Pues no, no os vais a librar. Es algo que forma parte de la cruz de seguir este blog, como las constantes erratas, los chistes malos y la baja fibra moral que se desprende de todo lo que escribo.
Lo importante es que el hecho de que recapitulase el especial navideño de He-Man y She-Ra hace años no significa que no haya nada más que comentar sobre los Masters del Universo en estas fechas tan singulares, solo que cuesta mucho más encontrarlo. En este caso, he tenido que recurrir a los viejos tebeos de la revista británica Masters of the Universe, que en España publicó Ediciones Zinco.
¿Cómo son de viejos esos tebeos? "1986" de viejos, es decir, de cuando España y Portugal entraron en la Comunidad Europea y Kelly LeBrock estaba requetebuena.
La historia de hoy se titula El portador de alegría, y aunque solo tiene cinco páginas, ¡hay que ver qué páginas! Planes maquiavélicos que no hay por dónde coger, combates perdidos de antemano, buenas acciones que parecen otra cosa y, por supuesto, grandes dosis de espíritu navideño. No tiene desperdicio.
Este invierno en Eternia hace un frío de pelotas. No la nadería de 9º que tenemos por aquí, no. En Eternia hace tanto frío que a He-Man se le marcan los pezones a través de la armadura de batalla. Hace tanto frío que Skeletor se ha puesto pantalones. Hace tanto frío que a Mer-Man le confundieron con una croqueta de merluza congelada. Hace tanto frío que Mosquitor solo puede chupar sangre escarchada. Hace tanto frío que… Bueno, ya lo vais pillando.
Sin embargo, el rigor del invierno no se debe a causas naturales. La mano del villano más desalmado que han conocido los guerreros heroicos está metida hasta el fondo en este siniestro asunto, más a fondo aun que un examen proctológico de Captor.
Captor, también conocido como Sssqueeze. |
Hordak, el despiadado líder de la Horda, ha sido el causante de la llegada de este clima inclemente y se regocija en su trono del daño que está provocando. Después de todo, uno no se gana el derecho a llevar una armadura con su careto estampado en ella sin ser un ególatra perverso y sanguinario.
La terrible ola de frío es el resultado de una combinación blasfema de magia y ciencia que impedirá que la helada remita mientras la gente siga desesperándose por el mal tiempo y no crea en algo bueno y puro. ¿Por qué magia y ciencia? Porque cuando solo tienes dos viñetas para explicar una gilipollez tan gorda, una sola excusa no basta.
-Pues aquí ando, regocijándome. |
Sin embargo, He-Man y su hermana She-Ra ya han chafado los planes de Hordak cerca de 3.275 veces en el último mes, así que sería bueno que no se confiara en exceso. De hecho, en el Castillo Grayskull, la Hechicera ya ha reunido a He-Man y a otros guerreros heroicos (que, a pesar del frío, todavía tienen los santos cojones de ir por ahí en taparrabos) y les ha explicado que este tiempo tan terrible lleva el sello de Hordak. ¿Y no podría ser obra de Skeletor? No, porque Skeletor es el único otro villano que conocen y él pasa las fiestas en casa de los padres de Evil-Lyn.
Dado que los Masters no pueden utilizar ningún vehículo por culpa del mal tiempo o quizá porque nadie sabe cómo poner las cadenas al Attak Trak ni al Bashasaurus, He-Man y sus valientes aliados parten a pie hacia la Cueva del Terror.
-O bien el tiempo cambia pronto, o bien emigro. Emigro. Porque voy disfrazada de pájaro. Era un chiste. ¡Reíos, corcho! |
El grupo de héroes no tarda en encontrarse con Hordak y sus esbirros, y tan pronto como ambos bandos se cruzan, se desata la batalla. Por desgracia, la pelea tiene tanta emoción como verse crecer la barba delante del espejo, porque todos sabemos que en este tebeo los malos tienen las de perder. ¿Cómo van a ganar si la mayor amenaza que su líder es capaz de proferir es la siguiente?
"¡Maldito seas, He-Man! ¡No te muevas! ¡Mis lanzas de hielo formarán una prisión que te retendrá durante un rato!" (sic).
Un rato, dice. Un. Rato.
No quiero tachar a Hordak de agorero, porque en realidad He-Man se libera de su trampa de una viñeta para otra; ¡pero es el malo de esta historieta!, un poco de optimismo demente le vendría bien.
Tras la previsible derrota de la Horda a manos de las fuerzas del bien, Hordak decide explicar a He-Man los pormenores de su plan y la forma en la que puede arreglar este desaguisado: haciendo que la gente crea en algo bueno y puro. Y luego el muy imbécil se marcha riendo.
"¡Je, je, je! ¡Ja, ja, ja! ¡Ahora He-Man sabe que necesita que la gente pierda el miedo al frío y recupere la alegría para derrotarme! ¡Nunca averiguará cómo devolver el clima a la normalidad! Oh… espera. Lo he vuelto a hacer, ¿verdad?".
