10 de septiembre de 2012

Star Trek: El cerebro de Spock

El sábado pasado fue el 46º aniversario de Star Trek, la serie original. De no ser por el correspondiente Doodle de Google, no me hubiera enterado, porque: a) no sé en qué día vivo; y b) no tengo buena memoria para cumpleaños, efemérides ni fechas que no sean la de la fiesta más cercana. Pero, como fan que soy de Star Trek, me habría sabido mal no hacerle un pequeño homenaje a esta magnífica serie, aunque sea con algunos días de retraso. Por eso, para disfrute de niños y mayores, he decidido recapitular otro episodio de la serie, el tercero que se suma ya al archivo del blog (si tenéis tiempo, os recomiendo leer al menos mi recapitulación de La arena).

Y, creedme, el episodio que he escogido para esta ocasión no es un episodio cualquiera. Si todos los trekkies votasen para decidir cuáles son los peores episodios de la serie original, el capítulo de hoy alcanzaría uno de los tres primeros puestos sin despeinarse. Incluso poniéndolo en contexto y juzgándolo bajo los estándares de su época, podemos considerarlo ridículo, machista y una verdadera colonoscopia para el sentido común. Pero ¿sabéis que es lo más triste de todo? Que fue la premiere de la tercera temporada. No me sorprende que cancelaran la serie.

Aun así, visto con perspectiva, es la monda.

Fecha de emisión: 20 de septiembre de 1968.

A bordo de la nave de la USS Enterprise, todos tienen cara de tirarse disimuladamente un pedo, así que debemos suponer que algo muy serio está pasando. De hecho, se ha declarado la alerta roja en todos los niveles. O al menos eso parecen indicar los paneles de alarma de color rojo en los que pone "ESTADO: ALERTA" con letras mayúsculas y en un tamaño de fuente que empequeñece al de la línea superior de las tablas optométricas.

Una arenonave que se asemeja a un consolador con aletas y que viaja propulsada por un motor de iones se dirige a toda velocidad hacia el Enterprise.

―¿Qué opina? ―pregunta el capitán Kirk a Scotty, el jefe de ingenieros.

―Nunca he visto nada parecido ―responde Scotty, emocionado―. Y además propulsado por iones. Podrían enseñarnos un par de cosas.

A mediados de la década de 1960, ya se estaban probando los primeros motores de iones como mecanismo de propulsión en el espacio, así que cabe suponer que a un ingeniero del año 2268 semejante invento le sorprendería tanto como a nosotros ver un Seat 600. ¿Podría ser que algún guionista no hiciera bien sus deberes? Podría ser.

"¿Alerta roja? Ay, pues no me había enterado".

Spock, el oficial científico de orejas puntiagudas y puntiagudo ingenio, detecta una forma de vida humanoide en el interior de la aeronave desconocida e informa al capitán Kirk de que esa forma de vida tiene "un bajo nivel de actividad".

Por la descripción, podría tratarse de mi cuenta de Twitter o, tal vez, de un funcionario público. Esta segunda opción explicaría por qué tampoco atiende las llamadas de la oficial de comunicaciones Uhura. Si es un funcionario, estará desayunando. Otra vez.

De pronto, sin quererlo ni beberlo, una mujer a la que Austin Powers calificaría de "nena" se materializa en el puente. Su peinado pertenece a una era en la que las calculadoras portátiles eran el último grito en tecnología, y lleva un vestido púrpura centelleante que apenas le cubre las caderas y que hace juego con sus botas altas con liguero incorporado.

La mujer se llama Kara, pero, a la vista de su aspecto, "Chica Disco" me parece un nombre más apropiado para ella, así que la llamaré así. Vosotros no podéis votar en contra, lo siento.

"¿Serían tan amables de bajar el aire acondicionado, por favor?".

Dos guardias de seguridad entran como una exhalación en el puente, probablemente para evitar que Kirk despliegue sus encantos y desate un conflicto diplomático con algún planeta que todavía no conocen.

