Brain Slasher: Odisea en el tiempo (1992)

Eh, tú. Sí, tú, el que está leyendo esto. Si no me sigues en Twitter, es probable que te estés perdiendo lo mejor de tu vida. Suponiendo, naturalmente, que tu vida sea una mierda. ¿A quién en su sano juicio podría interesarle que se me haya acabado la leche para el desayuno? A nadie.

Sin embargo, fue a través de Twitter como me enteré de que Vladek, de La Colina del Silencio, estaba haciendo una maratón de películas de Bruce Campbell, protagonista de la trilogía de Evil Dead e icono de la serie B.

Abusando de la confianza de este compañero bloguero, le pedí que cuando terminara su peculiar maratón, clasificara las películas por género, año de estreno, recaudación en el videoclub del número 550 de la Quinta Avenida de Nueva York, fecha de distribución en Yugoslavia y Paraguay, media de número de calzado del reparto y probabilidad de fallecimiento espontáneo en el curso de su visionado.

Es una historia complicada, pero, como suele ocurrir en estos casos, acabó con tres mujeres embarazadas, un dinosaurio arrasando la Oficina Central de Telégrafos de Moscú y vuestro fiel servidor comprometiéndose a escribir un artículo sobre la cinta que figura en el título de la entrada, conocida como Mindwarp en los Estados Unidos. Y aquí estamos ahora.

¿Cómo decirlo sin rodeos? La película es una PUTAMIERDA. Alé, ya lo he soltado. Que los fans de Bruce Campbell enciendan sus antorchas y vengan a por mí, que no pienso cambiar de opinión.

Incluso las primeras líneas del filme nos dejan bien claro a qué nos enfrentamos:

"Estupidez, caos, crueldad, dolor, realidad, fracaso... Peor que cualquier pesadilla, no hubo forma de arreglarlo, no se pudo hacer nada, salvo... huir".

Lo reconozco: me ha venido como anillo al dedo.

Y no penséis ni por un momento que estoy diciendo que la cinta sea mala a secas. Si solo fuera eso, habría montones de formas de salvarla de la quema: actores que sobreactúen, frases desatinadas, nenas en bikini, barbas postizas, monstruos de goma... No, lo peor no es eso. Lo peor es que es aburrida como una ostra leyendo Los siete pilares de la sabiduría de T. E. Lawrence en mitad del desierto.

Si a eso le añadimos que el productor debió de financiar el proyecto recogiendo las monedas de la fuente de su barrio, obtenemos un tostón de cuidado con decorados que se repiten más que las animaciones de He-Man y mutantes que solo lo son de cuello para arriba.

De todos modos, lo que más me fastidia es que el guión parte de un idea bastante interesante, pero la desaprovecha desarrollándola de una forma cargante y monótona. Después de hora y media sentando frente al televisor, solo quería presentarme en un centro comercial con una escopeta y liarla parda.

Recapitulemos.

Judy (la actriz debutante Marta Alicia) y su madre viven en una habitación blanca y ergonómica del FUTURO conectadas a un mundo virtual llamado Infinisynth (Infinisynth^TM es una marca registrada de Infinisynth LLC. Se prohíbe cualquier uso no autorizado).

En este peculiar futuro post-apopléjico, las personas solo se levantan de la cama para estirar las piernas, alimentarse con comida precocinada y hacer de vientre.

Judy está requeteharta de vivir así y se queja más que el Coche Fantástico en la cola de la ITV; y la verdad es que no me extraña. ¿En serio hay que levantarse para comer y mear? ¿Es que no pueden conectarles una sonda? ¡Ni que estuvieran en el siglo XXI!

¿Lo están? Me la bufa. Si a mí me dieran la opción de vivir en mi mundo imaginario de amazonas con armaduras sugerentes y canguros que bailan con el hula-hoop, ni a rastras iban a sacarme de él para plantar un pino en un váter vanguardista. En cuanto al problema de la atrofia muscular, tendría fácil solución: cabezas flotantes metidas en un tarro extra grande de pepinillos.

IKEA en el futuro.

Lo que más irrita a Judy es que su madre está perdiendo la noción de la realidad y no puede hablar con ella sobre temas trascendentes, como, por ejemplo, la cancelación de Operación Triunfo o el final de Gran Hermano 12. Enfadada, Judy consigue lo que en principio no sería posible. Y no me refiero a actuar convincentemente, sino a introducirse en la fantasía de su madre y expulsarla de ella.

