Los habituales del blog ya sabéis que no suelo hablar de música. ¿El motivo? Me es más fácil escribir 1.000 palabras sobre un pastelito de chocolate que redactar un solo párrafo sobre canciones y grupos que inspiraron a toda una generación. Y encima, para lo poco que escribo del tema, resulta que ya había mencionado a Lita Ford en uno de los cinco artículos sobre música que había en el blog, o sea que además de ser un pésimo crítico musical, soy más monotemático que las tramas de Dragon Ball Z.
El caso es que desde que escribí aquel top 5 de dúos musicales, he escuchado todos los álbumes en solitario de la señorita Ford y también la antología de su primera banda, The Runaways, que tuvo más éxito en Japón que en ningún otro país y que muchos no conocerían de no ser por aquella película que protagonizaron una putísima Dakota Fanning y la tía sosa de Crepúsculo en 2010. Por lo tanto, podría decirse que me he empapado de su carrera musical lo suficiente como para hablar de su nuevo disco con conocimiento de causa. No es que vayáis a notarlo, pero yo me siento un poco más culto, como cuando me aprendí los ingredientes del ColaCao.
Para los que no conozcáis a Lita Ford y os dé pereza googlear su nombre, os bastará con saber que Lita es una roquera americana (nacida en Londres), excelente guitarrista, que vivió su edad dorada entre mediados de los años setenta y principios de los ochenta. Su estilo oscila entre el rock y el metal, lo que supongo que nos sitúa en el terreno de las canciones que uno suele escuchar mientras se pone como el tenazas en el Hard Rock.
Imagen escasamente relacionada con el presente artículo. |
Y ahora estaré pensando en hamburguesas durante las próximas tres horas. Genial.
Lita también fue un mito erótico musical, y con su pelo oxigenado, sus cazadoras de cuero y sus pantalones rotos ponía a cien a más de uno. De hecho, si Lita tuviera treinta años menos, estoy convencido de que vendería más discos. Yo incluso me plantearía colgar un póster suyo en la pared. En vez de eso, me conformaré con una capa de pintura del color más anodino que vendían en la tienda.
Su último disco, Living Like A Runaway, salió el pasado 19 de junio (el 29 en España, porque somos un país de retrasados), y desde entonces, lo habré escuchado cerca de un millón de veces. Démosle un repaso.
#1. Branded: un comienzo potente y con sabor ochentero que sirve de anticipo a lo que está por venir, que no es sino una vuelta a lo básico: bajo, batería, guitarra y voz. Supongo que SPV/Steamhammer Records confía en que haya mucho treintañero y cuarentón nostálgico dispuesto a comprar el disco.
La canción habla con la sutileza de unos Sanfermines del reciente divorcio de Lita y Jim Gillette, vocalista del grupo de glam metal Nitro. ¿Tu exmarido es Satanás y te rompió el corazón? Qué original, tanto que si buscamos "my ex is satan" en Google, obtenemos 1.200 resultados, que prácticamente se multiplican por cinco si quitamos el "my". Por "broke my heart", apenas pasamos la barrera de los siete millones. Pues eso, muy original.
#2. Hate: melodía cañera, voz de malota hastiada y un estribillo a coro con un mensaje potente. Como iremos viendo, la canción se aleja bastante de la temática del resto del disco, que podría venderse perfectamente junto con un libro de autoayuda para mujeres divorciadas de 40 a 50 de edad. Hate nos cuenta la historia de un chaval que va perdiendo el norte poco a poco y acaba presentándose en el instituto con una ametralladora y jugando al Duck Hunt con sus profesores y compañeros. Todos recordamos lo que sucedió en la Escuela Secundaria de Columbine en 1999. Exacto, el equipo de rugby ganó su segundo título estatal derrotando a Bear Creek por 41-7. Casey Warde corrió 131 yardas e hizo tres touchdowns. Qué gran momento.
Ahora en serio, en mi trabajo hay un chaval muy raro al que no me extrañaría ver llegar un día armado con una escopeta y citando versículos de la Biblia del tenor de Isaías 13:11, así que me parece un tema lo bastante grave como para no tomárselo a guasa más de dos párrafos seguidos.