Sin mediar palabra, la mujer responde al acto de agresión pulsando un botón de su pulsera. Esto provoca que se apaguen todas las luces del puente y que la tripulación caiga al suelo inconsciente. No soy ningún experto en pulseras galácticas, pero me inclino por decir que aquí hay poca ciencia y mucha ficción. En otras palabras: lo hizo un mago.

Ignorando al resto de los oficiales, la Chica Disco se acerca al desvanecido Spock y posa una mano sobre su cabeza. Aunque podría estar comprobando si tiene fiebre o se ha hecho un chichón, la música presagia algo mucho más siniestro, más... cerebral.

Dun-dun-dun... ¡La trama se complica!

Una escena espeluznante, lo sé. Pero no tengáis miedo. Estoy con vosotros.

Tras los títulos de entrada, acompañados como siempre de la fantástica y evocadora melodía compuesta por Alexander Courage, la luz vuelve a la nave y la tripulación recupera el conocimiento y la compostura.

El tema de la compostura es clave en la Flota Estelar, y no sé que era más esperpéntico, si el culo de Kirk apuntando directamente a cámara o la cabeza de Chekov entre las piernas de Sulu.

Como diría George Takei: Oh, my...

El responsable de la puesta en escena tenía un gran sentido del humor.

Un vistazo rápido revela que tanto la nave desconocida, como la Chica Disco han desaparecido y, lo que es mucho más extraño, ¡Spock no se encuentra en el puente!

Por lo tanto, cuando el doctor McCoy pide al capitán que baje inmediatamente a enfermería, ya nos imaginamos que no va a ser para su chequeo rutinario de ladillas cósmicas. Y, en efecto, Spock está en una camilla y... ¡Oh, no, lleva un papakha ruso! ¡Spock se ha pasado al bando de los rojos! ¡Es la señal que tanto temíamos! ¡El Apocalipsis comunista se acerca! ¡Esconded la cubertería y proteged vuestro ganado!

Ah, esperad, no es eso. El problema es que Spock no tiene cerebro. Qué susto, por un instante pensé que era algo importante y no solamente estúpido.

Si os soy sincero, me preocupa más la pérdida de dignidad que la pérdida de cerebro.

Según el doctor, el cerebro de Spock ha sido extraído quirúrgicamente, y aunque su cuerpo vulcaniano ha sobrevivido a la operación gracias a la conveniencia del guion, ahora mismo carece de mente. Yo no soy médico, pero esto me parece una gilipollez.

Kirk, en su omnisciencia, sabe que la responsable de este desaguisado ha sido la Chica Disco, y le pregunta a McCoy cuánto tiempo puede mantener a Spock con vida artificialmente. El doctor dice que no puede garantizar nada porque nunca ha visto un caso similar, pero no duda en afirmar que "para sobrevivir, Spock depende de su cerebro mucho más que cualquiera de nosotros".

¿Ah, sí? ¿En qué sentido? Sé que dicen que los hombres pensamos con la entrepierna, pero estoy convencido de que todos nosotros dependemos bastante de nuestro cerebro para sobrevivir. Al cien por cien, diría yo. ¿Qué puede ser más que el cien por cien?

Kirk asegura al doctor que encontrarán el cerebro de Spock. McCoy, poco convencido, replica que, aunque lo encuentren, no sabría ni por dónde empezar a cortar para devolverlo a su sitio. El capitán responde que obligará a la Chica Disco a revertir la operación.

Y por si este planteamiento no nos parece lo bastante interesante, McCoy se saca de la manga que si Spock no recupera su materia gris en 24 horas, morirá. ¿En qué quedamos, doctor? Hace un instante ha dicho que no podía garantizar nada y, de repente, sabe el número exacto de horas que puede vivir Spock sin cerebro. Esta falta de consistencia me provoca urticaria.

"¡Se lo juro, es así de grande! Si no me cree, levante usted mismo la sábana. ¡Es como una barra de mortadela!".

El Enterprise sigue la señal de iones que deja la nave de la Chica Disco hasta el sistema Sigma Draconis, donde acaba perdiendo su rastro. Para ilustrarnos, Chekov muestra en la pantalla del puente un mapa estelar del sistema en cuestión. El mapa que parece más apropiado para un libro de enseñanza primaria que para una nave del siglo XXIII dedicada a la exploración espacial, pero, por cutre que sea, tiene su encanto.