En su defensa diré que a mí el frío tampoco me deja pensar con claridad.
Mientra He-Man se devana los sesos buscando una solución a su problema, el narrador nos conduce hasta una humilde cabaña en la que dos personas están pasándolas canutas por culpa del frío: el leñador viudo Nik-Las y su pequeña hija Mouse, muda de nacimiento y llamada así en honor a su postre preferido. Y sí, yo también sé que mousse se escribe con dos eses, pero Nik-Las es leñador, no miembro de la Real Academia de la Lengua de Eternia.
Para más inri, a los pobres ya apenas les quedan leña y alimentos, así que, a pesar de que el tiempo no acompaña, el desesperado padre no tiene más remedio que salir al bosque en busca de madera y sustento para que su hija sobreviva al invierno.
Ummm... ¿No os parece un pelín raro que en Eternia tengan armas láser y naves voladoras, pero aún no hayan inventado la calefacción? ¿Qué clase de sociedad prioriza la construcción de aeronaves con forma de libélula sobre el bienestar humano?
No, no respondáis, si ya lo sé. La misma clase de sociedad en la que puedes coincidir en bar de la esquina con un hombre-abeja, un tipo que huele a ambientador de coche y un sheriff del espacio. A mí me lo vais a contar...
¡Ah, pero no toda la esperanza está perdida! Mientras ejercitaba sus poderosos cuádriceps, He-Man ha tenido una idea: esta noche Man-At-Arms y él repartirán juguetes a escondidas entre los niños para que su alegría contrarreste los efectos del miedo al hielo y se rompa el encantamiento de Hordak.
Sí, puede que allanar con nocturnidad todas las casas de Eternia suene más delictivo que heroico, pero hoy tendrá que valer.
Eso sí, evitad imaginaros que sois unos críos y que, al despertar en mitad de la noche, veis a dos hombres musculosos y sonrientes (uno de ellos con bigote y el otro medio desnudo) que se acercan a vuestra cama con dos sacos enormes.
A la mañana siguiente, los niños descubren sus juguetes nuevos y, gracias a la felicidad que sienten, la nieve comienza a derretirse. ¡Mouse incluso recupera el habla por arte de magia! Curiosamente, las primeras palabras que la niña dice a su padre son: "Padre… besa… a Mouse", que no tiene ni pies ni cabeza en español, pero sí en el original en inglés, ya que "Father… kiss... Mouse" suena parecido a Father Christmas, esto es, Papá Noel. Y ahí tenéis todo el esfuerzo creativo que volcaron los autores en este cómic.
Superada la impresión de este milagro navideño, supongo que Nik-Las llamaría a una empresa de seguridad para cambiar la puerta de madera por una puerta acorazada con la última tecnología anti-taladro, anti-rotura, anti-extracción y anti-ganzúa.
Mientras tanto, en el palacio de Eternos, Man-At-Arms le dice a He-Man que sería bueno repetir el mismo plan todos los años para evitar que la treta de Hordak se repita. Yo, por si acaso, antes de entrar en más casas sin permiso y arrimarme a los niños, lo consultaría con un abogado.
No quiero tachar a Hordak de agorero, porque en realidad He-Man se libera de su trampa de una viñeta para otra; ¡pero es el malo de esta historieta!, un poco de optimismo demente le vendría bien.
A los villanos de esta serie deberían darles un premio, aunque solo sea por su persistencia. |
Tras la previsible derrota de la Horda a manos de las fuerzas del bien, Hordak decide explicar a He-Man los pormenores de su plan y la forma en la que puede arreglar este desaguisado: haciendo que la gente crea en algo bueno y puro. Y luego el muy imbécil se marcha riendo.
"¡Je, je, je! ¡Ja, ja, ja! ¡Ahora He-Man sabe que necesita que la gente pierda el miedo al frío y recupere la alegría para derrotarme! ¡Nunca averiguará cómo devolver el clima a la normalidad! Oh… espera. Lo he vuelto a hacer, ¿verdad?".
En su defensa diré que a mí el frío tampoco me deja pensar con claridad.
-¡No huyas, Hordak! ¡Tu informe es menos minucioso que de costumbre! ¡Aún no me has detallado con absoluta precisión cómo derrotarte esta vez! ¡En este documento faltan los pasos 5 y 6! |
Mientra He-Man se devana los sesos buscando una solución a su problema, el narrador nos conduce hasta una humilde cabaña en la que dos personas están pasándolas canutas por culpa del frío: el leñador viudo Nik-Las y su pequeña hija Mouse, muda de nacimiento y llamada así en honor a su postre preferido. Y sí, yo también sé que mousse se escribe con dos eses, pero Nik-Las es leñador, no miembro de la Real Academia de la Lengua de Eternia.