"Soy el ángel de la muerte. Ha llegado la hora de la purificación". |
#3. The Mask: comienza con un sonido industrial que me recuerda al mundo 5 del Donkey Kong Country (Kremkroc Industries, Inc.) y tiene unos riffs como constante de fondo que son muy de hacer gestos estúpidos con los dedos. El tono es en plan tía dura que lo ha pasado mal. O al menos a mí me suena a eso. Yo es que soy muy de hacerme imágenes mentales con lo que escucho. La música de la llamada en espera de la mitad de mis clientes me dice porno de los años setenta a gritos.
Lita se obstina en su ciclo para mujeres despechadas y define a su marido como un Harvey Dent de la vida que oculta su verdadero rostro tras una máscara. También utiliza analogías vampíricas con tanta mala baba como Franscico Ibáñez cuando se refería al fisco, y se ríe de aquello de "hasta que la muerte nos separe". La letra está más currada que la de Branded, pero no por mucho.
#4. Living Like A Runaway: cambiamos de tercio y pasamos al lado más pop del rock ochentero en esta pista que da título al álbum. El sonido le pega más a una cantante de country rock que a una roquera gamberra, pero hay un buen solo de guitarra hacia la mitad de la canción que nos recuerda a quién estábamos escuchando.
La letra sigue manteniendo el rollo autobiográfico, y aquí Lita se explaya sobre su carrera musical. Se lanzó a la carretera con una guitarra al hombro y una camiseta en la mochila, y desde entonces no ha parado de correr. Como Bill Bixby en la serie de El increíble Hulk..., solo que con guitarra y una camiseta en lugar de una camisa. Tengo que trabajar más estos símiles.
The Runaways. Lita es la que tiene el bíceps de un leñador franco-canadiense. |
#5. Relentless: volvemos al lado más cañero del álbum, con vocales arrastradas y guitarras alucinantes. Es la clase de canción que te pone en marcha cuando estás amodorrado en el sofá intentando por todos los medios de terminar una reseña sobre el disco de una cantante que solo es un poco más joven que tu padre.
El mensaje en esta ocasión es el que cabe esperar de una roquera recalcitrante que, a sus cincuenta y cuatro tacos, aún se atreve a usar pantalones ajustados de cuero: no rendirse nunca y volver a levantarse por muchas veces que te tiren al suelo, "como un luchador en la arena". ¡Determinación! O, lo que es lo mismo, ¡drogas! Eso es lo que yo necesito.
#6. Mother: llegamos a la inevitable balada, emotiva y más lenta que el caballo del malo. La letra es un conmovedor mensaje en el que Lita se dirige a sus dos hijos, disculpándose por lo sucedido (se refiere al divorcio, no a dejar que los críos se cortaran el pelo como el cabecilla de los gremlins, aunque debería) y diciéndoles que siempre podrán contar con su madre.
Sin duda, Lita debería ser un modelo a seguir por todas las madres del mundo si ha conseguido imbuir a sus hijos respeto hacia las mujeres después de hacerse fotografías como esta:
En El Tipo de la Brocha, celebramos el Big Culo Day cuando nos viene en gana. |
¿He mencionado ya que les educó ella misma? Los chicos ni siquiera han pisado un colegio.
Eso sí, si tuviera que elegir cuál de los dos progenitores es peor influencia para los chavales, yo no apostaría por alguien que ha pasado de ser un glamster anoréxico con voz de pito a parecer un exconvicto a las órdenes de Cyrus el Virus. Gillette, te miro a ti.
#7. Devil In My Head: La guitarra suena como algo que hubiera tocado Zakk Wylde si hubiera nacido manco y destaca de nuevo en esta magnífica pista, la más larga del disco con sus casi cinco minutos y medio de duración. El estilo tiene mucho de hard rock y quizá un toque grunge. Eso sí, si en algún momento os parece que sé de lo que hablo, os aseguro que no tengo ni puta idea. Solo improviso. Me recuerda un poco a Dokken.
