Los Vengadores (2012)

Si hace veinte años me hubierais dicho que acabaría viendo en el cine una película de Los Vengadores, hubiera fingido sorpresa y luego ordenado vuestro arresto por una posible violación del artículo CA86 del Código de Mallet. A los Policías del Tiempo se nos educa desde muy pequeños para no creer en los adivinos, así que tened cuidado con lo que decís.

El caso es que hasta hace apenas cinco años, nadie se planteaba que pudieran hacer una película basada en las historietas de Los Vengadores, y el que diga lo contrario no se ha leído la guerra Kree-Skrull, o la saga de Korvac, ni conoce el concepto de costes de producción. Probablemente también le pegue fuerte al PCP.

Cuando yo era un crío, la mayoría ya nos sentíamos bastante afortunados por poder ver producciones televisivas tan horrendas como las películas de Spider-Man de Nicholas Hammond o El regreso del increíble Hulk, con Lou Ferrigno como la Masa, y Eric Allan Kramer como Thor. Solo los grandes avances en el terreno de los efectos especiales, los recientes éxitos comerciales de Marvel Studios y la conjunción de la Luna, Venus y Júpiter en forma de carita sonriente en 2008, explican que este estreno haya sido posible.

Ahora bien, antes de hablaros de Los Vengadores, me gustaría hacer un breve repaso de las películas que nos han conducido hasta aquí. Era eso o prepararme un sándwhich, y con el ordenador sobre el regazo no parece que vaya a levantarme pronto.

	Hulk (2003) Un experimento fallido de Ang Lee que no supo satisfacer las expectativas del público. Desestructurada, repleta de recursos visuales inusuales, innecesariamente compleja en su exploración del perfil psicológico de Bruce Banner y, en definitiva, soporífera. ¿Hulk peleando contra caniches hipertrofiados? Una escena absurda, pero quizá lo mejor de la cinta, porque el resto es infumable. Como no es una producción independiente de Marvel Studios, no forma parte del Universo Cinematográfico Marvel; pero la incluyo igualmente porque a mí me da lo mismo.
	Iron Man (2008) El punto de inflexión para Marvel y el germen de Los Vengadores. Jon Favreau cogió lo mejor del Batman de Nolan y le imprimió un carácter más desenfadado y palomitero, con la suerte añadida de que Robert Downey Jr. hizo por el Hombre de Hierro lo mismo que John Williams por el gran blanco de Tiburón: darle vida al personaje hasta el punto de que no se puede pensar en un elemento sin el otro. Salvo por la flojera que le entra en la recta final, cuando Iron Man se enfrenta al Iron Monguer de Jeff Bridges, es una película redonda.
	El increíble Hulk (2008) Un producto más comercial y entretenido que la primera parte, con múltiples guiños a la serie de Bill Bixby (no hay más que mirar el póster), pero que quizá debería haberse sumergido más en la mitología del monstruo y ahorrarse la conexión entre las transformaciones de Bruce Banner y su ritmo cardíaco, una excusa muy tonta para impedirle echar un casquete con Liv Tyler. Como pega proveniente de un aficionado a los cómics, hubiera preferido que Abominación fuera más reconocible y no otro monstruo estándar de Hollywood.
	Iron Man 2 (2010) Más espectacular que su predecesora, pero poco innovadora. Jon Favreau repite la fórmula de la primera parte y ofrece más de lo mismo multiplicado por dos, sin correr riesgos. Lamentablemente, la película peca de exceso de referencias y funciona mejor como precuela de Los Vengadores que como secuela de su propia saga.
	Thor (2011) Al igual que Iron Man, se centra en la evolución del héroe, pero, al mismo tiempo, nos brinda una interesante relación entre Loki y su padre Odín, un Anthony Hopkins en piloto automático. La imaginería de Asgard, basada en los dibujos de Jack Kirby, introduce el elemento epico-fantástico que le faltaba a este Universo Marvel de carne y hueso; pero se echa en falta el aire a culebrón cósmico que caracteriza a los mejores tebeos de Thor. Escribí una reseña aquí.
	Capitán América: El primer Vengador (2011) Peli de aventuras que recuerda a los viejos seriales que influyeron en la creación de las trilogías de Indiana Jones y La Guerra de las Galaxias. Desde que Steve Rogers aparece por primera vez intentando alistarse en el Ejército hasta que rescata a su amigo Bucky, la película es impecable, y aunque luego va perdiendo fuelle, el final no decepciona. Eso sí, me hubiera gustado que Cráneo Rojo diera algo de miedo en lugar de ser Hugo Weaving sin nariz hablando con un acento gracioso.