Para más inri, a los pobres ya apenas les quedan leña y alimentos, así que, a pesar de que el tiempo no acompaña, el desesperado padre no tiene más remedio que salir al bosque en busca de madera y sustento para que su hija sobreviva al invierno.
Ummm... ¿No os parece un pelín raro que en Eternia tengan armas láser y naves voladoras, pero aún no hayan inventado la calefacción? ¿Qué clase de sociedad prioriza la construcción de aeronaves con forma de libélula sobre el bienestar humano?
No, no respondáis, si ya lo sé. La misma clase de sociedad en la que puedes coincidir en bar de la esquina con un hombre-abeja, un tipo que huele a ambientador de coche y un sheriff del espacio. A mí me lo vais a contar...
Si esto fuera un cuento de los hermanos Grimm, la que saldría a por leña sería la niña. |
¡Ah, pero no toda la esperanza está perdida! Mientras ejercitaba sus poderosos cuádriceps, He-Man ha tenido una idea: esta noche Man-At-Arms y él repartirán juguetes a escondidas entre los niños para que su alegría contrarreste los efectos del miedo al hielo y se rompa el encantamiento de Hordak.
Sí, puede que allanar con nocturnidad todas las casas de Eternia suene más delictivo que heroico, pero hoy tendrá que valer.
Eso sí, evitad imaginaros que sois unos críos y que, al despertar en mitad de la noche, veis a dos hombres musculosos y sonrientes (uno de ellos con bigote y el otro medio desnudo) que se acercan a vuestra cama con dos sacos enormes.
Me corrijo. Puede que lo que Man-At-Arms lleve en la mano no sea un saco, sino un pañuelo empapado en cloroformo. |
A la mañana siguiente, los niños descubren sus juguetes nuevos y, gracias a la felicidad que sienten, la nieve comienza a derretirse. ¡Mouse incluso recupera el habla por arte de magia! Curiosamente, las primeras palabras que la niña dice a su padre son: "Padre… besa… a Mouse", que no tiene ni pies ni cabeza en español, pero sí en el original en inglés, ya que "Father… kiss... Mouse" suena parecido a Father Christmas, esto es, Papá Noel. Y ahí tenéis todo el esfuerzo creativo que volcaron los autores en este cómic.
Superada la impresión de este milagro navideño, supongo que Nik-Las llamaría a una empresa de seguridad para cambiar la puerta de madera por una puerta acorazada con la última tecnología anti-taladro, anti-rotura, anti-extracción y anti-ganzúa.
Mientras tanto, en el palacio de Eternos, Man-At-Arms le dice a He-Man que sería bueno repetir el mismo plan todos los años para evitar que la treta de Hordak se repita. Yo, por si acaso, antes de entrar en más casas sin permiso y arrimarme a los niños, lo consultaría con un abogado.
He-Man, no rompas la cuarta pared, por favor. Me da grima. |
prefiero ver el especial navideño de Quentin Tarantino.Quitando eso buen articulo...deberian pagarte...feliz navidad
ResponderEliminarEntran en taparrabos a casas con niños solos, con cara de..., y luego salen guiñando el ojo... Creo que He-man ocultaba algo.
ResponderEliminar¡BLARGH! Se fue el color para la página 17. Y los regalos que preparan tienen una pinta aterradora, como por ejemplo la caras de las muñecas que parecen sacadas de «El Grito».
ResponderEliminar¿Y un leñador de nombre San Nik-Las? Y como padre también hubiese preguntado de dónde cuernos sacó ese juguete y me encerraba a piedra y cemento.
Pero ¿Qué sería de nosotros sin He-Man y sus historias Navideñas?
He-man es tan fuerte que puede aplaudir pestañeando.
ResponderEliminarAnónimo: Deberían. No sé muy bien por qué, pero deberían.
ResponderEliminarVictor: Sí, "algo" es una manera suave de decirlo.
LacraESCEFE: Sí, como padre yo tampoco estaría muy dispuesto a creer en milagros. Voy a añadir un párrafo más al artículo. Gracias.
Anónimo: He-Man es tan fuerte que puede alterar el tejido de la realidad con solo flexionar sus bíceps.
Si He-Man es tan fuerte, quien gana en una pelea? El o Chucky Norris?
EliminarSalud!(os)
He-man es el mejor e incluso en invierno mantiene su bronceado XD
ResponderEliminarAhora en serio estas historias cortas molan.
Feliz navidad a tod@s ;)
Me ha encantado. Me he partido de risa. Gracias por animarme esta noche. Te ha quedado muy bien el especial navideño.
ResponderEliminar"Jo Jo Jo, disfruto haciendo esto". Frase ALTAMENTE sugerente de He-Man, teniendo en cuenta que esta viendo a una niña dormida.
ResponderEliminarSaludos!
Y te digo mas, dice "este juguete le traera alegria"... hay que ver donde tiene las manos :S
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