El Operador del Sistema teletransporta inmediatamente a Judy a su presencia y, después de echarle la bronca por trastear con el programa, le concede su deseo de darle algo real, "desintonizándola" de Infinisynth.

Voy a deciros una cosa: Si no os oléis a la legua que todo lo que va a venir a continuación forma parte de una ilusión del sistema, es que: a) no habéis visto suficientes películas de ciencia ficción; o b) habéis visto demasiadas y se os ha derretido el cerebro. Pero démosle una oportunidad a la cinta.

Tron 2.0.

Judy despierta y observa horrorizada que su madre ha estado hurgándose la nariz a lo bestia, o quizá sorbiendo ponche por donde no debía. O puede que esté muerta. ¡Oh, cielos! ¡Lo está! ¡Y su propia hija es la responsable!

"¡Yo no pretendía matarla!", chilla Judy mientras suena la alarma. Ya, bueno, y yo no pretendía morir de puro aborrecimiento viendo este bodrio y ahora soy un maldito zombi. Antes de saltar al agua, hay que comprobar que la piscina esté llena.

Dos figurantes con monos de mecánico y, no bromeo, guantes de lana (WTF?!) aparecen de la nada, meten a Judy en un saco y la drogan con Fanta de limón para dejarla K.O.

Cortinilla de estrellas y... ¡corten!

Atentos a la obra de arte de la pared del fondo.

Cuando recupera la consciencia, Judy se descubre a sí misma enterrada bajo tierra... porque, ya sabéis, enterrarla sobre la tierra habría sido bastante complicado. Pero como incluso en el FUTURO, la gente solo hace su trabajo a medias, a Judy le basta con desperezarse para salir de su tumba prematura.

De este modo, nuestra sosa heroína se descubre a sí misma en un desierto árido y, ¿qué duda cabe?, muy post-apocalíptico, en compañía de tres esqueletos de pega que alguien ha colgado de unas cruces de madera. Desafortunadamente, no son esqueletos de esos que cantan, bailan o cuentan chistes. Solo son atrezo. Nada con lo que uno pueda entretenerse, así que Judy echa a caminar.

¿Y qué os tengo dicho sobre caminar?

Exacto, que tengáis cuidado con las arenas movedizas, sobre todo cuando no hay lianas o ramas convenientemente colocadas para que podáis salir del apuro.

Por suerte para Judy, unos amables mutantes caníbales que pasaban por allí con su tractor la rescatan, porque, a pesar de ir hechos unos adefesios y de su inaptitud para la comunicación verbal, los mutantes son unos tipos muy salaos y generosos. Hasta le ofrecen un tentempié a Judy para el camino.

-Eeeh... No, gracias. Ahora no tengo hambre.

Pero hay quien no se lleva demasiado bien con los caníbales, y ese es el último hombre vivo sobre la faz de la Tierra: Bruce Campbell. Vosotros podéis llamarle Stover, pero yo le llamaré Bruce, porque no puedo memorizar más de cuatro nombres por película. Es uno de los efectos secundarios de exponerse a esta clase de bazofia.

Y si sois tan ingenuos como para pensar que el carisma del señor Campbell puede redimir cualquier subproducto de serie B, pensáoslo dos veces. Reconozco que Brain Slasher tiene un par de escenas aisladas que podrían haber funcionado en otras cintas más estúpidas que esta; pero aquí lo único que logra la presencia de Bruce Campbell es que ilusos como yo acaben perdiendo hora y media de su vida. ¿Sabéis todo lo que se puede hacer en hora y media? Podría haberme duchado, vestido y bajado al supermercado a hacer la compra. Eso habría sido más entretenido y ahora tendría algo que llevarme a la boca.

Como era de esperar, Bruce mata a los mutantes, libera a la chica y, por último, vuela el tractor por los aires para cubrir el cupo de explosiones.

-Compra en S-Mart.

Bruce se lleva a Judy a su cabaña y le ofrece abrigo y alimento. Allí le dice que a los mutantes caníbales se les conoce como "topos", porque viven bajo tierra y llamarlos morlocks habría sido plagio. También le explica que los antepasados de Judy abandonaron a los suyos tras el desastre nuclear y que él es el último de su "especie", algo así como un objeto de coleccionista de edición muy limitada.

