Transformers: El lado oscuro de la Luna (2011)

A ver, ¿por dónde empiezo? ¿Suelto a lo bestia lo condenadamente mala que es Transformers 3 o cuento una anécdota que tiene poco o nada que ver con la película? Creo que como lo primero acabo de hacerlo sin querer, seguiré con la anécdota.

En la sala de cine, y ya desde los tráileres, tuve la suerte de sentarme al lado de un chaval que comentaba todas las escenas que le llamaban mínimamente la atención, igual que haría cualquiera de vosotros en el salón de su casa si estuviera con sus amigos. Sólo que este chaval había venido solo y no estaba en su casa. ¡Hablaba con la puñetera pantalla! En cierto modo, me recordaba a mi abuela, que se quedó afónica viendo Air Force One de tanto advertir a Harrison Ford que tuviera cuidado con los terroristas. Pero creo que entre una mujer que creció sin televisor y un crío imberbe hay más de una diferencia.

La lección cívica de hoy, por tanto, es que cuando vayáis al cine tengáis la puta boca cerrada o habléis bajito con el compañero de al lado, porque hasta la paciencia de un fan del Duke Nukem Forever tiene un límite. Yastabienombre.

A pesar de todo, el comentarista espontáneo fue lo mejor de la sesión. Tened mucho miedo.

Transformers: El lado oscuro de la Luna es una película de Michael Bay, lo que ya dice mucho sobre lo que cabe esperar de ella (banderas americanas, helicopteros volando al amanecer, tías macizas, explosiones, etc.); pero no es una buena película de Michael Bay. Que sí, hombre, que sí, que este hombre ha dirigido buenas películas. ¿O vais a decirme ahora que cuando pasan La Roca por la tele no os quedáis a verla? A mí hasta me gusta La isla. En cambio, el día que haciendo zapping vea que están echando Transformers 3, espero que mi reacción inmediata sea cambiar de canal y no quemarme a lo bonzo y lanzarme por la ventana. Estoy exagerando, por supuesto; pero me gustaría que el mensaje quedase claro para evitaros mayores disgustos. Sólo me lanzaría por la ventana y procuraría caer sobre algo mullidito.

Lo que sí puedo aseguraros es que salí del cine igual que si me hubiera pasado la noche de farra bebiéndome hasta el agua de las macetas y escuchando música por encima del volumen permitido por la normativa de ruido y vibraciones de la Comunidad de Madrid. No sé si fue por la majadería de verla en 3D, pero me sentía tan alejado de la realidad como el precio que había pagado por la entrada, y en la cara se me había quedado la clase de sonrisa inquietante reservada para los tipos que visten camisa de fuerza.

Esto me inhabilita para escribir varios párrafos seguidos de forma coherente, así que repasaré lo mejor y lo peor de la película y me largaré con viento fresco.

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Cosas buenas

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• La idea de que la carrera espacial entre estadounidenses y rusos se aceleró porque una nave Autobot se había estrellado en la Luna es original y representa un punto de partida muy interesante en comparación con la búsqueda de la Chispa Vital (sigue sonándome a anuncio de Coca-Cola) y de la Matriz del Liderazgo.

¡Así que ahí es donde la habíamos dejado!

• Los efectos digitales son acongojantemente buenos. Los Transformers aún parecen un amasijo indistinguible de tornillos, tuercas y engranajes; pero los chicos de Industrial Light & Magic consiguen que realmente parezca que están ahí. Un sonoro aplauso para ellos.

• John Turturro no sale en tanga y no hay escrotos de Transformer a la vista. ¡Gracias!

• La modelo Rosie Huntington-Whiteley, nueva novia imposible de Shia LaBeouf, sin duda sabe cómo salir sensualmente de un coche. También tiene más registros que Megan Fox: casi dos.

La prima de alguien.

• El chiste del chino que se parece al coronel del Kentucky Fried Chicken tiene gracia. No me reí, pero es el único diálogo de toda la película que catalogaría de humorístico.

• Aunque por momentos llegué a dudarlo, después de dos horas y media de frustración, la película por fin acaba. Es cierto que al principio de los créditos, han intercalado una escena adicional con John Turturro; pero no hay razón para alarmarse. Si os levantáis rápido del asiento, habréis abandonado la sala antes de que empiece.

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Cosas muy malas, pero no todas las que hay

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• Durante cuarenta minutos de película, tenemos que aguantar al insoportable Shia LaBeouf (o Shia MelaBufa para los haters) gimoteando porque han pasado tres meses desde que terminó la universidad y aún no tiene trabajo. ¡Él!, que ha salvado el mundo dos veces y recibido una medalla del presidente Obama. Qué raro que no me sienta identificado con su personaje. ¿Os he dicho ya que el pobre chico vive en un ático enorme y lujoso con una rubia despampanante? No veáis la pena que me da.

• Todos los personajes humanos, menos quizá uno o dos, hacen las veces de "alivio cómico" (la clase de alivio que siente uno tras recibir una segunda patada en los huevos, para que nos entendamos) y jamás llegan a comportarse como personas normales. Da igual que sean malos o buenos, protagonistas o secundarios, Shia LaBeouf o el maldito John Malkovich... Ninguno actúa como si fuera de carne y hueso, y todos viven al margen de la realidad, en ese loco, loco mundo pergeñado por Bay.