Suponiendo que hayáis visto estas películas, si cogéis lo mejor de cada una de ellas, os desprendéis de todo lo que no acaba de funcionar, y lo multiplicáis por el número de miembros de los Vengadores, obtendréis una gema en bruto. Si luego además contratáis a un experto para que corte y pula esa gema y aún no os habéis pérdido por culpa de esta innecesaria metáfora, obtendréis un valioso diamante que podréis vender a cualquiera que pueda pagar el precio de una entrada de cine. ¿Y quién mejor para cortar y pulir esa gema en bruto que Joss Whedon?

Pues no lo sé. ¿J. J. Abrams? ¿Quentin Tarantino? ¿Pedro Almodóvar?

Ah, que era una pregunta retórica. Lo siento.

Admirado por los amantes de lo freak por ser el creador de tres series de culto (Buffy Cazavampiros, Angel y Firefly), Whedon no solo conoce a fondo y le apasiona el material con el que trabaja, sino que sabe muy bien cómo hacer que personajes dispares y con grandes egos encajen e interactúen de forma creíble dentro de una película sin descuidar a ninguno de ellos. Por eso, cuando en abril de 2010 se anunció que Whedon dirigiría Los Vengadores, la noticia fue acogida por marvelitas y whedonitas con gran extusiasmo, una combinación de éxtasis y entusiasmo que reservo para los que acuden a los estrenos disfrazados de fantoches.

Ahora podemos afirmar que las expectativas de los fans no se han visto defraudadas.

No sabéis cuánto me arrepiento de haber usado ya la canción del leñador de los Monty Phyton.

Zak Penn, que firmó el guión de El increíble Hulk y participó en las mediocres X-Men: La decisión final y Elektra, escribió uno de los primeros borradores de Los Vengadores; pero dejó claro en una entrevista que el guión definitivo era solo de Whedon.

Por lo tanto, en los créditos, Penn figura exclusivamente como coautor del argumento, que viene a ser tan sencillo como para que pueda resumirlo en un par de líneas: Loki pretende hacerse con el Teseracto para invadir la Tierra con un ejército alienígena de alquiler y los Vengadores deben impedírselo... o vengarse si fracasan.

¡Pero cómo van a fracasar! ¡Si son los Vengadores, hombre! Qué idea más tonta...

Sin embargo, la sencillez del argumento es irrelevante ante un guión redondo en el que priman la acción y el humor. La acción alcanza unas dimensiones tan formidables que ni siquiera puedo empezar a compararla con la de otras películas de superhéroes. Es espectacular, es emocionante, es ENORME, y, a diferencia de otros blockbusters que toman al espectador por idiota, conecta con el público porque está al servicio de la historia. Y si eres idiota, te gustará igualmente, porque es alucinante. Es una situación win-win, que dicen los americanos.

Por su parte, el humor es fluido y ágil, y recurre tanto a los diálogos ingeniosos marca de la casa, como a algún golpe de comedia física tan inesperado como efectivo. Los chistes funcionan tan bien que no solo no sentirás vergüenza ajena cuando el resto de la sala se ría a tu alrededor, sino que te reirás con ella. O al menos sonreirás, que es lo que hago yo. Porque no tengo alma.

Teseracto Douglas, del clan de los MacGuffin.