Pero uno no puede estar mucho tiempo enfadado con la única mujer fértil en 510.065.284,702 km², así que Bruce no tarda en intentar impresionarla con su conocimiento del terreno y su habilidad para la caza.

-A la grande la llamo Mordiscos.

Sin embargo, nada de lo anterior funciona con Judy. Solo cuando Bruce le dice que uno de los esqueletos de los postes era su mujer y que la subió ahí para que los caníbales no se la comieran, consigue hacerle tilín. Supongo que será porque ella sabe apreciar la falta de sentido común. Nada como crucificar cadáveres en el desierto para que pasen desapercibidos, ¿verdad?


De vuelta a casa, Bruce y Judy intiman sesuarmente y se dicen cosas inadecuadas el uno al otro. Él menciona que no se ha quitado el anillo de boda mientras hacían el amor, y ella le dice que esta ha sido su primera vez, pero que lo había imaginado "millones de veces" en el simulador de Infinisynth. Aunque solo fueran dos millones, echad cuentas. Si ella tiene unos veinticinco años y lleva probándolo desde los dieciséis, eso significaría una media de más de 600 polvos virtuales al día durante nueve años.

Exagerar no siempre es bueno.

-Me da igual que fuera de mentira. Sigues siendo una cerda.

Pero no todo puede salir a pedir de boca. Los topos han cavado un túnel hasta la cabaña y arrastran a la pareja a su guarida bajo tierra, deslizándose junto a sus presas por unos toboganes que ni la guarida de Willy el Tuerto. ¡Wheeeeeeee!

Y a partir de aquí, hacia el minuto 36 más o menos, es donde la película consigue minar mi interés por lo que suceda a continuación. Acabo de ver cómo unos mutantes caníbales secuestran a los protagonistas para someterles solo Dios sabe a qué infierno y, sin embargo, me importa un bledo. No es buena señal.

Los mutantes ponen a Bruce a picar piedra en busca de objetos enterrados, y a Judy la encadenan en una habitación donde un mutante la observa fijamente. Muy, muy fijamente.

¡Para de mirar!

-Te reto a un serio.

Al menos, algún miembro salido del equipo de rodaje tuvo el suficiente sentido común para incluir algunas escenas de Judy en ropa interior. A estas alturas, es lo único que podía retenerme en el asiento aparte de un gorila y un robot luchando a muerte sobre un pozo de lava ardiente.

Bueno, para ser del todo sincero, también hay una chica muda en la habitación, y siempre he sentido cierta debilidad por las mujeres con algún tipo de tara física. En realidad, no es tanto que ellas me atraigan, como que cuantos más sentidos les falten, más posibilidades habrá de que me soporten.

La erótica de la ciencia ficción.

El mutante voyeur acaba cansándose de mirar y se dispone a darle un poco de troma-troma a Judy (y si habéis pillado esa última referencia, moláis); pero antes de que ocurra nada de lo que podamos arrepentirnos, entra una rubia ya madurita y pone fin al interludio sexual arreando al mutante con una cadena y cortándole la oreja a modo de escarmiento. ¿Lo gracioso? Que la oreja salta hasta la cara de Judy. Eso sí es divertido.

El mutante se marcha cariacontecido y con una oreja menos, y la rubia se presenta a sí misma como Cornelia. Dice que la chica muda se llama Claude y que ambas quieren ser amiiigas de Judy. Sí, claro, ¿por qué no fiarse de ella? Podría ser cirujana.

Por supuesto, no pasan más de de diez segundos antes de que nos demos cuenta de que Cornelia está como una puta regadera. Para los más lentos, su comentario sobre lo afortunada que es Judy porque pronto podrá "acoger la semilla" debería poneros sobre la pista.

Como diría el almirante Ackbar: ¡Es una trampa!

Mientras Judy intenta convencer a "Mudita" de que la ayude a escapar, Bruce se procura un Utensilio Afilado^TM y lo oculta de sus captores a la espera de que llegue el momento oportuno para utilizarlo. Y como tenéis la suerte de no estar viendo esta película, ese momento es ahora.