El sistema Sigma Draconis, explica Chekov, está formado por nueve planetas, de los cuales solo tres contienen vida inteligente. Por lo tanto, la tripulación deduce que el cerebro de Spock tiene que estar escondido en uno de esos tres planetas. El inconveniente es que ahora solo les quedan 8 horas y 40 minutos para encontrarlo, así que no pueden buscarlo en los tres: deben jugárselo todo a una carta.

A ver, que yo me entere, ¿me están diciendo que no pueden enviar a un pequeño destacamento a cada uno de esos tres planetas pese a que la dotación del Enterprise es de más de 400 hombres? Por fuerza tiene que haber una explicación, ¿verdad? Ah, claro, Spock debe bajar con ellos para que le operen.

Pues no me vale, ¿sabéis por qué? ¡Porque el Enterprise tiene un puñetero transportador! Pueden localizar el cerebro perdido e inmediatamente bajar a Spock para operarlo o, mejor aun, subir el cerebro en un tarro convenientemente etiquetado a la sala médica e intentar salvar a Spock en un ambiente seguro y esterilizado. ¿Debo pedir perdón por pensar un poco?

El futuro de la cartografía ya está aquí.

Kirk se decanta por la opción más improbable de las tres: el planeta Sigma Draconis VI, que está en glaciación desde hace miles de años y que posee la civilización menos avanzada del sistema. Al fin y al cabo, los secuestradores solo han demostrado dominar los viajes espaciales, la teletransportación y la tecnología armamentística multiuso; por lo tanto, deben de ser poco menos que bárbaros medievales.

El capitán, Scotty, Chekov y dos camisas rojas descienden al planeta. Por mencionar algo positivo de este episodio, cuando Kirk, por pura costumbre, se refiere a Scotty como "señor Spock" resulta bastante gracioso. Podéis pensar que me estoy agarrando a un clavo ardiendo. No os faltará razón.

El grupo de búsqueda no tarda en cruzarse con unos extras de la película Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra y es recibido con garrotes y piedras. Como no están para tonterías, Kirk deja grogui a uno de los trogloditas con su fáser. El resto de la caterva cavernícola huye despavorido.

El troglodita capturado, que me recuerda a John Lennon en los tiempos de Abbey Road y habla un inglés fluido, informa a Kirk sobre los Otros, aquellos que dan "el dolor y el placer". Aunque no es fácil entenderlo, parece que los Otros se llevan a los que son como él, y Kirk, muy en su línea, pregunta al troglodita si también se llevan a las mujeres. Su interés es puramente científico.

Sin embargo, el Capitán Cavernícola no está familiarizado con el término "mujer". ¿Es esta una utopía gay prehistórica? Probablemente no.

"Habéis recorrido una gran distancia para verme. ¿Queréis que os cante Come together?".

Chekov informa al capitán de que ha detectado una base bajo tierra con su tricorder. Esta señal les conduce a una cueva repleta de comida y herramientas. ¿Será un señuelo para los hombres de las cavernas? ¿Quizá una perversa trampa ideada por una mente maquiavélica? ¿Le importa esto a alguien?

El grupo abandona la despensa rocosa, y Kirk llama a la nave para que transporten a McCoy a la superficie. ¡Y que me aspen si ese que le acompaña no es el bueno de Spock! Por alguna razón, el vulcaniano viste ahora un mono marrón verdoso y lleva una diadema de vanguardia en la cabeza. Esta diadema es un invento de ultimísima generación que permite a McCoy enviar órdenes a Spock a través de un mando de control remoto. Y no penséis que es un aparato muy complejo, porque la ciencia del futuro nos demuestra que para controlar a una persona solo se necesitan diez botones y tres diales. El botón rojo, por ejemplo, hace que Spock se gire y mire dramáticamente a la cámara.

Si pulsas el botón verde, baila una muñeira.

En palabras del propio Leonard Nimoy:

"No era precisamente un reto interpretativo fingir que no tenía cerebro. Simplemente congelé la mirada y empecé a moverme como un autómata. Pero, francamente, durante todo el rodaje de aquel episodio pasé mucha vergüenza, una sensación que me embargó en numerosas ocasiones durante aquella temporada final".

