King's Quest II: Romancing the Stones

El pasado fin de semana estuve probando dos juegos nuevos: la asfixia autoerótica y el remake de King's Quest II: Romancing the Throne. Entre estos dos, me gustó más el segundo. Quizá porque las bolsas del supermercado no son muy sensuales cuando todavía huelen a plátano.

De la adaptación del primer King's Quest de Sierra hablé en ion litio hace ya algún tiempo. La versión resumida es que me pareció un juego excelente y, dada la mayor complejidad de esta segunda parte, no puedo sino volver a quitarme el sombrero ante los desarrolladores de AGDInteractive Studio. ¿Qué se puede decir de unas personas que trabajan por amor al arte, sin más recompensa que la de ver el fruto de su esfuerzo y compartir lo que hacen con los demás? Que son gilipollas, claro; pero me identifico con esa clase de gilipollez. También me identifico con la mosca de la fruta, porque el macho solo copula una vez en su vida; pero esa es otra cuestión.

El juego comienza con el rey Graham sentado en su trono, más aburrido que un enano en un parque de atracciones, mientras uno de sus ministros le cuenta las nuevas del reino. Bla-bla-bla, rollo-rollo...

"¿Y de mujeres cómo vamos?", le preguntara el jugador al verle tan solo y alicaído. "Mal, muy mal", le contestaría Graham. Ni una reina que le dé descendencia, ni amantes que calienten su lecho, ni pornografía gratis en Internet. Yo diría que va siendo hora de que levante su culo de soberano del asiento y eche una canita al aire.

No penséis mal. Hay demasiada distancia entre ellos.

A falta de un lupanar decente o indecente en la región, Graham recurre al espejo mágico que recuperó en su aventura anterior. En respuesta a una pregunta sentida pero no formulada (algo del estilo "Espejo, espejito, ¿quién es mi media naranja?"), el espejo le muestra la tierra de Kolyma y a "la mujer más hermosa en la que jamás ha puesto los ojos", que, como la Rapunzel del cuento, está prisionera en una torre.

Lo mismo daría que la chica estuviera encerrada por sus crímenes contra la humanidad o por sacarse mocos en público, porque las damas en apuros son la especialidad del rey. Y por "especialidad" me refiero a "fetiche sexual favorito". ¡Que preparen su embarcación inmediatamente! Su Majestad partirá rumbo a Kolyma ahora mismo. Los asuntos de estado pueden esperar. Y que se lleve una espada de las que se clavan en el otro, no de esas que se cuelgan de la pared para impresionar a las visitas.

Mientras tanto, una Entidad Maligna^TM confabula con una Bruja Piruja^TM para acabar con la vida del monarca...

¿Rescatará nuestro héroe a la futura madre de sus hijos o perecerá en el intento? Y si perece mucho, ¿cuánto tardará el jugador en desesperarse y lanzar el ratón por la ventana?

El remake es un claro ejemplo de diseño minimalista efectivo, mientras que el original se pierde en unos gráficos detallistas y coloridos. Esperad...

Puede que la historia parta de una premisa poco original, pero en cuanto a variedad, King's Quest II está mejor surtido que el colmado de la esquina. Hay magos, calabazas parlantes, enanos cleptómanos, sirenas, hombres-tiburón con hipertrofia muscular, alfombras voladoras, caballos alados y Graham lleva su ridículo gorro azul celeste. Si esto no es una aventura, no sé lo que es. Bueno, tal vez un cuento de hadas escrito por un adicto al LSD...

Aparte de ser un point-and-click de los de toda la vida, una de las muchas cosas que me gustan de este título es que, a diferencia de otras aventuras gráficas más modernas, es difícil como él solo. El mundo a explorar es extenso, puedes interactuar con todo lo que está a la vista, los puzzles son enrevesados y hay montones de formas diferentes de morir, a cada cual más espantosa y divertida.

¿No creéis que sea para tanto? Pues si no teméis a los spoilers, aquí mismo os dejo la primera parte de cuatro de un vídeo que recopila todas las muertes posibles del juego:

Pero no me malinterpretéis. No es que me desagrade, por ejemplo, lo que ha hecho Telltale Games con Regreso al futuro, su última aventura gráfica por episodios; pero cuando la dificultad es nula y uno de los iconos que está permanentemente en pantalla es el del sistema de pistas... Houston, tenemos un problema. Primero, que no es un maldito videojuego, sino una película interactiva; y segundo, que hay alguien en alguna parte que nos está tomando por retrasados mentales. Esto no ocurre con King's Quest II. Sus creadores quieren que te comas las uñas y te sientas frustrado. Así es como se forja uno el carácter y encuentra nuevas formas de cargarse el ordenador.

Por lo demás, y para ir terminando, me encantan los ocurrentes comentarios del narrador, que te hace quedar a la altura del betún a la mínima ocasión, y también la ambientación fantástica de cuento europeo que rezuma cada escenario, sobre todo en la tierra de los vampiros. Das Vampire, Nosferatu!

Así pues, haceos un favor y descargaos ya King's Quest II: Romancing the Stones desde la página oficial de AGDInteractive. Es totalmente gratis, y gratis es la palabra mágica de nuestra era.

¡Mejores gráficos! ¡Una historia más compleja! ¡Nuevos puzzles! ¡Un travelling en 3D a lo Posesión infernal ¡Inmejorable*!

Por cierto, ¿soy el único al que Romancing the Stones le suena a guarrada geológica sexual?

* No se garantiza.