La letra, a diferencia de todas las anteriores, está abierta a múltiples interpretaciones, y honestamente, aparte del tema central, no sabría decir cuál es el significado de cada verso. Por ejemplo, ¿alguien puede decirme qué leches significa esto?
"In the ghost of a blind man, see in the mirror of time.
Does the soul of a thief steal mercy from the scene of the crime".
¿El fantasma de un hombre ciego? ¿El espejo del tiempo? ¿El alma de un ladrón robando piedad de la escena del crimen? No me vendría mal una pequeña explicación antes de que aparezca un payaso triste zurciendo el telar del universo con las risas de los niños muertos.
En cualquier caso, es la mejor canción del disco. Os lo dice alguien que fue capaz de escuchar varias veces el The very best de David Hasselhoff, así que soy de fiar.
#8. Asylum: ¿Power metal a estas alturas?, ¿por qué no? A nivel instrumental, el tema suena un poco a Iron Maiden mezclado con Helloween, pero la voz de Lita poco o nada tiene que ver con los Alaridos de PoderTM de Bruce Dickinson y Michael Kiske. Afortunadamente, porque de lo contrario, menudo mito sexual hubiera sido.
Por la letra, empiezo a pensar que Jim Gillette atizaba a Lita cosa fina en sus tiempos de casados, y no en plan sexo duro consentido ("¿Quieres ver mi nuevo juego de grilletes y paletas, cariño?"), sino en plan ella encerrada en el cuarto de baño hecha un ovillo y él haciendo añicos la puerta con un hacha. En ese plan.
#9. Love 2 Hate U: otra canción melódica que, descontando las partes en la que las guitarras eléctricas entran a saco, vuelve a sonar como un álbum de Shania Twain. La principal diferencia es que en lugar de cantar sobre despertarse cada día al lado de la persona amada o de corazones robados y botas de vaquero debajo de la cama, Lita y Gary Hoey lo hace sobre tatuajes, cuero negro y montárselo en el asiento trasero del coche.
Flojita, en mi opinión. Y es que como decía una conocida mía: "A mí el rock me gusta como los rabos: bien duro". No era muy fina, la verdad; pero lo compensaba con una claridad meridiana, no daba pie a tergiversaciones.
Ford y Hoey dándolo todo en una canción probablemente mucho mejor que Love 2 Hate U. |
#10. A Song To Slit Your Wrists By: ¡Qué disco tan risueño! Divorcio, odio, masacres estudiantiles, locura, y ahora muñecas cortadas. Definitivamente, pienso ponerlo en mi próxima reunión del Club de Fans de Mi pequeño pony. Causará furor.
La voz de Lita suena ligeramente distorsionada, y el estribillo es, con diferencia, la mejor parte de esta pista, repitiendo a dos o tres voces el título de la canción con un ritmo muy pegadizo. (Digo dos o tres no porque no sepa contar, sino porque no tengo un gran oído musical. Sé que es difícil de creer de una persona que creció escuchando la casete española de Masters del Universo, pero es así.)
Según parece, la letra la escribió el bajista de Mötley Crüe para su exmujer hace la tira de años. A Lita, con tal de que hable de lo destrozada que puede dejar una persona a otra en el curso de su matrimonio, le vale.
#11. Bad Neighborhood: bonus track de sonido rebelde que se deja arrastrar por los rasgueos de guitarra de Doug "Whitesnake" Aldrich, al que la voz de Lita hace paréntesis muy generosos para que suenen sus increíbles riffs. Sigue sin ser nada nuevo, pero es de lo mejorcito que ofrece el disco.
La letra gira en torno a una frase acuñada por un amigo de Lita que dirigía Narcóticos Anónimos: "Sal de tu cabeza, es un mal barrio". O como solíamos decirle a un amigo mío con especial facilidad para encoñarse de las peores hembras del zoológico de la vida: deja de hacerte pajas mentales. Todos deberíamos seguir este consejo.