Ocasiones como cuando Spock rebuznó y bailó flamenco en Los hijastros de Platón. No haré más comentarios.

Kirk, Scotty, McCoy y el cuerpo de Spock entran en la cueva, que resulta ser un ascensor, y descienden a la base subterránea que mencionaba antes Chekov. Abajo del todo, se topan con otra chica con minifalda que lleva una de esas pulseras mágicas que apagan la luz y dejan a la gente sin sentido. Kirk, que viene con la lección aprendida, no se anda con remilgos y aturde rápidamente a la chica con su fáser.

McCoy reanima a la chica, y Kirk la agarra con vehemencia para interrogarla:

―¿Dónde está su jefe? Quiero hablar con él.

Sí, él, no ella. Por ahora, lo dejaré pasar.

La chica no entiende la palabra "él" y está muy sorprendida de que Kirk y sus colegas no sean morg (trogloditas) ni eymorg (nenas). Tampoco sabe nada de ningún cerebro y dice que este lugar es "aquí". Aún tendrán suerte de que sea capaz de pronunciar su nombre.

―Tiene la mente de un niño ―comenta McCoy.

Sí, doctor, pero ¿qué esperaba de una mujer? ¡Ja, ja, ja!

Ja.

¡Hosti, tú! ¡Parchís!

El comunicador de Scotty capta una voz que reconocen como la de Spock. La voz en off del vulcaniano dice que no sabe dónde está, pero Kirk le asegura que ellos llegarán hasta él. Si estuviesen en una red de túneles que se extendiera kilómetros y kilómetros por debajo de la superficie del planeta, dudo que el capitán pudiera cumplir su promesa; pero como la base subterránea solo puede tener el tamaño de un plató televisivo, probablemente no tengan demasiados problemas en localizarlo. 

Nada más ponerse en marcha, el grupo se da de bruces con la Chica Disco y dos guardias morg. Sorprendida, pero rápida de reflejos, la eymorg pulsa un botón de su pulsera para dejar K.O. al trío galáctico. No me cansaré de decir lo convenientes que son estos chismes para rodar menos escenas de acción.

Cuando nuestros héroes despiertan, están sentados en unos taburetes y llevan unos cinturones enormes con unas hebillas verdes del tamaño de Badajoz. El cuerpo de Spock está sentado a su lado, y delante, al otro lado de una mesa con forma de T, están la Chica Disco y otras tres eymorg. A su alrededor, cuatro guardias morg permanecen alerta.

Debe de ser la hora de cenar.

¿Un comité formado íntegramente por mujeres? ¿Qué locura es esta?

Kirk se levanta y expone sus argumentos: sabe que la Chica Disco estuvo en la nave y quiere recuperar el cerebro de Spock. La mujer dice que no sabe qué es un cerebro y que este sitio es el único que conocen.

Ya no puedo dilatar más lo evidente: este episodio tacha a las mujeres de deficientes mentales. Lo único más corto que ellas son sus minifaldas. Si esto ya es de por sí ofensivo, en el contexto de la época, denota una tremenda falta de visión de futuro. Hay que tener en cuenta que, a finales de la década de 1960, el movimiento de liberación de la mujer corría como la pólvora, así que sorprende bastante que la misma serie que pretendía defender la igualdad a toda costa (con mejor o peor resultado, eso es verdad) muestre aquí una misoginia alarmante.

De hecho, esta fue una de las numerosas y fatídicas consecuencias de la marcha del creador y productor ejecutivo de la serie, Gene Roddenberry, que se despidió de su mayor proyecto hasta la fecha cuando la NBC decidió cambiar la franja horaria de los lunes a las 19:30 a los viernes a las 22:00, una hora en la que los espectadores más jóvenes estaban de juerga y no en casa viendo la televisión. La guionista Dorothy Fontana no tardó en seguir los pasos de Roddenberry, y su colega Gene Coone ya se largó mucho antes, durante la segunda temporada. El único veterano que quedaba detrás de las cámaras era Robert Justman, que estaba cabreado con la cadena por no ofrecerle el puesto de Roddenbery y dárselo en su lugar a Fred Freiberger, que nunca había trabajado en la serie. Freiberger creía que Star Trek era demasiado intelectual y que necesitaba más acción y menos verborrea. Y este fue el resultado.

