia lo que parece una muerte segura. Sin embargo, algo me dice que aquí hay gato encerrado.
Y con este cliffhanger y una puntualización breve e incomprensible para quien no sea fan de Los Simpsons, me despido: alguien debería buscar el oro de Lincoln.
Buen capitulo, más cercano a lo que es un comic tradicional, sin experimentos raros ni nada extraño. Lo que si sería un puntazo es que Adam muera, ahi si que nos sorprenderían, y saquen un nuevo héroe.
ResponderEliminarTanta referencia al bigote, ¿es un deseo oculto a que vuelvan a estar de moda y poder llevarlo sin verguenza alguna?
Pero si es Charles Bronson amenazando a Evil-Lyn, es por eso que le ha gustado tanto.
ResponderEliminarViendolo así, me gusta más el universo de los amos del...
ResponderEliminarA lo mejor ya no lo seguí porque en el 85 un temblor devastó mi ciudad(México D.F.) y cuando quise recuperar mis miuñecos y las historietitas, pues ya no pude. Luego vino el mundial del 86 y esto quedó en el olvido hasta estos dias de internet.
Muy buena reseña y buen ojo para los comics. Nosotros te valoramos tus reseñas de videojuegos, aunque te dé weva hacerlos, siempre habremos quienes te leemos y aprendemos .
Mixtli1984: Estoy en proceso de volver a dejarme perilla, pero solo lo hago para que mi bigote no se sienta solo cuando crezca. Él es el único que realmente me importa.
ResponderEliminarLacraESECEFE: Qué razón tienes, tanta que voy a actualizar el artículo.
M@anchitas: Pues a seguir aprendiendo, porque me queda cuerda para rato.
Parece que aquí somos todos fans de Tom Selleck y su bigote ultrapoderoso.
ResponderEliminarMe declaro desde ya super fan de Bronson-At-Arms.
ResponderEliminarAl hecho de que estar a la deriva bajo el sol tropical y sin agua no les afecte habría que añadir que nadie muere abrasado por el calor de la lava, la verdad que tampoco es tan sorprendente si recordamos que los eternianos no dejan de ser extraterrestres con aspecto humano y que deben tener resistencia a las temperaturas extremas de serie, de ahí que lleven poca ropa, no la necesitan para protegerse del clima.
ResponderEliminarPues en ese caso exijo reimagining de Shera pero ya: Shera en bragas = epic win.
ResponderEliminarPor cierto, la Evil Lynn de la portada es clavadita a la de la peli, con esa cara de mala de culebrón americano de los ochenta...
Jeral: Este Man-At-Arms tiene más de Bronson que de Selleck, pero también me vale. Eso sí, e segundo hubiera sido un Man-At-Arms "clásico" inmejorable.
ResponderEliminarAnonimatus: Brillante deducción. Ojalá se me hubiera ocurrido a mí.
Terminento: Veremos a She-Ra en la próxima entrada que escriba sobre los Masters, pero te adelanto que va bien tapadita.
Es normal que el pobre Skeletor no gane si sus ayudantes le torean y deciden hacer lo que quieren
ResponderEliminarYo es que he sido más de Magnum que de Death Wish.
ResponderEliminar