Además, como cabía esperar de Whedon, la acción y el humor no eclipsan en absoluto a los personajes, sino que les sirven de vehículo, ahondando en las diferencias entre ellos y dotando de mayor intensidad a las relaciones que los unen. Los Vengadores comienzan discutiendo y partiéndose la cara los unos a los otros y acaban colaborando y luchando juntos por un fin común, porque "el bien de muchos se antepone al bien de pocos, o al de uno", como decía Spock. Sin duda, la interacción entre los Vengadores es el núcleo de la película y su plato fuerte.

No esperéis, sin embargo, que los protagonistas evolucionen enormemente a lo largo del filme, porque, más allá de aprender a dejar de lado sus diferencias y a trabajar en equipo, no lo hacen. Para eso ya tienen sus propias franquicias. Los que las tienen. Y los demás a esperar y chincharse.

Pero podéis estar tranquilos. Lo anterior no significa que los personajes sean de cartón. Joss Whedon sabe exprimir todo el jugo a sus héroes, y los actores están a la altura del reto.

Vengadores reunidos, citándose en primera convocatoria a las 19 horas, produciéndose su inicio a las 19.30 en segunda por no reunirse el quórum necesario en la primera.

Robert Downey Jr. acierta por tercera vez en la diana con Tony Stark, bordando el papel de genio gamberro y héroe atípico para el que parece haber nacido. Siempre que él entra en escena, se convierte en el centro de atención, pero nunca llega a robar protagonismo a sus compañeros por muy showman que sea. Los Vengadores no son un grupo de un solo hombre..., aunque lo sean de una mujer. Imaginaos qué gangbang más brutal.

Thor llega con las lecciones aprendidas de la película de Kenneth Branagh y aporta a la pantalla toda la magnificencia y poder que cabe esperar del Dios del Trueno, pero sin perder su arrogancia asgardiana ni su verbo grandilocuente. Lástima que la distribuidora española aún no se haya dado cuenta de que Iván Labanda no puede imitar el vozarrón atronador de Chris Hemsworth.

♪ He was turned to steel / In the great magnetic field ♪

♪ God of thunder, god of rain / Earth shaker who feels no pain ♪

Mención aparte merecen el Capitán América y Hulk. Al segundo lo están poniendo por las nubes en todas partes y poco voy a poder añadir, pero me sorprende que nadie comente nada del primero, porque da mucho más de sí aquí que en el filme de Joe Johnston. El Capi se luce en las secuencias de acción con acrobacias casi imposibles, pone a prueba sus dotes de mando y, aparte de seguir siendo el héroe paradigmático que salvó al mundo de la ambición de Cráneo Rojo, se erige a su vez como el héroe del pueblo y para el pueblo que es en los cómics, convirtiéndose en la clase de símbolo cultural que la gente estampa en gorras y camisetas. Puede que Chris Evans no haya pisado tanto el gimnasio como cuando rodó El primer Vengador, pero desde luego llena su uniforme.

Descontando la serie de televisión de los 70, Mark Ruffalo es el tercer actor que interpreta a Bruce Banner, pero el primero que presta sus movimientos y expresividad a Hulk. Ruffalo es un Banner convincente, retraído a la vez que intelectual, y bastante tragicómico. La otra cara de la moneda es Hulk, más simiesco e impresionante que nunca, un monstruo de pelo en pecho que se despacha a gusto con todo aquel que se interpone en su camino y que protagoniza algunas de las mejores secuencias de la película. Algo veleta y socorrido, pero se gana el "increíble" de sus portadas. ¿Quién sabe?, puede que Hulk funcione mejor en equipo que en solitario. Será porque a la gente le cuesta identificarse con un gigante verde con malas pulgas.

Ningún modista fue herido durante el rodaje de esta película.

¡Nadie está preparado para Hulk!

En cuanto a los agentes de S.H.I.E.L.D., Samuel L. Jackson por fin hace algo más que ser el espontáneo del día, y se calza con comodidad las botas de Nick Furia, demostrando que cuando se desata una guerra, puede ser frío, calculador, metódico y badassmothafucka al mismo tiempo.