#12. The Bitch Is Back: cover de la famosa canción de Elton John en la que Lita cuenta con la participación estelar de los Uptown Horns, un cuarteto de trompetistas tan conocido por el gran público que ni siquiera tiene su propia página en la Wikipedia. Su discografía incluye, no obstante, álbumes de James Brown, Tom Waits (¡el favorito de un tipo con boina!) y Joe Cocker, entre otros. Lita los pilló casualmente a siete minutos del estudio de grabación y les dio unos sándwiches por su tiempo. Ya me diréis si habíais oído hablar antes de ellos.
Su carácter distintivo radica en los instrumentos de viento, y también se beneficia del hecho de que la canción de Elton John sea muy popular. Además, si tengo que oír a alguien decir que es una zorra, prefiero que sea una roquera cincuentona y no una leyenda sexagenaria y hortera con calvicie incipiente.
Eran otros tiempos. Peores en muchos aspectos. |
En resumen, Living Like A Runaway es todo lo que cabía esperar de una guitarrista notable que intenta sobrellevar la crisis de la mediana edad reviviendo su juventud, aunque luego toque como telonera de Poison. (¡Poison, por Dios! ¿Cuántos discos buenos tienen? ¿El primero?)
Lo que sí es verdad es que este álbum demuestra fuera de toda duda que Lita Ford no ha perdido ni un ápice de su toque desde los años setenta, y sin ser memorable, no decepcionará a los aficionados al hard rock... siempre que no escuchen este reciente directo. A mí me gusta porque me retrotrae a aquella estúpida etapa de mis adolescencia en la que me encerraba en mi habitación y escuchaba música que consideraba subversiva en mi walkman. Ser adolescente es ser idiota.
Pinchad aquí para escuchar las diez pistas de la edición sencilla del álbum en streaming.
Señor de la brocha, los Poison tienen tres discos buenos, el resto, zurralla que azotar con un latigo.........
ResponderEliminarRecuerdo que cuando escribi en mi blog el analisis de las canciones de Mylo Xyloto de Coldplay, me dijiste que ojala superias hacer lo mismo. Ahora que por fin te animaste, solo me queda felicitarte por un gran articulo
ResponderEliminarBueno vamos a darle una oportunidad al disco por variar lo que escucho estos dias
ResponderEliminarY eso que no vió la melena de Johncito y su peculiar caminar ¡Sufra!.
ResponderEliminarEl disco en streaming, justo como Usted lo dice, va a los extremos. Así que diré que también es un disco para mujeres con cambios hormonales severos nacidos de la bipolaridad.
Mi favorito, sin dudarlo, de The Runaways es el primer LP. Pedazo de disco.
ResponderEliminarPor cierto, en Japón adoran el R'n'R. Si te sumerges en música no comercial, hay bandas niponas como para parar un tren.
Anónimo: Tres me parecen muchos.
ResponderEliminarDinkley: Gracias, me costó lo mío. ¿Retomaréis el blog algún día?
Vladek: ¿Y qué escuchas, si puede saberse?
LacraESECEFE: Jo con John...
Critical +: No estoy nada puesto en música japonesa, la verdad. Pero me gustaría.
Dados mis más que escasos conocimientos musicales no tengo mucho que aportar a este artículo. Mi teoría para "Devil In My Head"es que alguien vio a Patrick Swayze (aka Ghost con cardado) reflejado en los ojos del maestro del pequeño saltamontes.
ResponderEliminarDejando aparcado el tema musical, uno de los artículos mejor redactados, sino el mejor, que te he leído (y el nivel siempre es muy alto). Pero sobre todo con esta frase me has noqueado (tanto por su belleza como por su fuerza evocadora): "antes de que aparezca un payaso triste zurciendo el telar del universo con las risas de los niños muertos.". También, aunque no sea tuya, me ha encantado la de: "Sal de tu cabeza, es un mal barrio."
Para romper con tanta solemnidad, una imagen más informal del ángel de la muerte: http://a7.sphotos.ak.fbcdn.net/hphotos-ak-snc6/77107_10150300174125556_179247985555_15536225_7300629_n.jpg
Saludetes