Un aplauso para Freddy, por favor.

"¡Cerebro, cerebro! ¿Qué es cerebro?" (Kara en El cerebro de Spock).

El capitán pregunta por los líderes de esta extraña comunidad, y la Chica Disco responde que ella es la líder.

Naturalmente, Scotty no se lo cree:

―¡Imposible! ¿Quién construyó las máquinas?

―¿Quiénes son los médicos que operan? ―pregunta McCoy.

―¿Quién controla todo esto? ―termina Kirk.

Bueno, es obvio que no pueden ser las mujeres, ¿verdad?, así que por qué no les piden que vayan a prepararles la cena o a planchar unas camisas mientras ellos esperan a que regresen los tipos que están al mando.

La realidad es incluso más lamentable, porque resulta que realmente existe un líder, alguien llamado el Controlador, al que las mujeres sirven y a quien solo ellas tienen permiso para ver. Kirk deduce que el Controlador es Spock y dice que quiere verlo para aprender de él. La Chica Disco no se traga el anzuelo y utiliza su pulsera para causar un dolor terrible a nuestros héroes.

Se nota que William Shatner recibió formación clásica como actor, porque su interpretación en esta escena es única en su género:

Una toma perfecta. Ha quedado todo muy natural. ¡A positivar!

Después de echar otra cabezadita, el fracasado equipo de búsqueda vuelve al tajo. Kirk cree que las eymorg utilizan los cinturones para controlar a los morg, y aunque esto sigue sin explicar cómo pudieron dejarles entonces fuera de juego a ellos cuando no llevaban puesto el cinturón, no debería preocuparnos. Ya habéis visto que este material no aspiraba a ganar un Emmy al mejor guion de una serie dramática.

Por suerte para nuestros héroes, las "nenas" se han dejado los comunicadores y los fáseres en la misma sala en la que se encuentran prisioneros. Lo único que se interpone entre ellos y sus juguetes son un par de guardias morg. Kirk resuelve el problema con ayuda de la ciencia, es decir, golpeando a los guardias hasta dejarlos fuera de combate, que es un método científicamente probado.

¡Santos puñetazos!

En cuestión de minutos, porque cada segundo de televisión cuesta dinero, los tripulantes del Enterprise someten a los morg, y Kirk recupera su comunicador.

Bien, ahora llamará a la nave para pedir refuerzos y... Ah, no, que prefiere hablar con el cerebro de Spock. Sus razones tendrá.

Al menos en esta escena por fin nos muestran el aspecto que tiene el Controlador: un prisma negro sobre el que descansa una pecera luminosa y del que salen nueve tubos conectados a tres pilares adyacentes. No hace falta que os jure lo poco impresionante que es.

♪ Daisy, Daisy, give me your answer, do
I'm half crazy all for the love of you. ♪

Spock emite una señal de localización, y el equipo sale en su busca. De camino a la sala del Controlador, Kirk pregunta a Spock si puede averiguar cómo puñetas quitarse los cinturones, y, casi al instante, el vulcaniano le responde que las "Bandas de Dolor" se abren con las pulseras que llevan las eymorg. El cerebro de Spock debe de estar conectado a la wiki de Star Trek, porque es la primera noticia que tenemos de esto.

La Chica Disco llega a la sala del Controlador antes que nadie y utiliza su pulsera para torturar una vez más a los intrusos, que caen al suelo fulminados. Kirk, sin embargo, consigue arrastrarse hasta el mando que controla el cuerpo de Spock y provoca que el descerebrado vulcaniano asalte a la Chica Disco, la inmovilice los brazos y, mientras la sujeta fuertemente, estire el dedo índice para pulsar el botón de la pulsera que abre los cinturones. Ya no sé qué me sorprende más: si lo intuitivo y preciso que es el manejo del control remoto, o lo que dan de sí diez botones.