La Viuda Negra pasa de ser el magnífico culito embutido en cuero de Scarlett Johansson en Iron Man 2 a un personaje tridimensional e interesante. Nos revelan pequeños detalles sobre su pasado y el personaje se implica a nivel personal en lo que hace, exteriorizando sus emociones en lugar de limitarse a poner la cara bonita estándar número dos. Y no por ello reparte menos estopa.

Ojo de Halcón, después de su pequeño cameo en Thor, ahora parte el bacalao disparando flechas con una precisión imposible en Los Vengadores, y aunque Jeremy Renner no coincide con la imagen que yo tenía de Clint Barton, encaja como asesino de élite de S.H.I.E.L.D. La forma en la que han adaptado su equipo con tecnología punta para acomodarlo a la variedad de usos que tenía en los cómics es para quitarse el sombrero. Me trago incluso lo de la flecha USB.

Inserte aquí su cita favorita de Pulp Fiction.

¡Cuate, aquí hay tomate!

Clark Gregg regresa como el agente Coulson, un personaje creado ex profeso para las películas y que, con sus apariciones más o menos discretas, ha servido de vínculo entre las distintas franquicias. Ahora es más fácil que nunca encariñarse con él.

Por último, Cobie Smulders, de la serie Cómo conocí a vuestra madre (que no veo ni veré, así que no me habléis de lo maravilloso que es Barney Stinson), interpreta a Maria Hill, el personaje más superficial de la película, ya que sirve básicamente de asistente de Nick Furia, actuando como intermediaria entre su jefe y el puente de mando del Helicarrier. Al menos luce estupenda con un mono ajustado.

Muérete de envidia, James Bond.

El villano principal es Loki, el hermano de Thor (os lo recuerdo con la misma sutilidad que el profesor Selvig en el prólogo del filme). Su elección como rival de nuestros héroes supone un gran acierto porque, más allá de remitirse a la primera historieta de Los Vengadores, Loki es el supervillano más carismático y complejo que podía reutilizar Marvel de los pocos que conocíamos.

El Dios de la Mentira es la quintaesencia del malvado melodramático; cruel, manipulador, intrigante y pomposo sin caer en lo ridículo. Aunque la utilidad de algunas partes de su plan no queda del todo clara, tampoco importa, porque a la cámara le basta con sacarle un primer plano y que sonría para que el espectador sepa que se cuece algo.

La tarea de servir de contraparte a tantos héroes no era nada fácil y el trabajo de Tom Hiddleston en este sentido me parece meritorio. Que le den el Premio al Villano de la Semana.

La huelga de peluqueros de Asgard hace estragos.

Llegados a este punto, no voy a decir que la película sea perfecta. Hay un par de situaciones y planos forzados, algunos efectos especiales que chirrían e incluso un discutible Deus ex machina, pero estos pequeños defectos no empañan la sobresaliente impresión general. Quizá la mayor pega que puedo ponerle es que la banda sonora de Alan Silvestri pasa bastante desapercibida. Es correcta, pero no excitante, y excepto por el tema central de los Vengadores, que le pone a uno el vello de punta, el compositor neoyorquino hizo mejor su trabajo para Capitán América el año pasado.

Por la parte que nos toca a los españoles, la traducción hace algunos cambalaches innecesarios. En general, no dejan de ser anecdóticos; pero es una pena tener que decir que, por ignorancia, se han cargado la única frase que pronuncia Hulk en toda la película, que es una de las mejores en la versión original. Mi estimado colega el señor Bóinez, extraditado a Inglaterra por sus reiteradas ofensas contra los mayores cenutrios del panorama humorístico español, calificó el cambio de "vaya MIERDA". Claro que su uso de las mayúsculas es aun más gratuito que el mío.

Pero no os dejéis distraer por estas menudencias. La película que nos ofrece Whedon es fiel al espíritu los cómics (lejos quedan el Spider-Man emo de Sam Raimi e incluso ese Batman ni kitsch ni frankmilleriano de Chris Nolan) y entretiene durante más de dos horas sin insultar la inteligencia del espectador.

En conclusión, los 10 euros que mejor he invertido en un espectáculo que no fuera una mujer bailando alrededor de una barra vertical.