Bruce rebana el pescuezo al único guardia que lo vigilaba y huye en busca de Judy. Algunos topos tratan de detenerlo por el camino, pero se deshace de ellos al estilo Evil Dead, con aspersores sangrientos y tripas derramándose sobre la cara de un mutante muerto.

Siendo un filme de Fangoria (la revista de terror americana, no el grupo de Alaska y Nacho Canut, aunque aún no sé cuál da más miedo), el gore no podía faltar; pero la casquería y el tinte rojo nº 2 siguen sin ser alicientes suficientes para castigarse con Brain Slasher.

Groovy?

No muy lejos de allí, Claude se compadece de Judy y la libera de sus cadenas, pero los mutantes las sorprenden justo cuando van a escapar y las conducen a la fuerza hasta el cabecilla del clan, el autoproclamado Vidente (Angus Scrimm), un hombre enmascarado que se dedica a dar sermones religiosos y valorar la utilidad de los cacharros que encuentran sus esclavos como si estuviera en la cacharrería de No te rías que es peor.

También es el padre de Judy, pero no se lo digáis a nadie, porque se supone que es un secreto.

El Barragán del futuro.

Como castigo por ayudar a Judy, el Vidente le saca un ojo a Claude, y luego arroja a la pobre muchacha a una picadora de carne. Y, sinceramente, no sé que es más inexplicable, si el que la chica grite pese a que lo primero que cortan las cuchillas es su cabeza, o que grite siendo muda. Elegid el gazapo que más os guste.

Aparte de preparar unos embutidos finísimos, la sangre derramada en la picadora va a parar a una bañera en la que los mutantes llenan sus jarras vikingas para refrescarse el gaznate y "formar parte del sueño", sea lo que sea que signifique eso.

-¡Oigh, qué asquito! ¡Hay un pelo en la sopa!

Bruce, que se había infiltrado de incógnito en el guateque, intenta rescatar a Judy; pero fracasa miserablemente y se lo llevan a una jaula acuática, donde unas sanguijuelas mutantes se meten bajo su piel para ponerle huevas y obligarle a poner muecas hilarantes.

Hecho esto, el Vidente se lleva a Judy a un rincón y le revela que ÉL es su padre, tentándola para que juntos gobiernen la gala... Ups, película equivocada. Quería decir para gobernar juntos a los mutantes caníbales.

Hasta ahí no suena tan mal, ¿verdad? Lo sé, puede que vivir bajo tierra no sea el sueño americano, pero si le añadimos un poco de color a estas sórdidas catacumbas... Quizá colgando algún cuadro...

El truco está en que el padre de Judy también quiere utilizarla para repoblar el planeta como si fueran Adán y Eva. Sí, lo habéis entendido bien: padre e hija en ayuntamiento carnal. Puagh.

-Mira, hija, tú tampoco eres mi tipo, pero no es momento para andarse con remilgos.

A la vista de que Judy no está dispuesta a dejarse llevar por el complejo de Elektra, el Vidente decide sacrificarla en la picadora.

Afortunadamente para ella, Bruce se recupera a tiempo de repartir estopa a troche y moche, y manda a su padre a la picadora de un puñetazo. Si alguna vez me convierto en un chiflado megalómano que reina sobre una panda de desarrapados pustulosos, recordadme que también me vaya a la tumba con una carcajada tan escalofriante e infundada como la del Vidente de Brain Slasher.

Sin embargo, las sanguijuelas acaban trastornando a Bruce, que sucumbe a la locura y persigue a Judy hasta la superficie, para brindarnos la que es, con diferencia, la mejor escena de toda la cinta: Bruce Campbell potando sangre y sanguijuelas sobre Judy.

¿A quién se le ocurre pedir pizza con anchoas en Domino's?

En un giro que pretendía ser sorprendente, se descubre que todo era una ilusión creada por Infinisynth y que el Operador del Sistema es, en realidad, el propio padre de Judy, que estaba sometiendo a su hija a una prueba para ver si podía reemplazarle como nuevo Operador del Sistema.

En lugar de mandarle a freír espárragos, que sería lo lógico después de todas las putadas por las que ha pasado, Judy acepta ocupar su puesto y, por fin, sí, por fin, acaba la película.

¡Soy libre otra vez!

Dedico este artículo a Vladek y a Jiggs el chimpancé, más conocido como la mona Chita original.