Mal momento para olvidarse de cómo se hacía el Hadoken.

Tras resolver este último conflicto, nos enteramos de que el cerebro de Spock está controlando toda la base subterránea. Por lo tanto, si se lo llevan, las eymorg estarán condenadas. ¿Por qué? Pues porque son mujeres y no pueden hacer nada sin que un macho encerrado en una pecera les dé instrucciones precisas.

Pero a Kirk esos problemas le resbalan como el agua por las plumas de un pato. Lo único que le preocupa es rescatar a su amigo, así que, de nuevo, agarra a la Chica Disco con vehemencia y le pregunta cómo robó el cerebro de Spock. McCoy le dice que la Chica Disco no pudo hacerlo.

―Su mente funciona a un nivel muy simple ―explica―. Todos parecen tener las facultades mentales casi atrofiadas por falta de uso.

Lo próximo que dirá es que las mujeres no empezaron a trabajar en profesiones que requirieran un esfuerzo intelectual hasta bien entrado el siglo XX y que eso son muchos años de evolución desperdiciados.

Pero resulta que la Chica Disco que robó el cerebro de Spock. No sola, naturalmente, sino con ayuda del Maestro, un aparato que parece un secador de casco para peluquería y que proporciona un enorme conocimiento a quien lo usa, igual que el Aumentador de Inteligencia de la película Planeta prohibido. Ojalá estuviera viendo Planeta prohibido.

El Maestro Cardados.

Kirk obliga a la Chica Disco a hacerse la permanente, pero la sacerdotisa eymorg (ah, ¿ahora es una sacerdotisa?) utiliza su recién obtenido conocimiento para tomar el control de la situación apuntando al capitán con un fáser que se saca de debajo de la falda. Ahora mismo tengo varias preguntas, pero la principal es dónde narices llevaba metido el fáser. No es broma. Quiero una respuesta.

Siempre atento, Scotty comenta que el arma está en posición "letal". Gracias, señor Scott, sus aportaciones siempre son útiles para el equipo, y, ahora, ¿por qué no vuelve a hacer lo que sea que hace normalmente mientras la cámara enfoca a las estrellas de la serie?

La Chica Disco les asegura que, aunque el cuerpo de Spock muera, el Controlador vivirá 10.000 años y ellas le entregarán su devoción. Interesante disyuntiva para el vulcaniano: o bien recupera su cuerpo y regresa al Enterprise para hacer el ridículo por la galaxia durante una temporada más, o bien vive 10.000 años rodeado de chicas en minifalda que lo veneran como si fuera un dios. Para mí sería un dilema si no fuera porque sin cuerpo no puedo bailar la lambada.

¿A qué pensabais que nadie podía llevar los pantalones más altos que Steve Urkel? Os equivocabais.

Scotty, ávido de protagonismo, finge que se desmaya cual débil damisela, y Kirk aprovecha la distracción para arrebatar el fáser a la Chica Disco. La mujer, sin embargo, sigue sin querer colaborar con nuestros amigos, así que el doctor McCoy se ofrece voluntario para ponerse el Maestro Gran Bol de Ensalada. Usarlo podría matarle, porque el aparato está diseñado para las eymorg; pero el doctor decide arriesgarse, no solo para tener una oportunidad de curar a Spock, sino también para compartir con la galaxia el gran conocimiento que obtendrá a cambio. No sería mala idea si la Chica Disco no hubiera dicho hace un minuto que la listeza te dura tres horas. Y no hace falta que miréis en el diccionario, la palabra listeza existe.

McCoy se hace la permanente, y cortamos inmediatamente a la escena siguiente, en la que Spock aparece tumbado en una camilla. Mientras el doctor opera al vulcaniano "a toda potencia" (palabras textuales de Scotty), Kirk trata de convencer a la Chica Disco de que no les irá tan mal sin el Controlador.

Di que sí, Kirk, las pobres chicas ni siquiera saben lo que es un cerebro y tú quieres que vivan entre los cavernícolas a los que han atormentado durante siglos. Seguro que se apañan perfectamente. Después de que hayan abusado de ellas durante siglos, seguro que todos comienzan a convivir en paz y armonía.