Es como ver La invasión de los ladrones de cuerpos.

• Cualquier escena con Ken Jeong, el chino de Resacón en las Vegas. Ofensivo para los cinco sentidos.

• El ayudante de John Turturro. En serio, ¿qué leches se supone que es? ¿Una especie de mayordomo gay alemán ex comando/ninja y hacker? Recristo.

• A los Autobots les preocupan tanto los humanos como a Bay parecer sexista. Sobre todo me deja alucinado la escena en la que Ironhide decapita a uno de los Decepticon, lo empotra contra un coche y por último, para rematarlo (porque sin cabeza estaba que bailaba sevillanas), patea el vehículo contra un edificio, provocando que las dos primeras plantas vuelen por los aires. ¿Qué es eso de que ahí viven personas? Primera noticia que tengo.

-Solo son daños colaterales, mariquitas.

• Nadie sospecha de Shia LaBeouf cuando el reloj Decepticon le hace saltar por encima de las mesas, tocar el pelo a la gente y, en general, poner caras pavorosas. "Es alta tecnología. Permite ver lo que ves, oír lo que oyes e interviene tu sistema nervioso, así que como intentes hacer una señal...". ¿Una señal? ¡¿Qué más quieren?!, ¿que se disfrace de payaso, se suba a un monociclo y coloque un cartel luminoso con el mensaje "LOS DECEPTICONS NOS ESTÁN ESPIANDO"?

• Cuando Josh Duhamel (el tipo ese de Las Vegas) suelta la típica arenga pre-despliegue militar y les dice a sus hombres que no puede asegurarles el viaje de vuelta, un soldado que no había aparecido hasta ese momento responde que se buscará la vida para volver. La escena está rodada con un ritmo tan malo que en lugar de quedar como un valiente, el tipo parece un gilipollas y un sobrado.

• ¿Por qué, o sea POR QUÉ los militares tienen que lanzarse como si fueran ardillas voladoras sobre la ciudad de Chicago arriesgando centenares de vidas (que tampoco es que importen mucho, pero los helicópteros cuestan una pasta), cuando podían haber llegado al mismo sitio buceando sin correr ningún riesgo como hacen los SEAL? Uy, ¿he dicho al mismo sitio? Quería decir al otro lado del puente que luego no sabían cómo cruzar. Probablemente estemos ante la misión más estúpida de la historia militar contemporánea; pero, por otro lado, volar entre edificios en ruinas esquivando naves Decepticon es mucho más emocionante que bucear.

Los hay más seguros, pero este es el único modo HARDCORE de entrar en la ciudad.

• Se pueden eliminar escenas enteras de la película sin que la trama se vea afectada en modo alguno. Esto incluye la escena del gusano Decepticon gigante destrozando un rascacielos, que se supone que es la más espectacular y cara de todas porque, de lo contrario, no la pondrían en cada tráiler. ¿Se dará algún día cuenta Michael Bay de que si los personajes no te importan una mierda da igual lo impresionantes que sean los efectos especiales?

• Tyrese Gibson y su "¡Saltad por la ventana!". Me sé de uno que ha visto demasiadas cintas de Jackie Chan.

• Los fallos de continuidad son tan evidentes que se cargan por completo el ritmo y credibilidad de la acción. Por ejemplo, ¿cómo carajo se supone que salen Shia y compañía del rascacielos que se niega a derrumbarse después de quedarse colgados sobre el vacío sin ninguna salida a su alcance? Pues no se sabe y a nadie parece importarle. La escena de acción ya ha terminado. ¡Siguiente!

Lo peor es que el gusano me recuerda otra cinta horrenda: Dune.

• Optimus puede matar él solito a media docena de Decepticons en cuestión de segundos sin despeinarse. Eso sí, como se enrede con unos cables, necesitará media hora y la ayuda de tres Autobots para salir del aprieto.

• Naturalmente, el campo gravitacional de Cybertron no causa el menor efecto sobre la Tierra. Ya lo decía Sentinel Prime: "Desafiamos vuestras leyes de la Física". Y también se mean en nuestro sentido común, pero esa es otra historia.

• Hacen falta veinte minutos para que el pilar de control que teletransporta Cybertron a la Tierra esté correctamente alineado. Sin embargo, cuando lo derriban y se estrella contra el suelo entre un montón de escombros, basta con darle un manotazo para que se reactive como si nada hubiera pasado. ¡Ciencia!

• Optimus Prime es más duro e implacable que Harry el Sucio, Harry el Ejecutor y Harry el Fuerte juntos en una sola película. No soy la clase de fan que diría que esa conducta despiadada no va con el carácter del personaje. Mi problema es que tengo serias dificultades para distinguir a los malos de los buenos. A lo mejor estoy ciego, pero ¿hay alguna diferencia entre Soundwave ejecutando a esa imitación robótica del profesor Q a sangre fría, y Optimus Prime haciéndole un Fatality a Megatron después de que el líder Decepticon le proponga una tregua o disparando a Sentinel a bocajarro mientras éste se arrastra lastimeramente por el suelo?

"Vamos a matarlos a todos" (Optimus Prime, líder de los Autobots).

No voy a decir que a todo el que le guste esta megaproducción norteamericana tiene el gusto en el culo, pero por el colon sí que andará.