Al rato, McCoy empieza a olvidar las lecciones aprendidas del Maestro Orinal Cósmico y se ve forzado a proseguir la operación haciendo uso de sus propias habilidades. Kirk le pide que dé prioridad a la conexión de las cuerdas vocales, para que Spock pueda echarles una mano. Como a estas alturas ya no puedo distinguir lo absurdo de lo lógico, no sé si esa sugerencia tiene sentido o debería burlarme de ella.

Sácale un huesito y el corazón... ¡Operación!

McCoy está a punto de rendirse cuando el propio Spock, con su voz en off, le pide que termine de reconectar el centro del habla para que pueda ayudarle. ¡Pero si ya puede hablar! ¿Por qué porras no le dice ahora lo que necesita? El doctor le hace caso de todos modos, y Spock prueba en pronunciar la letra "A" como si estuviera preparándose para dar un recital. Luego el vulcaniano sugiere al doctor que estimule sus terminaciones nerviosas y observe las reacciones físicas una a una. A ver, dedo índice derecho, muñeca derecha, codo derecho... No, Spock, no pienso probar si su pequeño vulcaniano también se levanta.

Por fin, la operación termina y Spock se incorpora en perfecto estado y con su cabellera todavía intacta. Ni puntos ni cicatriz. Así es la medicina del futuro: barata para el estudio.

El vulcaniano, extrañamente excitado para alguien que presume de haber suprimido sus emociones, empieza a hablar sobre todo lo que ha aprendido mientras era el Controlador. McCoy lo interrumpe y dice, con mucha guasa, que no debería haberle conectado el habla. Kirk y Scotty se parten de risa, Spock sigue a su bola, y la Chica Disco no sabe dónde meterse. Me da que a partir de ahora va a tener que lavar montones de pieles de cavernícola para compensar sus "errores".

Fin.

Es decir, estúpido de principio a fin.

19 comentarios

  1. Una pena que la serie perdiese tanto con la ida de los creadores. El nuevo tipo al cargo quería más acción pero el red shirt sobrevive.

    El episodio tampoco parece tan sexista teniendo en cuenta que los hombres de ese planeta son unos cavernícolas no más inteligentes que sus contrapartidas femeninas.

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  2. Mixtli198410/9/12 01:03

    Nunca he visto ningún episodio de Star Trek pero después de ver tantas referencias en series o peliculas es como si ya hubiera visto casi toda la serie. Supongo que no se es un verdadero friki si no has visto toda la serie, algún momento le daré una oprtunidad.

    Hablando de referencias, uno de los mejores episodios de Futurama es en el que parodian este episodio y sobre todo esto http://www.youtube.com/watch?v=_klCccsEbEA

    No sé que leches tomaban los directivos de la televisión en los 60 y 70 pero creer que Star Trek es demasiado intelectual y que hay que aligerarla es estar muy colgado.

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  3. El corte del friki en España es que le gusten Star Trek y conozca bien DC Comics. A partir de ahí ya sí podemos hablar de "ser especialito". Los videojuegos, Star Wars y esas cosas es puro mainstream!

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  4. Anónimo: No me he inventado los comentarios de la tripulación del Enterprise. Sus concepciones son lo sexista, no la propia sociedad de Sigma Draconis VI.

    Mixtli1984: La serie merece la pena. Incluso los episodios malos como este te arrancan una sonrisa. Hay muchos episodios que recogen mensajes sociales y plantean dilemas interesantes, pero aunque la serie tenía distintas capas, nunca fue compleja a nivel intelectual.

    José Viruete: A estas alturas, todo me parece mainstream. Menos DC, porque Crisis infinita pudo conmigo.

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  5. Comento solo porque me da pena que un artículo tan currado tenga tan pocos comentarios. Sigue así.

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  6. Anónimo: es que es Star Trek! Me remito a mi teoría ;)

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  7. El Tipo de la brocha es fan de the beatles?? +10 de carisma para usted!

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    1. Teniendo en cuenta lo fan que es mi padre, o se me pegaba parte de su afición, o me pegaba un tiro.

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  8. Muy buena reseña, simplemente hilarante.

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  9. La entrada esta muy producida y todo, pero star trek es tan aburrida.... hasta a mi se me hace algo demasiado nerd....

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  10. ¿Cómo que dónde estaba el phaser? ¡Si está clarísimo!

    Hubiese sido más sexista que Don Kirk se las llevara y las tuviese en la nave para que siguiesen dando de comer a los cadetes como lo hicieron con los morg amaestrados. También es lo que hubiese hecho yo.

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  11. Anónimo: Depende del sentido del humor de cada uno, pero se intenta.

    Millus: ¿Nerd? En su concepción, es una serie sobre aquellos valores humanos que debe promover una sociedad civilizada. Ética y filosofía. En el futuro. Con alienígenas. Y minifaldas. Muchas minifaldas. Hay que darle una oportunidad.

    LacraESECEFE: Nah, el Enterprise ya va sobrado de mujeres atractivas y sexualmente liberadas. Con eso y algún escarceo interplanetario de vez en cuando basta.

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  12. Anónimo1/3/15 11:58

    Lo cierto es que se nota que no eres seguidor de Viaje a las estrellas. Una pena de artículo y un insulto a la memoria de un gran hombre.

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  13. Me ha encantado el articulo, precisamente ayer me dio por ver algun capitulo al azar, por que los conozco todos, y empecé por el cerebro de spock. Todo lo que comentas es cierto, lo sexista, los malos dialogos, las incongruencias, el estilo de kirk para poner posturitas cada vez que se desmaya.... pero es genial en conjunto. Lo mejor es ese cuerpo de spock controlado por control remoto, imperturbable, totalmente irresistible. Si, soy una tia enamorada del viejo Spock, y aqui sin maquillar, tiene unos cuantos primeros planos preciosos. Odio cuando se pasan con la sombra azul. Quiero ser yo y ver lo que pueden dar de si esos 10 botones!!!. Bueno. decir que me he reido un monton con tu articulo y me ha encantado encontrarte por casualidad (He puesto en el buscador: "Spock en la cueva"). Un besito. Tengo 38 años y tengo una colección de comic de cerca de 400 de comic americano de todo tipo. ¡¡Que viva por mucho tiempo la difusión de la cultura freeke y sigan sacando pelis como hasta ahora!! Estoy loca por ver el Escuadron Suicida. Amo mi vida. Treker hasta la médula.

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  14. Que panzada de reír, grande!! XD

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  15. Hoy voy en ST La Nueva Generación..estoy atrapada desde que vi al capi Kirk, y hoy con Picard, aun no llego a las peliculas, pues mi men dice que debo verlas en orden y sigo fascinada, hasta tengo mis cosplays, lejos lo mejor...pues en cada capitulo hay enseñanzas de vida...Larga vida y prosperidad...

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  16. Hay gente que aparentemente vive sin cerebro, ¿por qué te cuesta creer que Spock pueda hacer lo mismo?
    La Enterprise puede tener más de 400 hombres (y mujeres, supongo), pero cuando has visto que salgan más de 20 en un capítulo? A lo mejor, las especificaciones de la Enterprise han sido un poco exageradas.
    ¿Es cosa mía o este capítulo y el de las amazonas de Futurama tienen aspectos en común?

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    1. Aunque he editado la entrada entre ayer y hoy, he respetado el texto en todo aquello que no me producía dentera (al menos en cuando al fondo; en la forma está casi todo retocado), y el texto original lo publiqué en 2012. En aquella época, la ausencia de cerebros no era evidente. Uno podía sospechar de la existencia de un problema, pero no había una preocupación tangible, apoyada en hechos, acerca de la idiotización extrema y progresiva de la sociedad. Espero haber respondido adecuadamente a una pregunta que solo era un buen chiste.

      En cuanto al número de tripulantes del Enterprise, si no te fías de lo que dicen en la serie, fíate al menos de lo que dicen en Memory Alpha. Porque si no te fías de las wikis, ¿de qué te vas a fiar? ¿De ChatGPT? No, por favor.

      Las similitudes entre Star Trek y Futurama nunca son casuales.

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